viernes, 12 de abril de 2013

¿BUSCAS PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA?




Marcos 6:45-51
"En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar; y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles. Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento".

Este pasaje nos cuenta acerca de una ocasión en la que Jesús les dijo a sus discípulos que cruzaran en la barca el Mar de Galilea y lo esperaran en la otra orilla. Mientras tanto, el Señor despedía a una gran multitud que había estado escuchando su predicación. Estando en medio del mar, una tormenta sorprendió a los discípulos de manera que los fuertes vientos y las olas azotaban la barca, amenazando con hundirla. Remaban y remaban y la barca no avanzaba, mas bien retrocedía, porque el viento era muy fuerte. Las fuerzas ya les faltaban, y a pesar de la experiencia de algunos de ellos como pescadores conocedores del mar, la situación no mejoraba sino más bien empeoraba cada minuto que pasaba.

¡Cuántas veces de repente ha llegado a nuestras vidas una tormenta emocional! Todo está marchando más o menos bien, hay buena salud, tenemos un buen trabajo, en el matrimonio felices y contentos, a nuestros hijos les va bien. En fin, ¡el cielo está claro, y navegamos en un mar sereno y tranquilo como un plato! ¡Y nos sentimos tan felices! De momento la terrible e inesperada noticia. Negros nubarrones aparecen de repente y el cielo claro comienza a oscurecerse, empieza a soplar un viento contrario, y aquel mar sereno comienza a agitarse. Y en medio de la oscuridad podemos escuchar los truenos y ver como los rayos caen alrededor de nosotros. ¡Y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en medio de una tormenta que pretende hundirnos en la desesperación! ¿Qué hacer? Rápidamente comenzamos a remar, tenemos que llegar a la otra orilla lo más pronto posible ¡Hay que resolver esta situación! Y remamos... y remamos... Utilizamos todas nuestras fuerzas, nuestra inteligencia, nuestra experiencia; acudimos al médico, o al abogado o al experto correspondiente, pero nada funciona. Sentimos que nos estamos hundiendo, ¡Y no sabemos qué hacer!

Los discípulos habían estado con Jesús hasta hacía apenas unas horas. Lo habían visto hacer muchos milagros, y allí estaban ahora, en medio de aquella prueba, tratando de resolverla con sus propias fuerzas sin acordarse que cerca de ellos estaba aquel que podría resolverles el problema. Y dice la Biblia que Jesús “vino a ellos andando sobre el mar”. Y les dijo: "¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!" En otras palabras "No tengan miedo, anímense, soy yo, confíen en mí". Y cuando Jesús subió a la barca, el viento se calmó, y hubo paz.

Poco tiempo antes, Jesús había advertido a sus discípulos: "En el mundo encontrareis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). Ciertamente en algún momento de nuestras vidas, más tarde o más temprano, vamos a encontrar aflicción, el sufrimiento va a llegar a nosotros, una tormenta emocional o espiritual se va a presentar. Pero en todos los casos hay sólo una respuesta, una actitud, sólo una: Confiar en Dios, buscarle de corazón, echarnos en sus brazos en medio del dolor y el sufrimiento, y de una manera milagrosa e inexplicable él nos dará la paz que tanto necesitamos, esa paz que la Biblia dice "sobrepasa todo entendimiento" (Filipenses 4:7), y en él encontraremos la solución al problema.

ORACIÓN:
Bendito Dios, ayúdame a recordar siempre quien eres tú, aunque me encuentre en medio de difíciles circunstancias. Dame fuerzas y aumenta mi fe para confiar en ti, sabiendo que por difícil que sea mi situación, tú eres todopoderoso para cambiar las circunstancias y traer paz a mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

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