miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL COMPROMISO DE OBEDECER PARA MOLDEARNOS



Salmo 1:1-3
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”.

La Biblia proclama el gran poder y la majestad del Señor, al mismo tiempo que revela su inmenso amor y su misericordia. Él es digno de nuestro apasionado y total sometimiento, pero no siempre lo recibe. ¿Está usted entre los pocos que se rinden a Él sin reservas?

La obediencia absoluta es obedecer a Dios sin importar las consecuencias. Esto significa que obedecemos al Señor aun cuando nuestros amigos elijan un camino diferente, o cuando tengamos por seguro el sufrimiento o la humillación. Ver hecha la voluntad de Dios es más importante que nuestro propio bienestar o nuestras ambiciones. Dejamos las consecuencias a Dios, y nos aferramos a sus promesas: Él nunca nos desamparará (Hebreos 13:5), y hace que todo obre para nuestro bien (Romanos 8:28).

Fíjese en la palabra “compromiso” en el título de nuestro devocional. No estoy escribiendo de la obediencia que surge en el momento (como en: Decido obedecer a Dios en esta ocasión), sino del sometimiento como un estilo de vida. Poner restricciones al cumplimiento es muy tentador; queremos ser capaces de cambiar de opinión cuando obedecer trastorne nuestro estilo de vida, el resultado final no sea claro, o simplemente estemos asustados. Pero déjeme hacerle esta pregunta: Si Jesucristo es el Señor de su vida, ¿qué derecho tiene usted de ponerle límites a su voluntad?

Los creyentes no tienen el derecho de establecer sus propios límites; su único criterio para tomar decisiones debe ser: ¿Qué quiere el Señor que haga? La obediencia es siempre lo correcto. Obedecer a Dios en todas las cosas, es el camino más seguro para tener su favor.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

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