lunes, 20 de mayo de 2013

¿ACTÚAS TÚ CONFORME A LA PALABRA DE DIOS?



Colosenses 3:17
"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él".

A lo largo de la historia hemos sabido de mucha gente que hicieron cosas deshonestas "en el nombre de Dios". Ha habido incluso muertos por causa de “celos por la palabra de Dios” entre grupos afines a diferentes doctrinas supuestamente bíblicas. Y si nos remontamos al principio de la iglesia cristiana, después de Pentecostés, vemos ejemplos de muchos cristianos llenos del Espíritu Santo que fueron ejecutados por multitudes de judíos legalistas argumentando que lo hacían en el nombre de Dios. Pero es absolutamente erróneo hacer algo que sea contrario a la Palabra de Dios y pretender que se hace en el nombre del Señor, pues Dios y su palabra son una misma cosa y jamás pueden contradecirse.

Muchas veces nuestras palabras dicen una cosa y nuestras acciones dicen otra. Por un lado pretendemos glorificar al Señor y por el otro manchamos su Santo Nombre. El pasaje de hoy dice claramente que todo lo que digamos o hagamos debe ser hecho en el nombre del Señor Jesús. Hacer algo en el nombre del Señor significa que estamos obrando en su autoridad y en su total aprobación. Por lo tanto cada palabra o acción deben exaltar y glorificar el nombre de Jesucristo, y todo lo que hagamos debe ajustarse a lo que dice la Palabra de Dios. Este es el filtro para detectar si nuestras palabras o acciones son realmente hechas en el nombre del Señor. Pero debe ser hecho de todo corazón y con plena conciencia de a quien queremos agradar.

El apóstol Pablo, en esta misma carta, abunda un poco más sobre este punto en los versículos 23 y 24: "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís". Y en el Sermón del Monte, Jesús enseñó a sus discípulos el secreto del origen de nuestras acciones y de nuestras palabras. Dice Lucas 6:45: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Debemos estar bien seguros en nombre de qué "señor" hablamos y actuamos. Si Cristo no está reinando en nuestro corazón lo que digamos o hagamos tendrá la característica de "otro señor". Quizás sea nuestro "yo" egoísta, o el mundo, o cualquier otro señor pero no nuestro Señor Jesucristo.

Es necesario tomar la firme determinación de hablar y vivir de acuerdo a lo que dice la Palabra de Dios. En 1 Pedro 4:11 dice: “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”. Todo aquel que habla en el nombre del Señor hipócritamente podrá engañar a los demás por un tiempo, pero la Biblia dice que “Dios no puede ser burlado” (Gálatas 6:7). Más tarde o más temprano tendrá que pagar las consecuencias de sus acciones.

Claro que es imposible hablar o actuar conforme a la Palabra de Dios si no conocemos las Escrituras. Jesús dijo a un grupo de judíos: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Decide hoy dedicar tiempo todos los días a leer la Biblia. Medita en lo que lees y pide al Señor que te dé discernimiento espiritual para entenderlo con absoluta claridad, y fe y valor para ponerlo en práctica.

ORACIÓN:
Padre del cielo, ayúdame a adquirir el conocimiento de tu Santa Palabra, y derrama en mí tu gracia para que mis palabras y hechos coincidan siempre con tu voluntad, y honren y glorifiquen tu nombre. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla



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