viernes, 24 de octubre de 2014

Romanos 14:19



Romanos 14:19
“Esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación”.

La enseñanza de este versículo es sobre la tolerancia que debemos tener entre creyentes, lo cual conlleva a la mutua edificación. Por ejemplo, si vemos que un hermano(a) de otra Iglesia e incluso de la nuestra, por sus convicciones no cree conveniente comer ciertos alimentos, no debemos menospreciarlo sino entenderlo. Quizás haya otros que piensan que deben guardar un día de reposo diferente al nuestro. Estos son los ejemplos que nos describe el apóstol Pablo.

Pero si nos ubicamos a la actualidad, pensemos en aquellos que critican a las mujeres porque tienen el pelo largo o porque lo tienen corto, porque se maquillan o porque no lo hacen. Se critica a los jóvenes por su cabellera o por su indumentaria, o porque usan un arete. Todas estas actitudes nos crean conflictos entre los miembros de la congregación. “¿Quién eres tú para juzgar…?” (v. 4). Pablo nos dice que deberíamos de ser cuidadosos cuando queramos sacar el dedo acusador: “Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano” (v. 13).

El reino de Dios, como lo dice el apóstol, no es de comidas o bebidas; no es de apegarnos a lo superfluo, es de convicciones firmes con un corazón limpio ante el Señor. El reino de Dios es de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo (v. 17). “Por lo tanto, esforcémonos en promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación” (v. 19).

Entendamos al débil en la fe, no creyéndonos que lo sabemos TODO y juzgando a la ligera, porque más nos demoraremos en criticar y juzgar que probablemente nosotros caer en lo mismo.


¡Gracia y Paz!

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