miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL ESPOSO: LÍDER ESPIRITUAL DE SU CASA



Todo ser humano tiene una necesidad espiritual que llenar y Dios le asignó la tarea al esposo para que enseñe y oriente a su familia en el conocimiento de Dios y Su Palabra, la Biblia. Si no ejerce este papel con responsabilidad o lo ignora, será el causante de que su esposa e hijos busquen peligrosamente por otros medios llenar esta necesidad.

Efesios 6:4
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor”

Proverbios 22:6
“Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” 

Para poder liderar eficazmente, el esposo, no sólo debe tener el deseo de hacerlo, sino prepararse muy bien. Jesucristo hace serias advertencias a los maestros porque pueden enseñar errores.


Revisa tu visión

Lucas 6:39
“Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?”

Para proveer un buen alimento espiritual un hombre debe conocer la Escritura y tener muy claras sus doctrinas, pues la Biblia es la única guía que no tiene errores ni fallas en toda su enseñanza. Si no lo hace corre el peligro de caer en relativismo, religiosidad o en una falsa espiritualidad, dejándose influenciar por sus propias opiniones o las de otros acerca de las cosas eternas.

Debe crecer en intimidad con Dios para dejar de ser un ciego espiritual y así evitar que todos juntos “caigan  en el hoyo”.


Revisa tu estilo de vida

Lucas 6:41-42
¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo,  no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo?  Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo,  y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano”

Para poder guiar, primero debes modelar. Ser el líder espiritual de tu hogar y esto no es sentirse superior o más santo, sino ser el primero en obedecer a Dios. Jesucristo les dice a los maestros de la ley que revisen su propia vida para poder “sacar la paja” que está en el otro.

Recuerda que el ejemplo enseña mejor que las palabras, por eso examina tus acciones que deben estar de acuerdo con tus enseñanzas y tus enseñanzas con los principios Bíblicos.


Revisa tus frutos

Lucas 6:43-45
“No es buen árbol el que da malos frutos,  ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”

La única forma de saber si eres o no un buen guía espiritual, es revisando el impacto que tu tienes en las personas que están a tu alrededor. ¿Tus hijos quieren ser como tu? ¿Tu esposa confía en tu sabiduría o te considera un necio? ¿Sabes reconocer cuando te equivocas y pides perdón? ¿Eres un abanderado de los valores morales y éticos? ¿Sabes dar un consejo de acuerdo con la Palabra de Dios? ¿Cumples con las responsabilidades de un verdadero hijo de Dios? ¿Corriges en amor y disciplina? Recuerda: Tu conducta refleja lo que hay en tu corazón.

No olvides que tu familia necesita ser guiada en el temor del Señor y no dominada; Por eso dedica un tiempo especial cada día para acercarte ante Dios y Su Trono de Gracia, orar, reconocer tu debilidad y pedir ayuda para ser un buen guía espiritual.


Reflexión:

Lee y aplica las lecturas bíblicas a tu vida para que ellas te transformen. Toma la iniciativa y reúne a tu esposa e hijos para tener un tiempo en familia y juntos orar, adorar, leer y explicarles la Palabra de Dios. Habla con tu esposa y planeen juntos este tiempo familiar, pues es la mejor forma de enseñar, corregir y conocer las necesidades de cada miembro de la familia.

Si Dios te asignó este papel, es porque Su Gracia te respaldará para hacerlo con gozo. No tengas miedo y ve de la mano de Su Espíritu Santo. Amen.


“Gracia y Paz”

Vida Cristiana

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