jueves, 21 de junio de 2012

HIJOS DEL REY DE REYES

Salmo 2:7-8
“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra”

Los hijos de los famosos se creen muy importantes, pero jamás un hijo puede ser tan importante, por mucho dinero que tenga, mientras no sea hijo del Rey de reyes y Señor de señores. ¿Te has dado cuenta de lo que significa ser hijo de Dios?, seguramente sabes muy bien que lo eres, pero no estas actuando como tal.

Un hijo tiene la confianza plena en su padre, yo veo a mi hijo Uziel y cuando lo tengo en mis brazos el puede saltar, moverse o estirarse porque sabe que mientras este en mis brazos no lo soltare, pero no hace lo mismo cuando esta sentado el solo, mucho menos cuando esta parado sosteniéndose de algo, pues tiene temor de soltarse y caer, no se porque sucede esto, pero es tan lindo ver como el esta seguro mientras yo este con el, pero no es lo mismo cuando el esta solo.

Así mismo deberíamos ser nosotros, amado hermano, ¡Tenemos un Poderoso Padre!, alguien que no nos quiere soltar, alguien que quiere tenernos entre sus brazos siempre. Si por el camino te golpeas es porque te has soltado de El, es porque no has permitido que te lleve entre sus brazos, sino más bien has querido hacer tu voluntad y no la de El.

Un hijo conoce muy bien a su Padre, y su Padre lo conoce muy bien a su hijo, muchos decimos ser hijos de Dios, pero no conocemos muy bien a nuestro Padre, y es porque no edificamos un habito diario de lectura de su Palabra, amado hermano, ¿Cómo conoceremos a nuestro Padre si no intimamos con El?, para conocer a Dios además de leer su Palabra tenemos que pasar por situaciones difíciles, pues ¿De que otra forma conoceríamos al Dios Sanador?, ¿Cómo conoceríamos al Dios proveedor?, ¿Cómo conoceríamos al Dios de Paz?, ó ¿Al Dios de Milagros?, ¿Al Dios de justicia?, ó ¿Al Dios Soberano?, amado, tenemos que pasar por muchas cosas para poder conocerlo a perfección, así que no te quejes cuando estés pasando situaciones difíciles, pues dichas situaciones solo será una oportunidad mas para seguir conociendo al Dios que te ama con amor eterno y quien tiene TODO bajo control.

Que lindas palabras las que leemos en el Salmo que leímos al principio: “Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy”. Esto es un símbolo de posesión:”Mi hijo eres tú”. Dios sabe muy bien que eres su hijo, pero quiere que actúes delante de el como tal.

“Pídeme, y te daré por herencia las naciones”, definitivamente un Padre anhela dar lo mejor a su hijo, pero para que esto ocurra el hijo debe tener la suficiente confianza como para pedirle. ¿Por qué muchas veces no recibimos?, simple, porque NO PEDIMOS, la Biblia dice: “El que pide, recibe”, Dios quiere darte muchas cosas, pero es necesario Pedir y esto tiene que ver con oración y la oración con mantener un hábito diario de búsqueda de la presencia de Dios. ¿Cómo recibirás, sino oras?, es necesario orar, no que vayas a pasar todo el día orando, aunque si lo puedes hacer Gloria a Dios, pero sino, aprovecha tu poco tiempo delante de Dios y que lejos de ser grandes cantidades de tiempo desaprovechados, que sea calidad de tiempo aprovechado delante de El.

Dios quiere que nos demos cuenta de que no somos cualquier cosa, que no somos del montón, sino que somos hijos suyos y por lo tanto tenemos los mayores derechos sobre la faz de la tierra. Derecho de ser felices, derecho de tener provisión, derecho de tener salud, derecho de respaldo de Dios, y toda clase de derechos que un hijo de un Rey de reyes y Señor de señores pueda tener. Pero ¿Qué se necesita para obtener todos estos derechos?, simplemente actuar como hijos de Dios y tener claro lo que esto significa.

Dios quiere bendecirte en gran manera, pues eres su hijo, es hora de darnos cuenta de lo que esto significa y comenzar a actuar como tales, un hijo que agrada a su Padre, tendrá más beneficios que el que lo desagrade.

Dios es tu Padre, búscalo, agrádalo y pídele, pues El te dará

"Gracia y Paz"
(Haydee Norma Scorziello)

DE DOBLE ÁNIMO

Santiago 4:8
“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”.

Dos días antes de la Pascua, Jesús fue el invitado de honor en una cena en casa de Simón el leproso. Jesús había sanado a Simón y este, para mostrar su gratitud, preparó una concurrida fiesta. Simón era tío de María, Marta y Lázaro, los amigos íntimos de Jesús. No obstante que creía que Jesús era el Mesías, nunca se había convertido y no había recibido un corazón nuevo. De hecho, Simón fue quien arrastró a su sobrina María a la vida de pecado de la cual Jesús la había liberado.

Hay personas que son malas hasta la médula. Saben qué es lo mejor, pero prefieren hacer lo malo. Jamás tienen palabras de disculpa o excusa, jamás son amables y consideradas (a no ser que ello les reporte algún beneficio o contribuya a conseguir algún fin, y entonces es puro fingimiento). Jamás se las ve por la iglesia, nunca leen la Biblia y no tienen idea de qué es orar. Hay otras que parecen buenas de pies a cabeza. Son corteses, amables, reflexivas, mansas y espirituales. Asisten fielmente a la iglesia, son amantes miembros de la familia y buenos ciudadanos. Jamás tienen problemas y parece que les encanta ayudar a los demás.

Y luego están quienes llevan una doble vida. Son muy religiosos. Devuelven el diezmo, dan ofrendas, visitan a los enfermos, socorren a los pobres, estudian la lección de la Congregación, nunca faltan a la iglesia y hasta pueden llegar a ser directores de algún departamento. Sin embargo, en casa siempre están de mal humor y son bruscos, desconsiderados y egoístas con los demás miembros de la familia. Exigen hacer las cosas a su manera, se divierten con actividades inadecuadas y contaminan a los demás con su influencia. Simón era un ejemplo perfecto de alguien que lleva una doble vida.

En Apocalipsis 3:16 Jesús dijo que prefiere que seamos calientes o fríos. Esto no significa que quiere que seamos malos. Significa que, para nuestro propio bien, no debemos llevar una doble vida. La conversión es más probable en una persona realmente mala que en aquella que, siendo mala, pretende ser buena. Esa persona no siente la necesidad de convertirse. Señor, haz que mi vida sea tuya al cien por cien.

(Basado en Mateo 26:6-13)

“Gracia y Paz”
(Richard O´Ffill)

¿DESESPERACIÓN O CONSUELO?

Jeremías 29:11.
“Sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.

1 Tesalonicenses 4:13
“No os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”.

Los creyentes de Tesalónica le habían contado al apóstol Pablo sus inquietudes respecto a la muerte de sus familiares. Se preguntaban qué sucedería con ellos cuando Cristo viniese a buscar a los suyos. El apóstol los tranquilizó revelándoles de parte del Señor que todos los rescatados de Cristo, muertos o vivos, oirán el llamado del Señor e irán a su encuentro (cap. 4:13-18). Y concluye diciendo: “Alentaos los unos a los otros con estas palabras”.

Por otro lado les habló de los que pierden a uno de los suyos y “que no tienen esperanza”. Si no hay esperanza respecto a los que se fueron, no hay consolación posible. Por eso permanecen sumidos en la tristeza, haciéndose miles de preguntas: ¿Dónde están? ¿Desaparecieron en la nada? ¿Están en una especie de descanso? ¿Están sufriendo en los tormentos? ¿Se han reencarnado? ¡Cuántas preguntas sin respuesta carcomen a los que no quieren creer lo que Dios dice!

Dios no deja al hombre en la duda. Efectivamente, no hay ninguna esperanza para los que mueren en sus pecados (Juan 8:21, 24), es decir, sin haber creído en Jesucristo, sino “una horrenda expectación de juicio” (Hebreos 10:27). Pero para los que han depositado su confianza en el Hijo de Dios, quien murió por ellos en la cruz del Gólgota, no se trata sólo de esperanza, sino que tienen una seguridad: “estar con Cristo” por toda la eternidad, “lo cual es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23).

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

¿AFLIGE DIOS A SUS HIJOS?


Salmo 66:10-12
“Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundancia”.

¿Dios aflige a sus propios hijos? El salmista está diciendo: "Señor, ¡Tú me pusiste en aguas tan altas por encima de mi cabeza que pensé que iba a ahogarme. Me pusiste en el fuego, me trataste como se purifica a la plata. Me llevaste a una red, trajiste aflicciones a mi, pues permitiste a los hombres derrotarme!"

¿Por qué permite Dios tales aflicciones? Debido a que estaba llevando a su amado hijo a un "lugar de riqueza". En el original hebreo esta frase significa "un lugar de abundantes frutos". Dios está diciendo: "Te voy a llevar a través de todos estos lugares duros para que seas fructífero para mi Reino".

Sin embargo, no todos los males provienen de la mano de Dios. Muchos problemas vienen del diablo, directamente desde los abismos del infierno. "Porque él [Dios] no aflige ni entristece a los hijos de los hombres" (Lamentaciones 3:33). Dios dice: "No encuentro ningún gozo afligiendo a mis hijos. Ese no es mi objetivo al permitir los problemas". No, el Señor permite nuestras aflicciones sólo para sus propósitos eternos, para llevarnos a un "lugar de riqueza".

Me estremezco con asombro al recordar todos los dolores, las pruebas, las aguas profundas, los ardientes fuegos y las poderosas aflicciones que he visto en los últimos años. Y por lo general cuando las aflicciones vinieron, no llegaron de una en una, ¡llegaron juntas! Muchas veces pensé, "No hay manera de que pueda lograrlo". Incluso los recuerdos de las aflicciones son dolorosos, recordar la difamación, los castigos del Señor, las pruebas del ministerio, los embates personales, los problemas familiares, los dolores corporales y los achaques. Sin embargo, al recordar esos años de sufrimiento, puedo decir con seguridad, "la Palabra de Dios es verdad. ¡Él me sacó de toda aflicción que vino sobre mí y le alabo!"

“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)

¿ESTÁS USANDO EL PODER DE LA PALABRA?


Mateo 4:1-11
“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti; y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.”

Una de las armas preferidas del diablo es atacar nuestras mentes con pensamientos de condenación que vienen como dardos envenenados, tratando de interferir en el proceso de santificación del Espíritu Santo en nuestras vidas. Esta batalla se gana aferrándose a la poderosa Palabra de Dios y declarándola con autoridad. Nunca debemos entrar en "conversaciones" con el enemigo. ¡El Señor ha hablado y ya no necesitamos escuchar ninguna otra voz! Esta fue precisamente la causa de que Eva cayera en pecado, su disposición a escuchar al enemigo y entrar en "razonamientos" con él. La actitud que debemos imitar es la de Jesús en el pasaje de hoy. Allí el Señor se enfrentó a Satanás con la Palabra de Dios, y ante cada tentación puesta delante de él por el enemigo simplemente respondió diciendo: "Escrito está", y el diablo tuvo que irse sin lograr sus propósitos. Cada acusación de Satanás y cada tentación que él nos presente tienen una respuesta poderosa y decisiva en la Palabra de Dios.

Si el enemigo ataca tu mente con pensamientos de condenación, simplemente di en voz alta: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Romanos 8:1).

Si te recuerda algún pecado cometido, y quiere hacerte sentir culpable, declara sin temor: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Si el Señor nos promete esto, ¿quién es el enemigo para decir otra cosa?

Si se presenta la tentación de un placer sexual ilegítimo, responde inmediatamente: "Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón" (Salmo 37:4).

Si llevas mucho tiempo esperando y el diablo quiere llenarte de ansiedad, dile: "Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas y levantarán alas como las águilas" (Isaías 40:31).

Si estás en medio de una prueba tras otra, y comienzas a desanimarte, declara con autoridad: "Yo sé que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Romanos 8:28).

Si te sientes débil y piensas que no puedes seguir adelante, proclama a toda voz: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).

La Biblia está llena de respuestas como estas para cada situación de la vida. Por eso es tan importante escudriñarla cada día en busca de ese conocimiento con el cual podemos enfrentarnos a Satanás y a todas sus mentiras y obtener la victoria. No podremos ser verdaderamente libres hasta que conozcamos profundamente la Palabra de Dios. Así lo declaró Jesús a un grupo de judíos que habían creído en él: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-31).

Hazte el propósito de pasar tiempo diariamente orando y leyendo la Biblia. Conoce la verdad, y aplícala a todas las situaciones y circunstancias de tu vida.

ORACIÓN:
Gracias Señor porque tu Palabra tiene el poder y la autoridad para rechazar y destruir todo intento del diablo de afectar mi relación contigo. Yo decido a partir de este momento escudriñar cada día tu Palabra en busca del conocimiento de la verdad, la cual me libera y me da la victoria. En el nombre de Jesús, Amén.

LAS RECOMPENSAS DE UN SERVIDOR


Hebreos 6:10
“Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún”.

Por su gracia, Dios da la salvación gratuitamente a quienes ponen su fe en Jesús. No podemos ganarnos este regalo, y tampoco lo merecemos. Pero nuestro Padre celestial sí observa nuestras buenas obras, y promete recompensarnos según lo que hagamos para Él y su reino.

El servicio tiene lugar cuando dejamos que el Señor obre por medio de nosotros, para su honra y gloria; cuando los recursos divinos satisfacen las necesidades humanas mediante nosotros.

Apocalipsis 22:12 nos estimula: "He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra". Ya sea grande o pequeño, todo servicio hecho en el nombre de Jesús será bendecido. Pero debemos asegurarnos de que nuestras acciones sean para la gloria de Cristo. Si la motivación es nuestra propia gloria, la única recompensa que recibiremos (si acaso) será la alabanza de las personas que nos rodean. Y sabemos que la aprobación de los hombres no satisface ni es duradera.

Si bien algunas recompensas serán dadas en el cielo, otras pueden tenerse ahora. Por ejemplo, la alegría que sentimos al permitir que Dios bendiga a otros por medio de nosotros, y agradar a Cristo. Además, hay un profundo sentido de satisfacción cuando conducimos a una persona a Jesús y le enseñamos a andar por fe.

Servir a los demás es una gran bendición y una responsabilidad. Debemos considerar sinceramente cuál es nuestra motivación, para estar seguros de que nuestro propósito es única y exclusivamente glorificar a Cristo. Solo así recibiremos las recompensas que nos serán dadas no solo en la eternidad, sino también en la Tierra.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

JEHOVÁ ES DIOS, Y NO HAY OTRO


1 Reyes 8:60
"A fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro".

Al dedicar el gran templo de Salomón en Jerusalén, Salomón pide la bendición de Dios sobre el pueblo de Israel y el templo, y concluye su oración con estas palabras: “A fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro”. No hay otro Dios sino Jehová. Todo viene de Él, y regresan a Él, y nuestro futuro, y nuestro eterno bienestar dependen de Él, quien al conocerlo nos da la vida eterna, como dice Jesús en su oración al Padre, “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” Juan 17:3.

Sale el sol, y se pone. Pasan los días y conducen a la tragedia más grande que hay: pasar la brevedad de todos los días aquí en la tierra sin conocerle a él, quien nos da la vida eterna.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día