martes, 12 de noviembre de 2013

CONSUME FRUTAS Y VERDURAS



En tu dieta diaria es necesario que consumas aproximadamente 40 gr. de fibra, y no hay nada mejor que sea la que proporcionan las frutas y verduras, sin necesidad de recurrir a las cajas de cereal de los supermercados.

Es importante saber que si consumes estos cereales de caja y no tomas la suficiente agua, podría traerte algunas consecuencias al organismo. La falta de fibra natural puede ser la causa de un intestino perezoso. Recuerda que la fibra natural ayuda a desechar lo que el cuerpo ya no necesita.


SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano.

“Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer” (Génesis 1:29).

“He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6).

“Gracia y Paz”
La Buena Salud al alcance de todos
Publicado por: Carlos Martínez M.

Fuente: Revista Selecciones

"HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE"



Un hombre de avanzada edad fue a la clínica para que le curaran una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras lo asistía, intrigado el doctor le preguntó: ¿qué era eso tan urgente que tenía que hacer?

El paciente respondió que quería ir a desayunar con su esposa quién, desde hace unos meses, vivía en una residencia de ancianos. Lamentablemente ella padecía de Alzheimer en estado muy avanzado.

Mientras acababa de vendar la herida, el médico, conocedor del deterioro que provoca esa enfermedad, le preguntó: ¿Si hoy llegara tarde su esposa lo notaría? -El hombre le dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.

Entonces el doctor le preguntó extrañado.

- Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?

Le sonrió y dándole una palmadita en la mano le dijo: -”Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella”.

El doctor tuvo que contener las lágrimas mientras salía y se puso a pensar: - "Esa es la clase de amor que quiero para mi vida".

El amor puede ser de muchos colores y sabores, hay amores que matan y amores sosegados y dulces. En el amor caben muchas posibilidades y no siempre el amor es ciego. Amar es un esfuerzo al que hay que dedicar mucho tiempo, a algunos les ha durado toda una vida y otros se han quedado en el camino; nos han dado alegrías o nos han proporcionado tristezas.

Cuando el amor es usado negativamente y cuando se dirige hacia uno mismo, se trasforma en vanidad, egocentrismo y orgullo; distorsionado, se puede trasformar en odio y unido al miedo en celos.

Dentro de una relación de pareja no solo amar y ser amado es el alimento que proporciona satisfacción, también se busca la protección y la ayuda mutua, la confianza y la seguridad. Especialmente cuando ya se ha cumplido una edad madura en la que el sexo pasa a un segundo plano y se anhela, sobre todo, la estabilidad presente y futura.


En esta historia hay muchas moralejas y aunque yo comparta alguna de las mías te sugiero que extraigas las tuyas propias.

1). No es más feliz quien mas tiene sino quien menos necesita; quien acepta lo que le ha tocado; quien no se obsesiona con tener lo mejor de todo sino que persigue hacer todo de la mejor manera que puede.

2). Hay circunstancias en la vida en las que hay que esforzarse por sobrevivir a la tempestad y hay otras circunstancias (irreversibles) en las que hay que aprender a bailar bajo la lluvia.

3). Tanto el personaje mencionado como el comportamiento descritos son reales. Merecen todo mi respeto, admiración y consideración. Y quiero animar a quienes están viviendo una experiencia similar a que “no tiren la toalla”, a que se esfuercen y le pidan a Dios todo el apoyo y fortaleza para continuar hasta el final. Se que son circunstancias difíciles, pero vale la pena dar un poco del amor que Dios nos ha dado por medio del sacrificio de nuestro Redentor y Salvador Jesucristo, Amen.

“Gracia y Paz”

Edificando Matrimonios conforme al propósito de Dios