miércoles, 17 de octubre de 2012

LA EXACTITUD DE LA PALABRA DE DIOS



Hace algún tiempo leí en la prensa diaria un artículo cuyo contenido lo considero mucho más importante y trascendental que el hecho de que el hombre haya llegado y regresado de la luna y enviar naves espaciales. El título del artículo es: “Falta un día entero desde la formación del universo”.

Y deseo leer este interesante artículo y citamos: La historia trata de un día que falta en el tiempo que descubrió y narró Harold Hill presidente de “Maquinaria Curtis” de Baltimore, Maryland, y consultor en el programa espacial (NASA). El señor Hill dijo que una de las cosas más asombrosas que Dios puede mostrar a nosotros hoy día le ocurrió a nuestros astronautas y científicos del espacio de los Estados Unidos de América. Ellos intentaban determinar la posición del sol, la luna y los planetas de aquí a cien años y de aquí a mil años, para poder determinar las posiciones futuras tendrían que saber cuáles fueron sus posiciones en el pasado. Averiguaron cuales fueron las posiciones durante los siglos pasados y de momento se detuvieron, las computadoras señalaron que algo andaba mal o con la información sometida o con los resultados obtenidos, faltaba un día en la historia del tiempo.

Los científicos estaban confundidos, no había una explicación. Uno de ellos se acordó de un comentario tocante al sol en la Biblia, al investigar encontraron en el libro de Josué una oración bastante ridícula, entre comillas, para cualquiera con sentido común, entre comillas. De acuerdo con las Escrituras, Josué estaba preocupado porque estaba rodeado de sus enemigos y al llegar la noche lo vencerían, como resultado le pidió a Dios que hiciera que el sol se detuviera, pues el sol se detuvo en medio del cielo y no bajó por casi un día entero (Josué 10:13); se había encontrado el día que faltaba.

Al regresar los computadores a la fecha que Josué había escrito la oración encontraron que sus cálculos casi estaban correctos, el tiempo que había trascurrido para el tiempo de Josué fue de 23 horas y 20 minutos, no fue un día completo. Volvieron a leer las Escrituras y encontraron que la Biblia decía: “casi un día entero”. Aún no podían explicar lo que sucedió con los restantes 40 minutos. Tenían que encontrar los restantes 40 minutos porque al proyectar las orbitas en el espacio este tiempo se multiplicaría.

Otra vez la misma persona, el mismo científico, se acordó de que en algún otro sitio de la Biblia decía que el sol caminó hacia atrás, en el segundo libro de los Reyes capítulo 20, Ezequías en el lecho de muerte fue visitado por el profeta Isaías a quien le pidió una señal como prueba. Isaías dijo: “¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados? Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados” (2 Reyes 20:9,10). Y diez grados son exactamente 40 minutos, 23 horas y 20 minutos en el caso de Josué, además de 40 minutos en el caso de Ezequías, constituyen las 24 horas que faltan en los cálculos espaciales como el día que falta en el universo. Hasta aquí el mencionado artículo científico.

Aquí una vez más la ciencia ha tenido que recurrir a la Biblia, la Palabra de Dios, para resolver sus problemas científicos; es que nada en la vida, en la muerte, en la creación, en el tiempo, en el espacio, en la eternidad haya explicación aparte de Dios y de su Palabra. En el relato bíblico sobre el origen del universo, del mundo, del hombre y de la vida en todas sus formas la Biblia repite constantemente una frase que es precisamente la clave del principio de todas las cosas, esta frase es: “y dijo Dios”. Esto es: todo vino a la existencia y a la vida por medio de la Palabra de Dios, sobre esto mismo el apóstol Pablo escribió: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios” (Hebreos 11:3).

En el artículo leído vimos cómo la Biblia resolvió el problema científico revelado por las computadoras, sobre la falta de un día entero desde la fundación del mundo. Es que la fuente de la verdadera ciencia es la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es exacta, ella es fiel; 1 Timoteo 1:15 dice: “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos”. La Palabra de Dios es recta, el Salmo 33:4 dice: “Porque recta es la Palabra de Jehová”. La Palabra de Dios es sumamente pura, el Salmo 119:140 dice: “Sumamente pura es tu Palabra”. La Palabra de Dios es acrisolada, en 2 Samuel 22:31 dice: “Y acrisolada la Palabra de Jehová”. Y el Salmo 12:6 dice: “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces”.

Y la Palabra de Dios no solamente resuelve los problemas de la ciencia y muchas otras clases de problemas con una exactitud asombrosa, sino que sobre todo y antes que todo resuelve el problema espiritual del hombre, que es el mayor de todos los problemas que aquejan a la humanidad. Muy bien se ha dicho que la Biblia es el MAPA del viajero, el BORDÓN del peregrino, la BRÚJULA del piloto, la ESPADA del soldado, la CARTA MAGNA del cristiano, es el AGUA del sediento, el PAN del hambriento, la LUZ del perdido, CONSUELO del triste, es una MINA DE RIQUEZAS, un PARAÍSO DE GLORIA, una FUENTE DE FELICIDAD.

Grandes pensadores, filósofos, literatos, poetas, músicos, libertadores, estadistas, han enaltecido la Santa Biblia:

Gabriela Mistral, escritora chilena, dijo: “la Biblia es para mí el Libro, no veo cómo alguien puede vivir sin ella”.

Galo Plaza Lasso, ex presidente de Ecuador y ex secretario de la OEA, dijo: “aquí le dejo la Biblia, que la haya leído todas las mañanas para revestirme de paciencia y de virtudes cristianas”.

Domingo Faustino Sarmiento, político y escritor argentino, expresó: “la lectura de la Biblia echó los cimientos de la educación popular que ha cambiado la faz de las naciones que la poseen”.

Abraham Lincoln, político y ex presidente estadounidense, dijo: “creo que la Biblia es el mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres, todo el bien que emana del Salvador del mundo se nos comunica a través de este libro”.

William Gladstone, político y estadista británico, dijo: “he conocido a 95 de los hombres más grandes del mundo en mis tiempos, y 87 de ellos eran seguidores de la Biblia, la Biblia trae el sello distintivo de su origen, y una distancia inconmensurable la separa de cualquier otro libro”.

George Washington, dirigente de la independencia y primer presidente de los Estados Unidos, dijo: “es imposible gobernar rectamente al mundo sin Dios y sin la Biblia”.

Napoleón, militar y gobernante francés, dijo: “la Biblia no es un mero libro, sino una creación viviente, con un poder que vence a todo cuanto se le opone”.

Daniel Webster, político estadounidense, dijo: “si en mis pensamientos, su estilo, hay algo digno de encomio lo debo a mis padres que me inspiraron desde temprana edad el amor a las Sagradas Escrituras”.

Patrick Henry, fue una figura prominente en la Revolución americana, dijo: “la Biblia vale más que todos los demás libros que jamás se hayan escrito”.

Immanuel Kant, filósofo alemán, expresó: “la existencia de la Biblia, entendida como un libro para el pueblo, es el mayor beneficio que la raza humana jamás haya experimentado. Todo intento de desprestigiarla es un crimen contra la humanidad”.

Isaac Newton, científico inglés, dijo: “hay más señales de autenticidad en la Biblia que en la historia profana alguna”.

Goethe, poeta y dramaturgo alemán, dijo: “que siga avanzando la cultura mental, que sigan progresando las ciencias naturales en extensión y profundidad cada vez mayores y que la mente humana se ensanche cuanto quiera, más allá de la elevación y la cultura moral del cristianismo tal como brillan los Evangelios, no podrá pasar”.

Sir William Crookes, físico y químico inglés, expresó: “todo descubrimiento humano parece hecho tan solamente para confirmar más y más las verdades que contiene la Sagrada Escritura”.

Ferrar Fenton, traductor de la Biblia, expresó: “En las Sagradas Escrituras tenemos la única llave que abre el misterio del universo al hombre y el misterio del hombre a sí mismo”.

Juan Donoso Cortés, filósofo, literato, político y diplomático español, exclamó: “libro prodigioso aquel en que el género humano comenzó a leer 33 siglos antes, y con leer en él todos los días y todas las horas aún no ha acabado su lectura, libro prodigioso pues cuando los cielos se replieguen sobre sí mismo como un gigantesco pergamino y cuando la tierra padezca desmayos y el sol recoja su luz y se apaguen las estrellas permanecerá él solo con Dios porque es su eterna Palabra resonando eternamente en las alturas”.

Hermanos y Amigos míos, si los insensatos, los incrédulos, los ateos y los materialistas pretenden negar la autenticidad y la autoridad de la Biblia, nosotros seguiremos leyendo, creyendo, practicando y proclamando la Palabra de Dios. La negación e incredulidad de ellos les produce insensibilidad, embrutecimiento, corrupción, pecado, violencia y miseria moral; la afirmación y la fe nuestra, nos produce perdón, limpieza, paz, salvación y vida eterna. Gracias a Dios por la exactitud, la autenticidad, la veracidad, la eternidad de la Palabra y por todos los beneficios hacia nosotros. Sí amigo y hermano, lee la Biblia para ser sabio, cree la Biblia para ser salvo, practica la Biblia para ser santo.

Amigo, si deseas recibir los gloriosos beneficios de la Palabra de Dios arrepiéntete de tus pecados y recibe a Jesucristo en tu corazón y vida como tu gran Salvador.

“Gracia y Paz”
Aprendiendo la Sana Doctrina

¿ESTÁS HACIENDO EL BIEN?


Gálatas 6:9
"No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos".

Este pasaje de la carta del apóstol Pablo a los gálatas exhorta a todos los creyentes a esforzarse en “hacer bien”. Los cristianos debemos seguir el ejemplo del Señor Jesús, quien en la tierra iba de lugar en lugar "haciendo bien", dice Hechos 14:17. También el apóstol Pedro, en su discurso ante el centurión Cornelio cuenta “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38).

Ciertamente es una manifestación visible de la presencia de Dios en la vida de aquellos que sienten en su corazón el hacer el bien y lo hacen, conforme a la voluntad del Señor. Los que están a nuestro alrededor serán beneficiados, y los que desconociendo la palabra de Dios reaccionan negativamente ante estas acciones eventualmente serán silenciados. Así dice el apóstol Pedro en su primera epístola: “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos” (1 Pedro 2:15).

Hacer bien sin descansar es, pues, el deber del cristiano en un mundo donde hay tanto egoísmo y la búsqueda de los intereses propios es tan intensa. Estas circunstancias hacen más difícil que tratemos de hacer bien siempre, pero no debemos olvidar que la infinita gracia de Dios ha sido sobre nosotros, es decir hemos recibido su favor y su bendición inmerecidamente al ofrecer la vida de su Hijo para pagar nuestra deuda y que disfrutemos de vida eterna. Debemos, pues, por agradecimiento, imitar a Cristo quien hizo bien aún a aquellos que le rechazaron y despreciaron.

Experimentaremos gozo cada vez que procuremos aliviar el dolor y la necesidad de nuestros semejantes. Cada vez que ayudemos a los menos favorecidos y a los necesitados y visitemos a los enfermos, nuestra propia carga se hará más liviana. Ese contacto con el sufrimiento, con las miserias físicas o morales nos hará más concientes de nuestros privilegios y nos fortalecerá para soportar nuestros propios inconvenientes y dificultades. A la vez nos animará a perseverar con amor en el importante servicio de la oración y de la caridad. Esta es la verdadera religión aprobada por Dios. Así afirma el apóstol Santiago en su epístola: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo” (Santiago 1:27).

Sin duda hacer el bien nos llenará de paz y de gozo, y por añadidura el manto de protección de Dios estará siempre sobre nosotros, y nadie podrá hacernos daño. Dice 1 Pedro 3:13: “¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?” Pero aun en el caso de que Dios permitiera alguna aflicción en nosotros, debemos continuar haciendo el bien en toda ocasión que se presente, “porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal”, continúa diciendo el apóstol Pedro en 1 Pedro 3:17. Más tarde o más temprano la recompensa divina llegará a nuestras vidas, si persistimos en hacer el bien. El pasaje de hoy dice que “a su tiempo segaremos, si no desmayamos".

Busca el rostro del Señor cada día de tu vida, lee la Biblia, ora para que el Santo Espíritu de Dios produzca en ti el carácter de Cristo. Entonces hacer el bien será para ti un estilo de vida, y el nombre de Dios será glorificado, y tú recibirás muchas bendiciones.

ORACIÓN:
Padre santo, anhelo que de manera natural surja en mí el deseo de hacer bien cada vez que se presente la oportunidad. Pero reconozco que sólo tu Espíritu Santo puede poner en mí tanto el querer como el hacer por tu buena voluntad. Te ruego que pongas en mí el carácter de Cristo para que yo no me canse de hacer el bien. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

DIOS CUMPLE LO QUE ATAÑE A USTED


Salmo 137:7-8
“Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén, Cuando decían: Arrasadla, arrasadla Hasta los cimientos. Hija de Babilonia la desolada, Bienaventurado el que te diere el pago De lo que tú nos hiciste”.

David fue un hombre que enfrentó problemas todo el tiempo. Sus salmos expresan las luchas y frustraciones, pero al final, siempre volvía su enfoque a Dios. La clave de su victoriosa actitud era su fe firme en el Señor.

David confiaba en el propósito de Dios. Por eso pudo decir: “Jehová cumplirá su propósito en mí” (v. 8). La única manera cómo podemos avanzar en medio de las dificultades y no ser derrotados, es manteniendo nuestro enfoque en el Señor y su propósito. Él ha prometido hacer una buena obra en nuestras vidas, pero a veces la única manera de hacerlo es en los valles de las dificultades.

David confiaba en el poder de Dios. Cuando surgen los problemas, nosotros, también, podemos confiar en que Dios nos salvará, pero puede que no sea escapando de ellos. A veces, Él nos sostiene en medio de la dificultad, acompañándonos en cada paso del camino.

David creía en las promesas de Dios. En estos dos versículos, él se recuerda a sí mismo lo que hará el Señor. Nosotros también tenemos promesas de las Escrituras, que nos sirven de ancla en tiempos difíciles. Las verdades de la Biblia son nuestra posesión más valiosa. La confianza en sí mismo o el consejo de los demás nunca serán iguales a la ayuda que nos ofrece la Palabra de Dios.

Dios asume toda la responsabilidad en hacer lo que nos atañe en tiempo de dificultades. A usted le corresponde creer que Él cumplirá su propósito y promesas, y que su poder es suficiente. Cuando la prueba ha logrado su propósito, Él la quitará. Mientras tanto, siga caminando con sus ojos puestos en Él.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

ANTES DEL PRINCIPIO


Juan 17:5
“…Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”.

Cuando mi hijo era adolescente, me hizo una de esas preguntas que hacen que uno merezca su salario como padre. «Papá —inquirió Esteban—, si Dios ha existido desde la eternidad, ¿qué hacía antes de crear el universo?».

Así que, ¿qué sucedía en los eones previos al momento en que «creó Dios los cielos y la tierra» (Génesis 1:1)? Por un lado, sabemos que, antes de la creación, había «sabiduría» que procedía del carácter de Dios. Tal sabiduría, personificada en Proverbios 8:23, declaró: «Desde la eternidad fui establecida, desde el principio, desde los orígenes de la tierra».

También sabemos que el plan divino de salvación por gracia fue una de las obras antes de que el mundo fuera puesto en su lugar. En 2 Timoteo 1:9, leemos que la gracia «nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad». Asimismo, Tito 1:2 dice que la promesa de la vida eterna se hizo «desde los tiempos eternos». Además, sabemos que Jesucristo era glorificado y amado en la presencia de Dios «antes que el mundo existiera» (Juan 17:5; ver también v. 24).

Estos pequeños atisbos de Dios antes de que creara el mundo nos ayudan a ver un poco la esencia y la magnitud de nuestro Señor maravilloso y eterno. Observamos su majestad y grandeza. Asombroso, ¿no? Adoramos a un Dios que existió desde el principio… y aun antes.

«El mundo creado es tan solo un pequeño paréntesis en la eternidad».

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LEA: Génesis 1

Biblia en un año: Mateo 16–19
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

UNA RESPUESTA EXTRAORDINARIA A LA ORACIÓN


Salmo 121:2-5
“Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra… el Señor es tu guardador”.

Lucas 18:1
“(Jesús les habló) sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar”.

En un país donde la violencia forma parte de la vida cotidiana, un misionero se desplazaba en automóvil por la ciudad. De repente una moto con dos personas a bordo se puso a su lado; el pasajero de atrás lanzó un proyectil por la ventana abierta para alcanzar la cabeza del misionero, pero falló al blanco. Entonces el motociclista aceleró y se puso delante del automóvil. Su copiloto se dio la vuelta y apuntó con un revólver al cristiano, quien luego del incidente declaró: ¡Vi el interior del cañón, la llama… y nada más; luego ninguna bala traspasó la ventana! La moto se alejó y desapareció en medio del tráfico.

El misionero regresó a su casa impresionado pero lleno de agradecimiento a Dios. Poco después un amigo creyente lo llamó para saber cómo estaba. Entonces el misionero le contó lo que acababa de sucederle. Su amigo le dijo: –En ese momento sentí intensamente que debía orar por ti, pero no sabía por qué, ¡ahora entiendo la razón! Los dos amigos elevaron una oración de alabanza y agradecimiento por esta milagrosa respuesta.

Dios siempre responde a las oraciones de los suyos; algunas veces lo hace de forma directa y espectacular. Oremos los unos por los otros y especialmente por los siervos de Dios, quienes a menudo están confrontados a los ataques de Satanás. ¡Qué ánimo para ellos saber que, en un momento crítico, Dios conduce a otros creyentes a interceder por ellos!

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

LA ESPIRITUALIDAD DESE SER EVIDENTE... EN EL HOGAR


Efesios 5:18-21
“….antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos los unos a los otros, Someteos unos a otros en el temor de Dios”.

El lugar más fácil para mostrar la espiritualidad es ante el público, pero el más difícil es el hogar. Las relaciones en el hogar son íntimas y continuas, en tanto que las actividades e impresiones hechas en público son intermitentes y casuales. Esta advertencia axiomática es necesaria especialmente para los obreros cristianos quienes con demasiada frecuencia pueden hacer gala de su espiritualidad profesional en público y en muchos casos viven una vida carnal en su hogar. De nuevo decimos que el pasaje de Efesios 5:18-21, referente a ser llenos del Espíritu lo que aporta la base bíblica para esta característica de espiritualidad. El mandato de ser llenos del Espíritu (v. 18) va seguido en el griego de cuatro frases coordinadas, cada una de las cuales comienza con un participio. Juntamente constituyen los resultados o las características de una vida llena del Espíritu. Los cuatro principios son traducidos por hablando, cantando (v. 19), dando gracias (v. 20) y someteos (v. 21). El último no es solamente la conclusión de los versículos 18 a 21, sino también la frase tópica de lo que sigue, comenzando en el versículo 22. En otras palabras, la sumisión que es evidencia del ser llenos del Espíritu se verá en las relaciones del hogar de una manera más vívida. La palabra “someter” significa colocarse uno en un rango subordinado. Esto significa algo diferente para el marido y la mujer en el hogar, pero ambos han de someterse el uno al otro y no solamente la mujer al marido como se acostumbra a pensar. Para el marido supone al menos tres cosas:

1) El ha de dirigir, porque es cabeza de la mujer (v. 23). Esto no le convierte en dictador sino en guía responsable de la familia que no solamente tiene el privilegio de tomar las decisiones finales, sino que ha de ser responsable de ellas también.

2) Ha de amar a su esposa (v. 25). El hombre necesita esta advertencia porque por naturaleza es menos inclinado a demostrar amor, si no es menos amoroso que la mujer.

3) Ha de sustentar y cuidar a la esposa (v. 29). La palabra traducida “sustenta” significa llevar a la madurez y se emplea en el Nuevo Testamento sólo en este versículo y en 6:4. La palabra “cuida” significa fomentar o cuidar con ternura y se emplea aquí y en 1 Tesalonicenses 2:7 solamente. Lo que quiere decir, sencillamente, es que el marido es responsable en última instancia de llevar a la madurez espiritual a su esposa y a la familia.

Desafortunadamente, hoy ocurre sencillamente lo contrario en muchos hogares. Frecuentemente es la mujer la que tiene mayor intuición espiritual y se ve obligada, por decirlo así, a llevar consigo al marido. Los dos deberían estar vivos espiritualmente, y es responsabilidad del marido asumir la dirección en este asunto tan importante. La mujer espiritual estará sujeta a la dirección de su marido (vv. 22, 24). En otras palabras, no se interpondrá en la ejecución del liderazgo de su marido en la familia. No significa, sin embargo, que la mujer no haya de tener voz porque el marido hará de pieza presidencial sobre los miembros de la familia (esta palabra se usa en 1 Ti. 3:4). Desde luego, nadie puede producir la espiritualidad en otra persona, pero es responsabilidad seria del marido tomar la iniciativa en la familia y llevar la dirección en la vida espiritual de ella. De esta forma la espiritualidad de un individuo se verá en la manera de llevar sus propias responsabilidades en la familia.

“Gracia y Paz”
Vida y Familia

EL ROL DE LOS PADRES


Deuteronomio 11:19
“Y enseñaréis a vuestros hijos, (…..) cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”.

Un proverbio chino dice: "si haces planes para un año, siembra arroz. Si haces planes para diez años, planta árboles. Si haces planes para toda la vida, educa a una persona." Pero también la Biblia dice en el libro de Proverbios 22:6: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él". Esto resume la importancia del rol de los padres para con los hijos.

Al construir una relación basada en la confianza con su hijo e hija adolescente, se deben contemplar algunos aspectos muy valiosos, entre ellos, la comunicación amorosa que busque incrementar la autoestima de su hijo o hija. Esta comunicación entre padres e hijos, consiste en el intercambio de palabras, sonidos y gestos; que trasmiten un mensaje de contenido afectivo y/o intelectual.

La forma como se expresa el mensaje, las palabras que se emplean y el tono de voz que se usa, determinará la forma en la que el hijo e hija percibe el mensaje.

Cuando un padre se comunica a través de un beso, un abrazo o una sonrisa, le está trasmitiendo a su hijo/a, que es valioso/a, abriéndole la posibilidad para decir lo que piensa y siente en un ambiente de confianza y respeto.

Las palabras son semillas que se siembran, con el tiempo crecen y se multiplican, el significado de las palabras, el tono y la actitud con la que nos dirigimos a nuestros hijos, definen el valor que usted les otorga como personas y les da la seguridad y la confianza que necesitan de usted.

Educar no es imponer, educar es inspirar, transmitir conceptos y fórmulas, es más que memorizar historias… es construir una autoestima sana y una mente abierta a Dios. Esa es la labor de los padres.

Los jóvenes de la actualidad están recibiendo una visión distorsionada de la sexualidad; enfrentan la desintegración familiar, información sexual carente de formación en el carácter, y una contradicción entre lo que reciben en sus casas y los medios masivos de comunicación. Ante esta realidad, instruir para la vida desde el hogar debe ser una prioridad.

Al crecer, el niño y la niña recordarán a quienes les inspiraron, a quienes estuvieron ahí para marcar sus vidas; al que le ayudó a superar sus frustraciones, al que le dio la mano para comprender la fórmula difícil, la persona paciente que le esperó hasta terminar la tarea, al que expresó una palabra de aliento cuando ya no pretendía continuar.

La educación es la suma de cada uno de esos momentos que van dejando una marca que se recuerda para toda la vida. Si educar es modelar, los niños captarán lo que sus padres creen, al ver cómo éstos se comportan diariamente.

El éxito en la vida no depende del centro educativo donde estudian los hijos. Los padres son responsables del desarrollo adecuado de actitudes, valores y hábitos que les permitirán realizar el viaje de la vida con acierto.

La ocupación exagerada de los padres, el deterioro familiar que experimentan los hogares actualmente, entre otras situaciones, conduce a muchos padres y madres a permanecer aislados del crecimiento de sus hijos.

Cuando los padres se desentienden de la formación de los hijos, están perdiendo el único tiempo que tendrán para influenciar la construcción del carácter, la concepción que tendrán de la vida, y la oportunidad de proveerles de las herramientas necesarias para desarrollar su proyecto de vida.

Los padres tienen el privilegio y la responsabilidad de compartir sus experiencias de vida con sus hijos. Deben contar a sus hijos las aventuras que vivió cuando estudiaba, lo que aprendió, cómo lo aprendió, lo que le gustaba más, cómo enfrentaba los desafíos, y sobre el día que se enamoró por primera vez. Hablar con ellos sobre sus experiencias diarias, les ayudará a entender mejor los diferentes puntos de vista, valores, sueños, e intereses de otras personas.

Los padres no solamente necesitan hablar, sino también necesitan escuchar, contestar preguntas, o ayudarles a enriquecer su criterio. Esto les comunicará que valen mucho, que son aceptados y que no están solos en el desafío de crecer. Los padres necesitan planear algunas cosas que pueden ayudar a su hijo a descubrir el mundo. Si no lo hacen, lo hará la Internet, la pornografía, los amigos, y los medios de comunicación.

Los profesores más importantes en la vida de sus hijos son los padres. Desde que nacen, los hijos tienen hambre de aprender y descubrir el mundo que les rodea. Hablar con ellos antes, durante, y después de cualquier actividad, les ayuda a asimilar los pasos necesarios en el proceso de aprendizaje. Esta conversación también mejorará la comunicación y relación diaria con sus hijos. Cuanto más hable el uno con el otro, mejor y más placentera será la comunicación y el conocimiento mutuo.

Si educar es inspirar un espíritu libre capaz de juzgar la vida por ellos mismos, entonces debemos invertir cantidad y calidad de tiempo en enseñarles valores que fortalezcan su discernimiento, su razonamiento, su capacidad de discriminar y su habilidad de juzgar la vida con una sana conciencia.

Por esta razón, hagamos que los hijos recuerden los buenos momentos que pasan juntos con los padres; cuando les acompañamos para hacer la tarea, por la paciencia mostrada en la materia que le costaba, el día que lo llevaron a la casa de un compañero para estudiar. Que recuerden, respetando a los demás, valorando la vida y por las miles de veces que nuestras miradas se cruzaron y los padres les dijimos: "Te amo".

“Gracia y Paz”
Verdadera Vida Cristiana

PRECIOSO SALVADOR


Juan 12:32
“Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos traeré a mí mismo”.

Precioso Salvador, en verdad fuiste levantado de la tierra en la cruel cruz de Calvario. En verdad fuiste levantado de la tumba donde te habían puesto. En verdad fuiste levantado de la tierra, y a la vista de tus discípulos ascendiste al cielo donde ahora estás sentado y exaltado a la derecha del Padre. Y en verdad todos los que reciben la visión de esto son atraídos a ti. ¿Y cómo podría ser de otra manera? ¿Y cómo podría alguien mirarte así de esta manera sin arrodillarse y decirte, “Señor mío, y Dios mío”?

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día