–Vi una película pornográfica, pero porque estaba mi
actor favorito… nada más…
–Yo leo Play-Boy, porque me gustan mucho los artículos de
esas revistas… pero solo miro los artículos, casi ni miro las fotos…
–Yo tengo Facebook porque hay que relacionarse, pero si
veo que sube el tono a otro color o estoy hablando mucho con un hombre que no
es mi esposo… (o con una mujer que no es mi esposa), yo inmediatamente se dónde
parar…
–Yo mensajeo con mujeres u hombres casados, pero yo me
puedo ubicar…
Estos son algunos ejemplos (en realidad muy pocos) de lo
que significa la seducción del pecado. La más grande y peor de las mentiras de un
creyente es: “¡Cayó en pecado!” ¿Cayó en pecado…? ¡No cayó!, ¡NADIE CAE EN
PECADO! La Palabra de Dios dice: “Por tanto, el que cree que está firme,
tenga cuidado, no sea que caiga” (1 Corintios 10:12). No dice: “El que está
firme cae, el que se cree firme cae.
Alguien más dice: es que… “Dios me tentó” y la Santa
Palabra de Dios dice en Santiago 1:13: “Que nadie diga cuándo es
tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y El
mismo no tienta a nadie. Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y
seducido por su propia pasión”.
“Caer” en pecado es una falsedad tan grande como la
ignorancia de quien lo comete. Nadie cae en pecado nada más porque si, quien
peca es porque quiere pecar, así de simple.
¡Gracia y Paz!
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