miércoles, 24 de enero de 2018

Gálatas 5:22-23


Gálatas 5:22-23
“La clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!”.

Una vida espiritual madura y verdadera es aquella que da los frutos que el Espíritu Santo produce. Nuestra meta diaria de búsqueda de Dios tiene que ver con vivir llenos y de acuerdo a estos frutos. El fruto es algo que se produce naturalmente cuando permanecemos unidos a la fuente de vida y poder que es Jesús. Y Él dijo en Juan 14:16 que no nos dejaría huérfanos, o solos, sino que enviaría a otro consolador, al Espíritu Santo, para que esté siempre con nosotros.

Si queremos experimentar todo este fruto del Espíritu Santo, lo único que necesitamos es rendirnos a Dios, renunciar a todo lo que no le agrada, y tendremos la manifestación de su gloria.

Él Espíritu Santo nos provee de poder, que es lo que necesitamos para vivir la vida cristiana victoriosa de milagros, prodigios, dones, sabiduría de Dios y frutos que llenan todo nuestro ser. Buscando su presencia con hambre, y estando enfocados en experimentar su poderosa comunión, es que nos transformará a la imagen de Cristo. Nuestra mayor fuente de poder es el Espíritu Santo, nuestro más grande aliado. Él nos habla lo que el Padre y el Hijo dicen y nos trae el reino de Dios a nuestra vida. Tu amistad con Él, producirá todo tipo de frutos gloriosos en ti, y que bendecirán a muchos.

¡Gracia y Paz!


Esteban Correa

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