domingo, 16 de febrero de 2014

¡¡CUIDADO CON LAS SERPIENTES!!


        
Génesis 3:1-5
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”.

Aquí, en esta porción de la Escritura, vemos la historia de la desobediencia del Hombre, Dios le dio una ayuda idónea a Adán, la cual se llamaba Eva. Ambos Vivian muy bien en el huerto donde Dios los había puesto, pero llegó la serpiente y cambio toda la historia de la humanidad.

Muchos culpamos  a Eva, por desobedecer, pero la serpiente no convenció tan rápido a la mujer, sino que hubo un dialogo entre ellos (Vers. 1-5). Luego de ese dialogo, Eva accedió y comió, y desde allí cambio todo en la vida de ellos y de nosotros hoy en día.

Esta no ha sido la única serpiente que ha engaño al ser humano. A lo largo de toda la historia del mundo han existido toda clase de serpientes que han manipulando al ser humano a hacer todo aquello que vaya en contra de nuestro Padre, por ejemplo: pornografía, fornicación, infidelidad, adulterio, lesbianismo, homosexualidad, abuso infantil, crímenes, robos, alcoholismo, drogadicción, etc.

A simple vista podemos decir ¡No! Pero estas serpientes comienzan a seducirnos, y a convencernos que Dios no se molesta con los pecados que hagamos. Que “Dios es amor”. Serpientes que nos dicen, no te preocupes por vivir en Santidad, que al final tu eres ¡Salvo siempre salvo! Hay serpientes que dicen que en la Biblia no dice que fumar es malo, que tomar alcohol no es malo, en fin, utilizan toda clase de argumentos y artimañas para hacernos caer. El trabajo de las serpientes es convencerte que a Dios no le molesta que lleves una vida arruinada, si al final su hijo murió por nosotros, pero lastimosamente nunca pensamos en las consecuencias de nuestras malas acciones “No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará” (Gálatas 6:7).

Pongamos mucho cuidado con los falsos profetas que nos presentan un evangelio light, sin compromisos, recuerda que nuestro Padre es celoso, y quiere que le adoremos solo a Él, no podemos vivir como el mundo vive, nosotros debemos ser luz en nuestra comunidad, con nuestra familia, con nuestros vecinos, con nuestros compañeros de trabajo, para que más personas conozcan de Dios. Recuerda que al final nuestro Padre nos demostrará que si en lo poco fuimos fieles, sobre mucho nos pondrá.

Hebreos 12:28-29
“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor”



“Gracia y Paz”

¿Y TU… CÓMO GUARDAS TU CORAZÓN?



Proverbios 4:23
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.

La obediencia se deriva de un verbo muy complicado de cumplir para muchos. Basta ponerse a pensar cuantas veces hemos desobedecido, ¿te acuerdas de alguna  falta grave que haya marcado tu vida? Creo que ni deseos dan que vuelva a pasar… ¿verdad?

Para nosotros como hijos de Dios, lo más doloroso es haberle fallado a nuestro Padre Celestial. Para los que aún siguen desobedeciendo a Dios se ha vuelto su deporte favorito.

El capítulo 4 de proverbios son consejos que David le daba a su hijo Salomón. Para David lo mas importante era enseñar a su hijo a cuidar su corazón. Porque sería la fuente de su vida. Ahora la pregunta para nosotros es ¿Qué tanto cuidamos nuestro corazón? ¿Qué cosas dejamos que entren en él?

Como Cristianos debemos de hacer un análisis de lo que entra diariamente a la fuente de nuestra vida. Porque lo que tenemos guardado es lo que expresamos, la misma Palabra nos dice: “porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6.45b). En nuestras vidas nuestra fuente debe estar llena de la Palabra de Dios, para cuando vengan los problemas, de nuestra fuente pueda brotar fe y confianza, entre otros. Cuando permitimos que cosas vanas entren a nuestra vida, ellas toman mucha fuerza, y terminamos haciendo a un lado a Dios, y nuestra manera de hablar comienza a cambiar. Cuantas veces tú has sentido deseos de ya no ir a tu iglesia, o cuantas veces has querido dejar tu cargo en tu iglesia. Cuando surgen esos sentimientos es porque sin darnos cuenta estamos permitiendo que el enemigo meta cosas negativas a nuestra fuente. Por eso David fue muy sabio al darle ese consejo a Salomón. Nuestro corazón es un elemento tan importante, que es el principio de donde se toman las decisiones más importantes de nuestra vida.

Cuida tu fuente, porque allí permanece todo lo que tú vas guardando conforme vas creciendo en tu vida. Entre más te alimentes de la palabra de Dios, y busques de estar más tiempo con El. Tu fuente tendrá las fuerzas suficientes para superar toda dificultad que estés pasando; o cuando te encuentres deprimido, tu fuente te recordará que Dios está contigo. No descuides tu fuente, debes estar pendiente de lo que entra. Tú decides que es lo que puede o no entrar. Tú tienes la última palabra. En economía nos enseñan, “que hay que pensar con la cabeza y no con el corazón, pero en Cristo, hay que pensar con el corazón y no con la cabeza”.  ¿Porque? Porque la mente cuestiona muchas cosas a Dios, y llega un momento que perdemos nuestra fe. Pero cuanto lo hacemos con el corazón, no hay ningún cuestionamiento, sino que todo lo hacemos con fe y con seguridad, porque estamos convencidos que nuestro Dios es suficiente en nuestra vida, y no necesitamos de nadie más, solo de la Palabra de nuestro Padre Celestial.



“Gracia y Paz”

¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE SER PROSPERO?



3 Juan 1-2
"El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma"

Indudablemente una de las doctrinas que más han revolucionado en los últimos años dentro de muchas iglesias carismáticas, y que los predicadores avaros han sabido aprovechar muy bien, es el tema de la “prosperidad”.

La prosperidad, en sentido general, es una de las cosas más anheladas por el ser humano. Cuando se trata del aspecto económico, podemos asegurar que a nadie le gusta vivir en pobreza y escasez. Nuestra naturaleza humana tiende a no conformarse con menos que la abundancia y la prosperidad. Por esta razón el ser humano lucha con todas sus fuerzas y recursos por progresar en el aspecto económico. También hay preocupación por prosperar o mejorar en el aspecto físico. La apariencia física ocupa un lugar importante en las prioridades de la mayoría de las personas, de ahí la enorme variedad de dietas para perder peso, gimnasios, cremas y otros tantos medios de embellecimiento. Y cuando hay alguna enfermedad, la preocupación es entonces prosperar en el aspecto de la salud.

En el pasaje de hoy, parte de su tercera epístola, el apóstol Juan se dirige a Gayo, un amigo muy amado, al cual muestra el afecto propio de un verdadero pastor y maestro. Juan está preocupado tanto por la prosperidad y la salud física de su discípulo como por su salud espiritual. Por eso le dice: “Yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud”. Y entonces añade: “así como prospera tu alma". Juan sabía por experiencia propia que la prosperidad, ya sea material o física, depende fundamentalmente de cómo prospera el aspecto espiritual. Y la prosperidad del alma sólo se alcanza cuando le entregamos nuestra vida a Cristo. Allí comienza a edificarse el fundamento de una prosperidad estable y permanente. Es decir, si NO solucionamos primero el problema de nuestra pobreza espiritual, todo lo que prosperemos en otras áreas no tendrá un buen fundamento.

La prosperidad material puede perderse en cualquier momento. Un mal negocio, un robo, un incendio o la pérdida de todos los bienes nos pueden dejar en la calle. La prosperidad física nadie la tenemos garantizada. Si hoy nos despertamos con salud ha sido por la gracia de Dios. Uno puede comprar un buen seguro médico y medicinas pero no la prosperidad física. Tenemos, pues, que entender que la prosperidad en la que todo ser humano necesita enfocarse en primer lugar es la prosperidad espiritual, la cual es eterna y es la base para la verdadera felicidad. Jesús dijo a sus discípulos: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33). Cuando Jesús dijo "y todas estas cosas os serán añadidas", se estaba refiriendo a comida, bebida, ropa, posesiones materiales en general, salud y bienestar económico. Son las mismas "cosas" a las que se refiere Juan en el pasaje de hoy. Todas estas cosas las vamos a recibir en la medida en que primeramente prosperemos espiritualmente.

Alguien dijo que hay gente tan pobre en este mundo que lo único que tienen es dinero. El dinero no garantiza la felicidad, en cambio en Cristo hay paz y gozo en todas las circunstancias. ¿Eres tú una persona próspera espiritualmente? Si no lo eres, entonces crecer espiritualmente debe ser tu prioridad. Sólo así podrás vivir una vida de verdadera prosperidad en todos los demás aspectos. En Deuteronomio 8, Dios advierte al pueblo de Israel que no se olviden de él cuando estén disfrutando de prosperidad y riquezas, pues de cierto perecerían. Y entonces les dice: “Acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas”.

Busca con vehemencia el rostro del Señor. Lee su palabra diariamente (sin faltar), medita en ella, ora más, sírvele más. Entonces comenzarás a sentir paz y gozo en tu corazón aun en medio de circunstancias desfavorables, serás mucho más paciente, tu fe será fortalecida y tu carácter será transformado positivamente. Esto es prosperidad espiritual. Esta es la base para una total, verdadera, estable y duradera prosperidad en todas las áreas de tu vida.

1 Crónicas 22:13
“Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó…”

ORACIÓN:
Mi Amado Dios, te doy gracias porque en ti está el poder para la verdadera prosperidad y la felicidad en este mundo de aflicciones. Te suplico me ayudes a buscar tu presencia cada día antes que cualquier otra cosa, confiando en que, si es tu voluntad, tú añadirás con abundancia todas las cosas que yo necesito; porque tu Palabra es fiel y verdadera, y dice que si yo “busco primeramente tu reino y tu justicia, todas las demás cosas me serán añadidas". En el nombre de Jesús, Amén.


“Gracia y Paz”
Dios te Habla

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