lunes, 8 de diciembre de 2014

¡EL DOLOR ES PASAJERO, CRÉELO!



¡EL DOLOR ES PASAJERO, CRÉELO!

Todas las pruebas dolorosas que vivimos a lo largo de nuestra vida son los medios que Dios usa para hacernos madurar en la fe y en la paciencia. Humanamente hablando pareciera que se trata de situaciones interminables, dolorosas e imposibles de resolver. Sin embargo Dios nos dice:

“…tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).

El “sumo gozo” es resultado de la paz que podemos tener en Dios, independientemente a las circunstancias presentes.

El “sumo gozo” es la reacción espontánea que un alma llena de Dios tiene cuando enfrenta la prueba.

El “sumo gozo” es la firme convicción que todo va encaminado para bien, aunque en el momento no se comprenda por qué están pasando las cosas.

El “sumo gozo” es creer que las promesas de Dios se van a cumplir al pie de la letra.

Alegrémonos, pues en medio de esta situación insoportable nuestra fe y paciencia se están perfeccionando.

En ninguna parte de la Biblia dice que estaremos exentos de las pruebas. Al contrario, Dios nos previene a cada momento. He aquí dos ejemplos:

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).

“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 Pedro 5:10).

¿Cuánto durará ese “poco de tiempo”? No lo sabemos, pero incluso, ese “poco de tiempo” puede ser toda una vida; pues al final de cuentas ¿Qué son 80, 90 ó 100 años ante toda la eternidad? ¡Nada!

Si vemos la vida desde esta perspectiva, nuestra visión cambiará totalmente. Recordemos que en esta tierra “somos extranjeros y peregrinos” (1 Crónicas 29:15). Nuestra esperanza es llegar a la Patria Celestial, por lo tanto: La noche es temporal, El dolor es temporal, La incertidumbre es temporal, Las lágrimas son temporales, NUESTRA PRUEBA ES TEMPORAL...

Todo en la tierra pasa, pero de lo que debemos tener la plena certeza es que vendrá un momento en nuestra historia personal en que Dios hará nuevas todas las cosas.

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” (Apocalipsis 21:4-5).

Por lo tanto, es importante que tengamos la convicción de que llegará un día en que Dios hará nuevas todas las cosas. Absolutamente diferentes a como están en este preciso instante. En estos momentos estamos aun “en las primeras cosas”, pero cuando éstas pasen, entonces vendrán las “nuevas cosas”.

“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 7:17-18).

¡Gracia y Paz!
Editado por Carlos Martínez M.

José Alfredo Liévano

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