Santiago 1:12-15
“Bienaventurado el varón que
soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la
corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es
tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser
tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando
de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia,
después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da
a luz la muerte".
Sally era una serpiente pitón de
Birmania, que había sido la mascota de la familia Romero durante ocho años.
Cuando por primera vez llevaron a Sally a la casa medía sólo unas 12 pulgadas (unos 30 centímetros ),
pero creció y creció hasta que llegó a tener una longitud de cerca de 11 pies (3.35 metros ) y un peso
de unas 80 libras
(36 kilos). Un día Sally atacó a Luisito, un joven de 15 años, al cual tomó
totalmente por sorpresa. Se enroscó en su cuello, y lo estranguló hasta que el
joven murió asfixiado. Uno de los policías a cargo de investigar el suceso,
dijo que la serpiente estaba “muy agresiva, silbando y reaccionando
violentamente” cuando ellos llegaron.
El pecado es como esa serpiente.
Cuando un pecado entra por primera vez en nuestras vidas, pensamos que es
inofensivo, a veces gracioso. Sin embargo no se queda pequeño, sino que crece.
Pensamos que podemos manejarlo, pero luego empieza a manejarnos a nosotros. Y
el resultado final es siempre la muerte, a veces la muerte física, otras veces
la muerte emocional; y en ocasiones conduce a la muerte de una relación. Y
puede ser aún peor, si el pecado no se confiesa y se aparta a un lado produce
la muerte espiritual. Por eso el apóstol Santiago nos advierte en el pasaje de
hoy que “el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”. Su propósito al
decirnos esto, no es estropearnos la diversión, sino preservar el gozo, la paz
y las bendiciones de Dios en nuestras vidas.
En Proverbios 5:22 la Biblia nos muestra una
advertencia sumamente importante. Dice así: “De sus propias iniquidades será
presa el impío, y en los lazos de su pecado quedará atrapado”. En el mundo hay
millones de personas adictas a las drogas, o al alcohol o a la pornografía que
empezaron jugando con un cigarrillo de marihuana, o una cervecita o visitando
por “sólo unos minutos” un sitio pornográfico en el Internet. Y al cabo de un
tiempo, sin apenas darse cuenta, se encontraron atrapados en las redes de un
vicio que los tiene totalmente controlados, y en muchos casos ha destruido sus
vidas y la vida de los que les rodean. La palabra de Dios trae libertad a quien
la guarda en su corazón. Así dijo Jesús: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres” (Juan 8:31-32). Por el contrario, quien ignora los principios
divinos, corre el riesgo de caer en las trampas del enemigo. De esta manera lo
expresa Proverbios 11:6: “La justicia de los rectos los librará; mas los
pecadores serán atrapados en su pecado”.
Si en estos momentos en tu vida
hay algún pecado “mascota” con el que estás jugando, la palabra de Dios te
advierte que tengas mucho cuidado, pues es un asunto de vida o muerte. Confiesa
ese pecado, ponlo ahora mismo en las manos del Señor, y pídele de todo corazón
que te dé las fuerzas para alejarlo de tu vida.
ORACIÓN
Padre santo, una vez más te doy
gracias por tu palabra, que es viva y eficaz, y penetra hasta lo más profundo
enseñándonos y preparándonos para la lucha de este mundo. Te ruego que
fortalezcas mi espíritu para echar de mí todo pecado por inofensivo y simple
que me parezca. Ayúdame a rechazar de inmediato todo aquello que no glorifica
tu nombre. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla