martes, 1 de octubre de 2013

¡HAY QUE TENER MUCHA FE PARA SER ATEO!



Salmo 14:1
“Dice el necio en su corazón: No hay Dios”.

Salmo 95:3, 5-7
“El Señor es Dios grande… Suyo también el mar, pues él lo hizo… Arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios”.

La cuestión de la existencia de Dios preocupa a todo el mundo. Hombres célebres escribieron sobre este tema. Voltaire, por ejemplo, reconoció: «El Universo me molesta, y no puedo concebir que este reloj exista sin que exista su relojero». Isaac Newton escribió: «La maravillosa construcción del Universo con su incomparable armonía sólo pudo hacerse según los planes de un ser omnisciente y todopoderoso».

Estos dos personajes parten de la misma constatación, es decir, que el Universo está tan bien hecho que no puede ser fruto del azar. Pero si Newton acepta la conclusión lógica que se impone, Voltaire, por el contrario, se queda en las preguntas; y eso que intelectualmente es más difícil negar la existencia de un Creador supremo que aceptarla. Esto fue lo que quiso decir el autor cristiano Ralph Shallis en su libro en francés: «Hay que tener mucha fe para ser ateo». En realidad es una broma, pues la facilidad con la que el ateo acepta algo imposible: «Que este reloj exista y que no tenga relojero» no es tener fe. Eso demuestra una credulidad incompatible con la inteligencia. La fe del que cree en Dios descansa en hechos palpables y le pone en relación con aquel que le habla.

La Biblia emplea una palabra muy fuerte para designar al ateo; lo llama “necio”. Tal severidad debería asustarnos. Si tu no quieres ser juzgado de este modo por Dios mismo, búscalo sinceramente en la Biblia. Él se revelará a ti como un Padre lleno de amor y responderá a las necesidades de tu corazón.


“Gracia y Paz”

La Buena Semilla

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