martes, 12 de julio de 2016

EL PODER DE LOS ABRAZOS



EL PODER DE LOS ABRAZOS

·         Fortalecen tu sistema inmune.
·         Disminuyen la presión arterial.
·         Relajan los músculos.
·         Liberan la tensión.
·         Incrementan tu confianza, elevan la serotonina, fortaleciendo tu felicidad.
·         Estimulan la oxigenación, te fortalecen.

¡Qué saludable son los abrazos! Especialmente si estamos pasando por una situación difícil. Hay  situaciones complejos en la vida, en las que no existen palabras que puedan tranquilizarnos y brindarnos calma y serenidad. En esos momentos, solo una expresión sincera de cariño puede llenarnos de paz. Cuando atravesamos un problema, un genuino abrazo, sirve como medicina que reaviva nuestro ánimo y energiza nuestro espíritu. Nos recuerda, además, que no estamos solos y que hay gente que camina con nosotros en medio de la adversidad.

Un abrazo, es una muestra de afecto, cariño y amor que resucita la esperanza y le recuerda al que enfrenta una tormenta de la vida, que hay que seguir luchando con la fe y la esperanza de que hay luz al final del camino. En fin, un abrazo tiene la capacidad de hacer la diferencia entre el espíritu angustiado y uno de paz; entre el corazón desesperanzado y uno lleno de aliento y energía, entre una vida que ha perdido la esperanza y otra que continúa luchando con coraje y determinación.

Dios se especializa en abrazos. La Biblia dice que Él nos cubre con sus plumas para que allí encontremos refugio y protección (Salmos 91:4). El Creador de los cielos y la tierra nos ama, y muestra su gran amor por medio de su calor, su cariño, su presencia y su protección. Él nos abraza para que nos sintamos seguros y confiados en medio de las complejidades de nuestra existencia.

Si pasas por una adversidad recuerda que siempre contarás con el calor y el cuidado divino, pero si eres tú quien encuentras alguna persona que lucha con el dolor, la enfermedad o la necesidad… abrázala.  Pues, así como Dios te levanta con su abrazo tú tienes la capacidad de hacer lo mismo por otro ser humano. Hay momentos que las palabras no hacen ningún efecto, pero un fuerte abrazo puede hacer la diferencia.


¡Gracia y Paz!

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