miércoles, 1 de octubre de 2014

ORACIÓN

Para que Dios perdone nuestros pecados, se requiere que reconozcamos nuestra soberbia y vengamos arrepentidos delante de Él. Eso es “humillarse”, simplemente bajar al nivel que nos corresponde, reconociendo nuestra miseria y bajeza ante la infinita santidad y majestuosidad del Rey del Universo. Eso es todo lo que Dios requiere, que seamos humildes, nos arrepintamos y busquemos su dirección dependiendo de él como al principio de la Creación. Para mantener este comportamiento y una íntima comunión con el Señor, es necesario que cada día de nuestra vida busquemos su rostro en oración, leamos su santa palabra y meditemos en ella.


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