lunes, 1 de octubre de 2012

FUERTE Y FIRME POR LA ORACIÓN


Nehemías 1:5-6
“Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado”.

(Lea por favor Nehemías 1:1-11)

Nehemías era un hombre que vivía sobre sus rodillas. Cada vez que necesitaba orientación, fuerzas, ayuda o protección, su primera respuesta era la oración. Por su humilde dependencia de Dios, Él pudo usarlo poderosamente para llevar a cabo sus propósitos.
Este principio sigue siendo cierto para los creyentes hoy. El Señor puede usarnos de la manera más impresionante si lo buscamos y nos ponemos a su disposición.

Para seguir el ejemplo de Nehemías, de dependencia en la oración, debemos primero reconocer a Dios como el Soberano del universo (v.5). Aunque Él es nuestro Padre tierno y Amigo fiel, no debemos olvidar que es también nuestro sublime y exaltado Creador cuya santidad está más allá de nuestra comprensión. Nunca pensemos en Dios como “el de allá arriba”, ni vengamos a su presencia de una manera frívola.

Nehemías respetaba la avasallante santidad de Dios, y por eso se acercaba a Él con confesión, reconociendo su pecado, el de su padre y el de Israel (vv. 6, 7). No podemos ocultar, negar o recrearnos en el pecado, y esperar que el Señor escuche y responda nuestras oraciones. La pureza de corazón y el poder de Dios están unidos. Necesitamos la sensibilidad para reconocer cuándo nos hemos desviado, y la disposición para encarar de inmediato al pecado.

La razón por la que Nehemías se mantenía tan fuerte y tan firme, no se debía a sus capacidades naturales, sino a una relación de dependencia del Señor mediante la oración. No se apresure a enfrentar el día sin apartar tiempo para entrar en el trono de Dios para buscar su dirección.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

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