miércoles, 4 de enero de 2017

Efesios 4:22-24


“Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo” (Efesios 4:22-24).

Nosotros jamás podremos renovarnos por nuestras propias fuerzas, pero sí podemos cuidar nuestra mente de las influencias que corrompen. Sí podemos ofrecernos a Dios y entender mejor su voluntad. Al final, sin embargo, a Dios le toca renovar, no solamente cuando nos salva, sino diariamente.

Solo la gracia de Dios puede sostenernos, darnos poder y caminar en obediencia. Ofrezcámonos pues a Él y pidámosle con confianza que nos dé su gracia para restaurarnos y perfeccionarnos.

Oración: 
Amado Padre, hoy me acerco a ti, pidiendo tu gracia para renovar la manera en la cual miro todo, especialmente como miro a la gente. Pido que limpies mi corazón y que renueves mi mente y mi espíritu. En los méritos de Jesús te lo pido, Amén.

¡Gracia y Paz!
La Luz del Alma



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