sábado, 22 de diciembre de 2012

¿PUEDES SENTIR GOZO EN MEDIO DE LA PRUEBA?



Habacuc 3:17-18
"Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación".

En los tiempos que el profeta Habacuc hizo esta declaración, el fruto de la vid era un símbolo de bienestar y prosperidad, el olivo era un producto esencial para la economía, y el ganado era fuente principal de la alimentación, produciendo carne y leche. Es decir, la falta de estas cosas era sinónimo de profunda miseria y escasez. Lo maravilloso de este pasaje es que, a pesar de la situación tan difícil que describe, el profeta declara su total confianza en Dios, alegrándose y gozándose en su presencia. ¡Qué maravillosa enseñanza para nosotros!

Actualmente alrededor de todo el mundo existe un gran problema económico. Hay escasez de todo tipo, desempleo, hambre, enfermedades, sufrimientos, y al igual que en los tiempos de Habacuc, hay un Dios todopoderoso que sólo espera que confiemos en él para acudir a nuestro auxilio. Podemos atravesar tiempos de terrible escasez económica y falta de todo lo necesario para vivir pero lo más importante es que nunca nos falte la presencia del Señor pues sin él estamos completamente perdidos y sin esperanza.

En su carta a los filipenses, el apóstol Pablo los exhorta a mantener el gozo, cualesquiera fueren las circunstancias que les rodearan. No solamente en las buenas, sino también en las malas, o sea siempre, en todo momento. Dice Filipenses 4:1: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” Lo más impactante de esta expresión es el hecho de que cuando Pablo la escribió, estaba nada menos que en una cárcel romana, rodeado de incomodidades, pasando hambre, siendo humillado y torturado, y esperando que en cualquier momento lo ejecutaran. Y aún en estas terribles circunstancias, él manifestaba su absoluta confianza en el Señor, lo cual le permitía sentir un gozo tan grande y profundo que no podía dejar de exhortar a los filipenses a que se regocijaran en todo momento.

Difícilmente alguien va a encontrarse alguna vez en una situación tan dura como la de Pablo cuando escribió esta carta a los Filipenses. Pero no sólo él los alienta exhortándolos a estar gozosos siempre, sino que más adelante también les asegura: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús." (Filipenses 4:19). Dios tiene poder para suplir todas y cada una de nuestras necesidades, pues sus riquezas en gloria son ilimitadas, y su amor por nosotros es infinito. ¿Cómo podríamos tener la más mínima duda de esto si él entregó a su Hijo por salvarnos de la condenación eterna?

También Jesús animó a sus discípulos a que confiaran en él en medio de la aflicción y la adversidad. En Juan 16:33 les dice: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Con Jesús de nuestro lado la escasez puede transformarse en prosperidad, la enfermedad en salud, el temor en seguridad, la soledad en compañía, el fracaso en éxito. A lo largo de nuestras vidas podremos tener escasez de muchas cosas, pero es necesario recordar siempre que más importante que cualquier posesión material es la presencia de Dios en nuestras vidas. Sus muchas promesas deben darnos la tranquilidad y el gozo que sentían Habacuc y Pablo en medio de situaciones tan difíciles.

Cuando llegue la prueba, o la situación en la que estás se torne aún más difícil, no olvides que siempre puedes acudir al Dios todopoderoso en busca de ayuda, como dice Hebreos 4:16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Ese oportuno socorro está disponible para los que confían en Dios. Pero no es posible confiar en Dios si no le conocemos íntimamente por medio de una relación diaria con él a través de la oración y la lectura de su palabra.

ORACIÓN:
Gracias, Dios mío, por el aliento y la seguridad que me ofreces a través de tu palabra. Ayúdame a mantenerme firme en mi confianza en ti cuando la escasez, la aflicción o el sufrimiento toquen a mi puerta, para que tu gozo abunde en mi corazón. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

EL RICO NECIO Y TORPE



LECTURA: Lucas 12:13-21

Alguien le dijo a Jesús:

- Maestro, ordénale a mi hermano que me de la parte de la herencia que me dejó nuestro padre.

Jesús a los que allí estaban les dijo que no desearan tener cada vez más cosas, siempre pensando en las riquezas y en tener más y más. No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.

Jesús les puso el siguiente ejemplo:

Las tierras de un hombre muy rico habían dado una gran cosecha. Era tanto lo que se había recogido que el rico no sabía dónde guardar los granos. Pero después de pensarlo dijo: Ya sé lo que haré, derrumbaré los graneros que tengo y construiré unos muchos más grandes. Allí guardaré lo que he cosechado y todo lo que tengo, después me diré: ¡Ya tienes muchas riquezas y podrás vivir muchos años, come y bebe y diviértete todo lo que puedas y disfruta de la vida!

Pero Dios dijo: ¡Necio y torpe eres, esta misma noche morirás y de que te sirve todo lo que has amontonado, otros disfrutarán todo lo que has guardado!

Así todos los que amontonan para sí mismos riquezas piensan que son ricos, pero en realidad son pobres, porque no ponen a Dios en primer lugar en sus vidas.

ORACIÓN:
Señor, te pido que me ayudes a ponerte siempre en primer lugar en mi vida, y que para mi lo más importante no sea tener y tener cosas, sino tenerte a Ti en el corazón para que cuando Tú me vengas a buscar esté preparado para irme contigo. Muchas gracias porque se que Tú me cuidas. En el nombre de Jesús. Amén.

“Gracia y Paz”
Devocionales para Niños

LAS MENTIRAS DE VIEJO Y ENGAÑOSO SATÁN CLAUS



Colosenses 1:10
“Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”.

Al llegar la época navideña, para muchos cristianos comienzan los dilemas de “lo que se puede hacer” y “lo que no se puede hacer”.

Muchos, en estas fechas, no logran comprender que la navidad va mucho más allá que una tradición, o el reunirse con familiares y amigos para pasar juntos un momento agradable. La Navidad, es el momento exacto para reconocer que Jesús es el motivo de nuestra celebración y de nuestra redención.

Muchos, en esta época, celebran la navidad con algarabía y gozo, pero jamás han invitado a Jesús a ser parte de dicho festejo, ya que en los últimos años, y a lo largo de todo el mundo, se ha tenido más memoria de un personaje inventado llamado Santa Claus, que del mismo Hijo de Dios, el cual se hizo hombre y se dio a sí mismo en sacrificio en la cruz solo por amor hacia toda la humanidad.

Millones de personas, celebran estas fechas, sin llegar a comprender que Santa Claus solo es una historia inventada, mientras que Jesucristo es El Dios que vive y reina por los siglos de los siglos.

Pero veamos un poco de donde viene esta creencia…

Santa Claus no solo no es un personaje cristiano o bíblico, sino que además, ha sido el personaje escogido por satanás para tratar de reemplazar a Cristo en esta época, o al menos para tratar de suplantarlo, haciendo olvidar a las personas de quien realmente es el autor de la verdadera Navidad.

La leyenda de San Nicolás, surgió con un obispo de Myra, en Asia Menor, en el siglo IV, que se hizo famoso por su generosidad hacia las personas. La gente llegó a creer que cualquier donación hecha por sorpresa venia de parte de él.

El pueblo de Holanda, tomó a San Nicolás como santo patrón de los niños, y su fama se extendió poco a poco. En muchos países de Europa los niños creían que él era quien traía los regalos que recibían en la Navidad.

Si a todo esto le sumamos la creencia del pueblo Noruego, de que la diosa Hertha aparecía sobre las chimeneas de las casas trayendo suerte para el hogar, tendremos como resultado la historia de Santa Claus, entrando por las chimeneas para dejar sus regalos a todos los niños que se portan bien durante el año.

La leyenda de “Satán Claus” se fue armando poco a poco a lo largo del tiempo, hasta llegar a estos días, en donde la imagen de un viejo gordo, con barba, bigote, con su cabello completamente blanco, y un enorme traje rojo, que viene volando por el cielo, guiando un trineo tirado por dos equipos de renos, proveniente del Polo Norte, llamado san Nicolás, Papa Noel, o Santa Claus, es usada por los grandes centros comerciales del mundo entero, tratando de fomentar el consumismo, y representando la época navideña y todo lo que tiene que ver con ella, en lugar de ser Jesucristo el centro y razón de este festejo.

Hoy en día, cuando los niños aun son pequeños, sus padres los engañan diciendo que es Papa Noel quien le trae regalos, y se los deja entrando por la chimenea. Estos mismo niños, más tarde, al crecer y descubrir que todo ha sido una vil y despreciable mentira dicha por sus padres, rápidamente asocian el hecho con la fiesta del nacimiento de Jesús y toman a la navidad como una de las mayores mentiras aplicadas en la infancia.

Por estos días son más los que prefieren creen en Santa Claus que los que deciden creer en Jesucristo, por lo cual, en esta época, muchos hombres cambian sus caracteres, y se ponen totalmente sensibles, amando a todos aquellos que tanto han odiado en sus vidas, pero una vez pasadas estas fiestas, vuelven a retomar sus rencores y ofensas, supuestamente olvidadas, volviendo a ser todo exactamente igual a como era antes, o en algunos casos aun peor.

La mayoría de la humanidad, celebran estas fiestas con regalos, comidas, bailes, alcohol, droga, y todo tipo de excesos, sin llegar a comprender que la verdadera navidad, se disfruta, se entiende, y se celebra, solo cuando Jesús ha entrado en nuestros corazones, y le hemos dado la oportunidad de que gobierne nuestras vidas.

Multitudes de personas se preocupan más por buscar regalos, por hacer una buena fiesta, o por un arbolito lleno de luces, que por llegar a comprender bien el verdadero significado de la navidad y la gran bendición que ello encierra.

Dios nos dio el regalo, que es sobre todo regalo, y permítame que le diga que dicho regalo no es la navidad, sino más bien, Aquel que es el motivo de la navidad: “Jesús”.

Sin Jesús no hay navidad; y precisamente por este motivo, en muchos hogares donde todo es fiesta en esta época, hay como un vacío, el cual solo puede ser llenado por aquel a quien le pertenece ese lugar: Jesucristo. Sin embargo cuando ese espacio lo ocupa una fabula llamada “santa Claus”, el vacío se vuelve mucho más profundo, ya que ningún ser humano, cuento, o historia, puede hacer lo que el Hijo del Dios viviente hace en nuestras vidas, cuando decidimos invitarlo a nuestros corazones, hogares y/o familias.

Tal vez, año tras año usted ha celebrado y vivido esta época con un sentido totalmente opuesto a lo que es la verdadera esencia de la navidad, pero hoy es el día en el que puede comprender que Santa Claus esta tan lejos de reemplazar a Jesucristo, o de ser el representante de la navidad, como el polo norte lo está del polo sur.

Cuando nacemos de nuevo y le permitimos a Jesús que gobierne nuestra vida, es allí cuando nuestra personalidad comienza a cambiar realmente, de modo que estamos más interesados en dar que en recibir, en servir que en que nos sirvan, en que vean a Cristo, que en que nos vean a nosotros, y en morir a nosotros mismos que en vivir “la vida loca”.

Muchas personas, toman estas fechas para tirar la casa por la ventana, hacer locuras y para tomar decisiones de las cuales luego se arrepienten, pero hoy sería muy bueno que comprendamos que en estos tiempos, más que nunca, debemos andar como es digno del Señor, agradándole en todo, buscando solo hacer su voluntad, y que ese fruto sea duradero, y no solo conformarnos con regalar algo y pasar tiempo con nuestra familia, sino creciendo en el conocimiento de la verdad y siendo totalmente libres del pecado y las mentiras del viejo y engañoso “Satán Claus”.

“Gracia y Paz”
Sal y Luz

DIOS CON NOSOTROS



Isaías 7:14
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.

Cuando el ángel se presentó a José en sueños, dio una serie de indicaciones que debían de ser concretadas cuando naciera el niño. Una de ellas era el cumplimiento de lo que ya había sido establecido por Dios mismo, alrededor de setecientos años antes, cuando habló por medio del profeta Isaías (Isaías 7:14). Entonces había hecho el anuncio que llegaría al mundo a través de un seno virginal y que su nombre sería “Emanuel”. En el Nuevo Testamento, que estaba escrito en griego y no en hebreo, se aclara “que traducido es: Dios con nosotros”.

Nos llama la atención que el ángel diera un nombre distinto cuando se le apareció a José que cuando se le apareció a María, “llamarás su nombre JESÚS” (Lucas 1:31) que es precisamente lo que hicieron, como también nos lo dice el mismo relato de Mateo. José en persona, ocupando el lugar de padre “le puso por nombre JESÚS” (Mateo 1:25).

Ciertamente “JESÚS” era un nombre que cuadraba bien al Niño de Belén. El ángel había hecho la explicación: “Y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). Jesús significa “SALVADOR”, y no hay duda de que es eso lo primero que pensamos cuando elevamos nuestra mente al Señor Jesucristo. Ese es el nombre con que lo conocieron en su tiempo. A tal punto vemos que era su nombre “oficial” que es el que Pilato colocó en el cartel de la cruz (Juan 19:19).

Hablar de que aquel niño llegaría a ser “Jesús”, es describir al Dios que vino al mundo con poder y acción para derrotar al demonio y a la muerte, sufriendo la consecuencia de los pecados. Pero para que ello llegue, era necesario, por así decirlo que ocurriera lo otro: que Dios estuviera con nosotros.

De ese modo, “Emmanuel” es la descripción más amplia de lo que significó la encarnación: Cristo nuestro Salvador; pero es mucho más: es la misma presencia de Dios en este mundo, a nuestro lado (Juan 14:8-10). Por supuesto la presencia de Dios es segura aunque no haya ninguna realidad manifiesta en el mundo físico. Lo creemos hoy y lo creyeron los patriarcas y profetas de la antigüedad, antes que Él viniera a la tierra. Pero sin duda, la encarnación, que es la expresión teológica con que nombramos la navidad, nos ayuda sobremanera, para sentir la realidad maravillosa de la divina presencia.

I. TODOS PODEMOS SENTIRLE CERCA

Para los paganos, que habían llegado en algunos casos, como Platón o Aristóteles, a vislumbrar la posibilidad de un Dios único, este era un ser lejano y ausente del mundo. Para los mismos judíos, el temor supersticioso a la posibilidad de “ver” a Dios tenía su raíz en la conciencia de que “Dios está en los cielos y tú sobre la tierra” (Eclesiastés 5:2), lo que sin duda es una verdad, cuando no se pone el énfasis equivocadamente. Esta frase bíblica ha resonado mucho en la teología del siglo XXI, pero para insistir en que ello produce la necesidad del Cristo hombre. Y hablando de teólogos, ¿acaso los de la edad media no hablaban de un “deus absconditus”? (Dios oculto, Dios incognoscible por la mente humana) Como para demostrarlo, la primera noticia de su llegada fue de sentido popular, a un grupo de personas pobres. No fue un anuncio hecho reservadamente en la corte, para que el rey se enterara del gran hecho. De ninguna manera, Dios quería mostrar que está con nosotros, así en plural. Porque los pastores tampoco se sintieron dueños de la noticia, sino que “volvieron glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho” (Lucas 2:20),“y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían” (Lucas 2:18).

Tampoco encontramos al Señor solo. Por el contrario, los relatos se cuidan de aclarar que encontraron al niño, pero no solo, sino con José y con su madre (Mateo 2:11 y Lucas 2:16). Era como para mostrar que la presencia de Dios en el mundo, era integrada al mundo, a lo que simboliza su madre y el esposo de esta: el pueblo a la cual Dios había hecho la promesa de venir, promesa que ahora se había cumplido.

II. CON NOSOTROS, SIN DISTINCIONES SOCIALES

La referencia a los pastores y el hecho concreto de que se apareció primero a ellos, puede llevar nuestra mente a una de esas conclusiones que están de moda hoy: que Cristo vino de alguna manera especial para los pobres. De ser así, habrían más de uno de los que lean estas páginas que sentirá que no puede decir: “Dios con Nosotros”. Pero no es así. El vino para los pobres y ricos. Lo demostró claramente cuando su estrella apareció a los magos en el Oriente al mismo tiempo que la gran luz brillaba sobre los pastores en los campos de Belén. Cristo lo demostraría durante toda la vida, pues jamás dejó de atender a un Nicodemo, a un Jairo, a un centurión, a un Simón fariseo y a tantos otros. Por supuesto que los pobres “por razones lógicas” le seguían en mayor número; entre otras razones evidentes están su mayor facilidad para el movimiento físico, su enormemente mayor número, aparte de que su misma situación le llevaba a buscar ayuda. Jesús no ocultó que los ricos entrarán difícilmente en el Reino de los Cielos, aunque luego aclaró que esa observación era para los que confían en las riquezas (Mateo 10:23-25). Esto nos muestra que el Señor está con nosotros, al margen de que seamos sabios o ignorantes no importa la condición social o cultural.

III. CON NOSOTROS, SIN DISTINCIÓN DE PUEBLOS

Desde el comienzo, el mundo cristiano entendió que cuando Dios vino a estar con nosotros, eso significaba con todo el mundo. Es cierto que el nació en un pueblo determinado. Naturalmente no podía nacer en todos a la vez. Porque fue en el pueblo judío, es uno de los misterios de la mente divina que se escapan del razonamiento humano.

Los argumentos que se han dado no nos interesa ahora. Pero si podemos pensar que si quizás nosotros no lo habíamos elegido. En aquel siglo hubiéramos pensado que debía nacer en Grecia o en Roma. En tiempo de los profetas, habríamos elegido a Egipto o Babilonia. En la edad media a Francia o Italia. Mas recientemente a Inglaterra o Alemania, y en nuestro tiempo a los Estados Unidos o la Unión Soviética… o nuestro propio país, pero dudamos que en algún momento de la historia, hayan habido muchos que hubieran pensado en los judíos. Sin embargo, eso fue lo que Dios determinó. Si Dios pudo estar con los judíos, ¿Cómo no podrá estar con nosotros? Cuando Él escogió a aquella raza, nos estaba ayudando precisamente a universalizarlo. Pero aunque los mismos judíos nunca quisieron entenderlo, Él nació para todos los pueblos. Los ángeles vinieron y cantaron sobre “la tierra paz, buena voluntad para con los hombres” (Lucas 2:14), sin poner ninguna clases de límites geográficos.

IV. ESTÁ HOY, COMO ESTUVO ENTONCES

Hoy, en la era espacial cuando algunos quieren hacer lo que creen una broma hablando de Cristo como del “primer astronauta” Armstrong, la humildad de Cristo se muestra cada vez más notable. La realidad de que el Señor de esos ciegos, cuya inmensidad nos asombra cada vez más, haya venido a estar con nosotros, se hace cada día más maravillosa.

Para Dios no hay generaciones. Así como José y María podían sentir a “Dios con nosotros”, lo mismo podemos afirmar nosotros en estos tiempos: “Dios con nosotros”. No conmigo, no contigo, no con ustedes, no con ellos, no con aquel. “Con nosotros”. Con todos con los que nos sentimos unidos, unidos con Él y unidos los unos con los otros. Eso me incluye a mí, me da la seguridad de su presencia y también me da la seguridad de que formo parte de un pueblo que existe precisamente porque el vino al mundo y desde entonces y por la eternidad está “CON NOSOTROS”. Amén, Aleluya.

“Gracia y Paz”
Gracia y Misericordia

LOS CIELOS CUENTAN



Salmo 19:1
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.

Con apenas mirar el cielo nocturno nos maravillamos de la obra asombrosa de Dios. La inmensidad de las galaxias y la nebulosa de nuestra Vía Láctea nos recuerdan la creación espectacular y la obra sustentadora de Jesús, el cual mantiene todo en su lugar (Colosenses 1:16-17). Es como si tuviéramos un asiento en la primera fila en el teatro del poder creador de Dios.

Pero este espectáculo nocturno no es nada comparado con la gloria que manifestó Dios cuando envió a su Hijo al mundo «¡Gloria a Dios en las alturas…!

Si bien «los cielos cuentan la gloria de Dios» en las noches (Salmo 19:1), nunca antes ni después el escenario del universo se iluminó con su gloria como cuando se anunció que su Creador nos amaba tanto que venía a este planeta para salvarnos del pecado. ¡Tengamos esto en mente cada vez que contemplemos maravillados las estrellas!

La venida de Jesús reveló la gloria espectacular del amor de Dios hacia nosotros.

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LEA: Salmo 19:1-6

Biblia en un año: 2 Pedro 1–3
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

RELACIÓN PERSONAL CON DIOS



Salmo 63:1-11
“Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos. Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca, Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche. Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré. Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido. Pero los que para destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de la tierra. Los destruirán a filo de espada; Serán porción de los chacales. Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada”

Para algunos cristianos, es bastante sencillo darse cuenta cuando alguien trata de llenar con cosas equivocadas el vacío que tienen de Dios en sus vidas. Sin embargo, les resulta difícil ver ese mismo error en sus vidas redimidas. Muy fácilmente ponemos manos a la obra para Dios —sirviendo, enseñando, predicando y yendo al campo misionero. Ninguna de estas cosas son malas; de hecho, todas son buenas. Pero muchas veces son un intento equivocado de crear una sensación falsa de intimidad con Dios.

¿Por qué escoge un creyente tener una cercanía artificial con el Señor, si lo que Él quiere es dar a sus hijos lo auténtico? Por dos razones: Primero, porque para recibir su gracia es necesario que nos hagamos vulnerables y seamos humildes. No hay nada que podamos darle o hacer para el Señor que nos limpie de pecado. Segundo, porque para que una relación amistosa sea buena se requiere de trabajo arduo, y eso también se aplica a nuestra relación con Dios.

Para conocer realmente al Señor, usted tiene que leer la Biblia. No puede mantener una estrecha relación con el Padre celestial si no hace caso a sus preceptos. Usted debe, por tanto, llenar su mente con las cosas divinas y renunciar a las influencias mundanas. Además, una vida de oración es fundamental para relacionarnos con Dios. Estas cosas no suceden por casualidad, sino que exigen un esfuerzo deliberado.

En pocas palabras, cuando satisfacemos nuestra sed con agua viva, ya no estamos sedientos. Cuando vivimos en comunión con Dios, la tentación por esforzarnos para lograr la santidad con nuestras propias fuerza cesa, permitiendo que nuestro servicio y adoración, glorifiquen sinceramente a Dios.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

BENEFICIOS Y DIFERENCIAS NUTRICIONALES ENTRE EL BRÓCOLI Y LA COLIFLOR



El brócoli y la coliflor son alimentos bajos en calorías y muy consumidos en las dietas para perder peso. Ambos también cuentan con una gran variedad nutricional repleta de beneficios para la salud de tu organismo.

Sin embargo, hay diferencias nutricionales entre el brócoli y la coliflor que pueden ser decisivas en el momento de decidir poner estos alimentos en tu plato. Conozca, a continuación, estas diferencias y lo que aportan cada uno de ellos en tu dieta:

El brócoli presenta una coloración más oscura porque tiene pigmentos nutritivos como la clorofila, carotenoides y luteína que protegen el cuerpo de los tumores. La coliflor no cuenta con estos saludables pigmentos.

La vitamina A es la responsable por cuidar de la salud de nuestros ojos está presente en los dos alimentos, sin embargo, en más cantidad en el brócoli.

Si tu preocupación es con la belleza de tu piel, apuesta en el brócoli, que tiene más vitamina C, sustancia eficaz para frenar el envejecimiento precoz. Los hombres necesitan 90 miligramos y las mujeres necesitan 75 miligramos de esta sustancia al día. El brócoli cuenta con 31 miligramos y la coliflor 26 miligramos.

Para las dietas ricas en calcio, la mejor opción también es el brócoli. El tiene 34 miligramos, en cuanto la coliflor tiene 25 miligramos. La necesidad diaria es de mil miligramos.

Para músculos fuertes, prefiera la coliflor que tiene el doble de potasio, mineral indispensable para el buen funcionamiento muscular. La coliflor tiene 160 miligramos contra 81 miligramos del brócoli. La cantidad necesaria diaria para hombres y mujeres es de mil miligramos/día.

Para hipertensión, prefiera el brócoli, que tiene cinco veces más magnesio que la coliflor, y ayuda a combatir esta enfermedad.


SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano; “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer” (Génesis 1:29). “He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6), “¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 corintios 6:19).

“Gracia y Paz”
Publicado por: Carlos Martínez M.
Fuente: Nutricion.pro

EL LIRIO DE LOS VALLES



Job 21:25
“Este otro morirá en amargura de ánimo, y sin haber comido jamás con gusto”.

Isaías 52:7
¡Cuán hermosos son… los pies del que trae… nuevas del bien, del que publica salvación!

El lirio de los valles o muguete significa «regreso de la felicidad» en el lenguaje de las flores. En Francia, desde 1970 está asociada al 1º de mayo, día en que según la tradición popular se ofrece una rama de esta planta como amuleto de felicidad. La mayoría de la gente ve esta práctica como un gesto amable, ¡pero guardémonos de toda superstición!

Desde que Adán y Eva fueron expulsados del huerto de Edén, el paraíso terrenal, el ser humano busca la felicidad bajo diversas formas: las artes (Génesis 4:21), las riquezas (1 Timoteo 6:9-10), la gloria, el poder, la familia (Génesis 30:13), el amor, etc. Sin embargo, esa felicidad tan buscada e inaccesible está limitada a la corta duración de una vida. Mas el que cree en Jesús ha encontrado mucho más que eso, pues ha descubierto la fuente de la única, verdadera y eterna felicidad. Ha sido purificado de sus pecados por la sangre de Cristo, ha sido perdonado y justificado. Su conciencia está en paz, pues Cristo llevó su culpabilidad en la cruz; sabe que su alma, después de la muerte, irá junto a Jesús, mientras espera la resurrección. Deposita toda su confianza en su Salvador y Señor, quien lo ama, lo protege y lo dirige.

Siente en su corazón la paz y la tranquilidad. Su vida en la tierra no está exenta de pruebas y sufrimientos, pero su deseo y satisfacción es responder a tantas bendiciones, tratando de agradar a su Maestro, sirviéndole con obediencia y amor.

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

¡“GLORIA EN LAS ALTURAS A DIOS”!



Lucas 2:14
“Gloria en las alturas á Dios, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”.

Bien pueden cantar los ángeles, ¡“Gloria en las alturas a Dios”! En asombro y admiración cantan a nuestro Padre Celestial que le robó del cielo la joya más preciosa, su propio hijo, y lo mandó a este mundo pecaminoso para sufrir y morir en lugar de nosotros. Añadamos nuestras voces a las de ellos para cantar y decir “Gracias Padre por el don más maravilloso que pudiste darnos; el don de tu Hijo único que llevó nuestros pecados para hacer posible el don de la vida eterna. Gloria a Dios en las alturas; gloria, honra y alabanza a su nombre ahora y para siempre. Alabadle a son de bocina: alabadle con salterio y arpa. Alabadle con flauta: alabadle con guitarra y órgano. Alabadle con címbalos resonantes: Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a Jehová. Aleluya.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día