domingo, 20 de noviembre de 2016

PRACTICAS QUE SON EL RESULTADO DE PERMITIR QUE NOS GOBIERNE NUESTRA NATURALEZA Y NO CRISTO


Gálatas 5:19
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia”

Cualquier actividad de tipo sexual ilícita tiene consecuencias, y es uno de los errores más terribles que un ser humano puede cometer y más si es cristiano,  porque es un error que va a trascender a toda la eternidad.

1 Corintios 6:9-10
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”

Los pecados de índole sexual son los más practicados por los seres humanos, los pecados sexuales son los pecados que más desgracia y dolor han traído a la humanidad, sin embargo son los pecados más comunes en el género humano, pero tristemente también dentro de los cristianos.

Un gran aporte que el cristianismo ha hecho al mundo pagano fue precisamente la pureza sexual, la pureza sexual que deberían tener y practicar todos aquellos que quieran seguir a Jesús. Sabemos que la inmoralidad sexual es una de las razones por la que los grandes imperios se vinieron abajo, y en la actualidad no es diferente, la inmoralidad sexual es un distintivo de la decadencia, de las distintas sociedades de alrededor del mundo.

Jesús promete cambiar el corazón perverso, por un corazón puro, sensible; que sienta y que razone espiritualmente; un corazón inclinado hacia Dios y no a la vida pecaminosa, que es lo que la Biblia menciona como Nacer de Nuevo. Jesús va directo al corazón. ¿Tienes tú el corazón dispuesto para permitirle a Jesús que cambie tu naturaleza pecaminosa?


¡Gracia y Paz!

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