lunes, 17 de agosto de 2015

¿QUIERES TENER UNA VIDA BENDECIDA?


Josué 1:5-9
“Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.

Moisés, el gran líder del pueblo israelita, había muerto. Ahora Dios decide nombrar a un joven llamado Josué para reemplazarlo, y le da la encomienda de guiar a los israelitas en la última etapa de su plan. Ellos debían cruzar el río Jordán y tomar posesión de la tierra prometida. Ciertamente la tarea que le esperaba a Josué no era nada fácil, pero las palabras de Dios en el pasaje de hoy exponen con claridad los pasos que él debía seguir para obtener el éxito. Josué fue obediente y los israelitas tomaron posesión de la tierra prometida. Nosotros debemos aplicar esta enseñanza en nuestras vidas. Veamos dos pasos esenciales a seguir:

1. Medita de día y de noche en la Palabra de Dios.
Si lo haces, le dijo el Señor a Josué, “Entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.

Meditar es más que simplemente leer la Biblia. Es pensar continuamente en lo que leímos tratando de entender cuál es el mensaje de Dios para nosotros. Muchos dicen que no saben meditar. Bueno, si tú sabes preocuparte entonces puedes meditar. La preocupación es la distorsión que el enemigo ha hecho de la meditación. Cuando estamos preocupados por algo, pensamos constantemente en ello. Claro que esto nos perturba y nos afecta negativamente. La meditación, por el contrario, es pensar en aquello que trae paz y sosiego a nuestras almas.

2. Esfuérzate y sé valiente.
Tres veces en este pasaje le dice Dios a Josué que se esfuerce y sea valiente. Y en la tercera ocasión le dice: “Mira que te mando...” Es decir, es más que un consejo o una sugerencia; es una orden del Señor la cual debe ser obedecida como requisito para obtener la victoria que él ya tiene preparada. A veces el temor puede impedirnos dar este paso. El temor es lo opuesto a la fe. Si confiamos plenamente en Dios, no daremos cabida a ese espíritu de temor, y podremos actuar con valor.

Dios espera que nosotros nos esforcemos y hagamos nuestra parte en cualquier tarea que él nos haya encomendado o en cualquier situación en la que nos encontremos, por difícil que esta sea. La pereza, la negligencia, la apatía, la falta de esfuerzo no pueden formar parte del carácter de un cristiano que quiere vivir una vida Bendecida.

¿Sientes mucho sueño en la mañana y no puedes levantarte temprano a leer la Biblia y pasar un rato con el Señor? Haz un esfuerzo y levántate, y busca el rostro del Señor antes de comenzar la rutina diaria.

¿Pasas el día dándole más importancia a otras ocupaciones y no tienes tiempo para Dios, y cuando llega la noche sientes tanto cansancio que lo único que quieres es tirarte en tu cama y dormir? Haz lo posible por orar y buscar el rostro del Señor cada día leyendo la Biblia. Busca las fuerzas para obedecer por medio de la constante oración. Recuerda que el Señor espera de ti que te esfuerces. No lo olvides, tu esfuerzo nunca será en vano delante de los ojos de Dios.

Dios ha prometido estar con nosotros siempre y lo cumplirá, pero la manifestación plena de su poder en nuestras vidas depende directamente de nuestra obediencia y de nuestra actitud. En Juan 14:21, Jesús nos dice: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”. Dios nos da el poder y la sabiduría que necesitamos para triunfar, pero nosotros tenemos que seguir sus instrucciones.

ORACIÓN:
Padre amado, te ruego me ayudes a esforzarme cada día de mi vida a leer tu Palabra y meditar en ella y poner en práctica todo lo que ella dice. Que en cada situación en que me encuentre, por difícil que sea yo me desenvuelva con fe y con valor, sabiendo que tú me darás la victoria. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!
Dios te Habla

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