"Por eso, estén siempre
alerta. Oren en todo momento, para que puedan escapar de todas las cosas
terribles que van a suceder. Así podrán estar conmigo, el Hijo del hombre"
(Lucas 21:36 Tla).
La santificación de nosotros
los creyentes no es cuestión de un momento, de una hora o de un día. Es un
proceso de crecimiento continuo en la gracia de Dios.
No sabemos en el día de
mañana, cuán grande será nuestro conflicto y como enfrentaremos tal o cual
problema que tengamos. Pero si sabemos que satanás es como un león rugiente que
quiere devorarnos. Satanás esta activo cada día, cada hora, cada instante, por
lo cual, necesitamos estar firmes en nuestra fe, clamando fervorosamente a Dios
por ayuda y fortaleza para resistirse. Mientras satanás tenga el control del
mundo, nosotros debemos aplacar el yo, porque tendremos luchas que vencer y no
habrá ningún punto en nuestra vida que no sea atacado para hacernos caer.
Permanecer en la fe, nos dará
la esperanza continua para enfrentar al mundo con valentía y mostrarle a cada
persona, el amor y consuelo que Jesús ha puesto en nosotros.
Ahora permanece en nosotros la
fe, la esperanza y el amor. Pero el más importante de todos es el amor.
¡Gracia y Paz!
Pan de Vida