lunes, 30 de junio de 2014

¿NO SABES CÓMO DAR EL PRIMER PASO PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS QUE TIENES?



¿No sabes cómo dar el primer paso para resolver los problemas que tienes?

Deuteronomio 2:24-25
"Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él. Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti".

Esta escritura nos cuenta acerca de una gran tarea que Dios encomendó a Moisés, y de las instrucciones que le dio para llevarla a cabo. Después de casi 40 años en el desierto, el Señor le dijo a Moisés que se aproximaba el momento en el que su pueblo tomaría posesión de la tierra que él les había prometido. La primera tarea era tomar la tierra de Hesbón, la cual se encontraba entre los israelitas y Canaán, su destino final, y cuyo rey, llamado Sehón, Dios había “entregado” en su mano. La orden de Dios fue: “Comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él”. Claro que Dios pudo haber eliminado a Sehón y su pueblo sin la ayuda de nadie, pero él mandó a Moisés y los israelitas a dar el primer paso.

Moisés obedeció las órdenes de Dios, y tal como fue prometido, el rey Sehón fue derrotado y el pueblo de Israel tomó posesión de toda su tierra, del ganado y de sus riquezas (Deuteronomio 2:26-37). Pero esto no fue todo, sino que más adelante les salió al encuentro Og rey de Basán y todo su pueblo, con el fin de pelear con ellos. Y Jehová le dijo a Moisés: “No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo, con su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo”. De nuevo Moisés obedeció dando un paso al frente, y a todos ellos los entregó Dios en manos de los israelitas (Deuteronomio 3:1-7).

Más adelante, Dios decidió que sería Josué, en lugar de Moisés, el que guiaría a los israelitas en su entrada a la tierra prometida. En Josué capítulo 3, el Señor le habla al nuevo líder y le asegura: “Como estuve con Moisés, así estaré contigo” (v.7). Entonces le da órdenes específicas de como cruzar el río Jordán: “Tú, pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hayáis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán. Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón” (Josué 3:8-13). Ciertamente se necesitaba fe y valor para entrar caminando a un río tan caudaloso. Pero tan pronto ellos obedecieron las instrucciones, y los pies de los sacerdotes se mojaron, las aguas del Jordán fueron divididas en dos, “y el pueblo pasó en dirección de Jericó” (v.15-16).

De todo esto aprendemos una gran lección que debemos aplicar a nuestras vidas: Dios está siempre dispuesto a ayudarnos a resolver cualquier problema al que nos enfrentemos, pero él espera que nosotros mostremos nuestra fe dando un paso al frente. Entonces él se encargará del resto y nos dará la victoria. Es una tarea en la que nosotros participamos. Dios hace la parte principal, pero nosotros debemos ser obedientes y unirnos a él.

Jesús nos habla de una manera similar en Mateo 11:28-29 cuando nos dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros...” Cuando se coloca el yugo sobre dos bueyes se está tratando de lograr dos cosas: repartir la carga del trabajo entre los dos y sobretodo asegurarse de que el menos experimentado de los dos bueyes se someta a la dirección del más experimentado, el cual ya conoce el camino a seguir. Jesús espera que demos el primer paso, es decir venir a él. Entonces nos exhorta a dejarnos guiar por él que conoce el camino que lleva a la victoria.

Si sientes temor ante los problemas o la tarea que tienes frente a ti, clama a Dios y pídele que te muestre el camino que debes seguir, y que te dé el valor para dar el primer paso. Una vez lo hagas, el Señor se encargará de lo demás.

ORACIÓN:
Padre santo, dame discernimiento espiritual para poder ver el camino que tú quieres que yo siga, y dame la fe y el valor para dar el primer paso aunque me parezca una tarea imposible para mí. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!
Dios te Habla

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