Diez Verdades Bíblicas
Sobre el Matrimonio
Santiago 1:2-3
“Tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.
Las dificultades al principio del matrimonio no son algo
de que sentirse orgullosos, pero son las pruebas que conllevan al crecimiento para
un matrimonio en armonía y conforme a la voluntad de Dios.
1. El matrimonio
es un compromiso de por vida.
“Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por
tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues,
mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de
vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al
principio no fue así” (Mateo 19:6-8).
2. TU matrimonio
atravesará períodos difíciles, pero recuerdA que es un compromiso de por vida.
“Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas
pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:2,
3).
3. Se un siervo de
Tu cónyuge, poniendo las necesidades de él o ella antes de las TUYAS.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene
envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no
busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor” (1 Corintios 13:4, 5).
4. AprendE a
perdonar… y a olvidar.
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los
hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo
6:14, 15).
5. AdmitE TUS equivocaCIONES,
y busCA la reconciliación con Tu cónyuge.
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante
del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y
presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23, 24).
6. Hagan planes
juntos, pero no Te DECEPCIONES cuando las cosas no salgan como ustedes
planearon.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
7. Comuníquese a
menudo, pero no traten de cambiar a su cónyuge. Más bien, traten de alentarse y
fortalecerse el uno al otro. TU no puedeS cambiar a Tu cónyuge, pero sí puedeS
cambiarTe a TI mismo.
“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano,
y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu
hermano: hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la
viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo,
y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano” (Lucas
6:41, 42).
8. No dependaS de Tu
cónyuge para satisfacer todas sus necesidades. Sólo Dios puede hacer eso.
“Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne
por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5).
9. EL esposo debe
estar dispuesto a cumplir el papel que Dios le ha dado.
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a
la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola
purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a
sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosas
semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben
amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo
se ama” (Efesios 5:25-28).
10. La esposa debe
estar dispuesta a cumplir con el papel que Dios le ha dado.
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al
Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la
iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:22-24).
¡Gracia y Paz!
Edificando Matrimonios conforme al Propósito de Dios