lunes, 13 de agosto de 2012

EL NUEVO NACIMIENTO Y EL BAUTISMO


Romanos 6:3-10
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive”.

El Señor Jesús comisionó a sus seguidores a ir y hacer discípulos, “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19). A medida que la iglesia primitiva difundía el mensaje del evangelio, la respuesta de fe del nuevo creyente era el bautismo. Significa públicamente que la persona era ahora seguidora de Jesucristo.

Los símbolos sirven para comunicar lo que no pueden las palabras. El bautismo es un símbolo de nuestra experiencia de salvación. Mediante este acto, proclamamos la buena noticia de que Jesús murió por nuestros pecados, de que fue sepultado y resucitó; y damos testimonio de que hemos recibido su poderosa transformación.

La palabra “bautizar” en la Biblia, es el mismo término que se usa en griego para describir a una tela que se sumerge en un tinte —se refiere a un cambio total. Por eso, al ser sumergidos en el agua, declaramos que estamos eligiendo morir a la vida vieja y nos estamos uniendo con Cristo. Nuestro pecado es sepultado con Él, y el poder del mismo es vencido por su muerte en la cruz (Romanos 6:14). Cuando somos levantados del agua, afirmamos la resurrección del Señor Jesús. El bautismo es una manera simbólica de decir que, así como el Señor venció a la muerte y resucitó, nosotros somos resucitados espiritualmente a una vida nueva. Somos “nacidos de nuevo” y transformados por el poder de su Santo Espíritu.

En la Biblia, “creer” no es una palabra que indica aceptación intelectual, sino acción. Nuestra fe nunca debe ser ocultada como una luz puesta debajo de un almud (Lucas 11:33); cuando nuestros familiares y amigos no creyentes miran nuestras vidas, necesitan ver el evangelio en acción.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

VIVIR EN UNA CASA SIN VENTANAS


Efesios 5:8
“Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz, el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad, y comprueben lo que agrada al Señor”

Hay situaciones que no podemos controlar y nuestra angustia hace presa de todo nuestro ser. Tratamos de encontrar palabras para describir lo que ocurre en nuestro interior y no somos capaces de exteriorizar nuestro sentir. Es como vivir en una casa sin ventanas, donde no hay luz ni esperanza.

En Cristo debemos ser capaces de salir de las tinieblas y la inmoralidad, ser capaces de rechazar la maldad y odiar el pecado, como hijos del Señor debemos ser irreprensibles y sencillos, sin manchas en medio de esta generación perversa y egoísta, resplandeciendo como luminares en el mundo. Jesús dijo: “andad entretanto teneis luz, para que no os sorprendan las tinieblas.” Juan 12:35. En el nombre de Jesús, amén y amén.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida

¿ERES AMIGO O ENEMIGO DE DIOS?


Santiago 4:4
"¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios."

El que es amigo del mundo es enemigo de Dios, dice este pasaje. ¡Qué palabras tan poderosas! ¡Y tan profundas! Muchos de nosotros desearíamos no encontrar este versículo en la Biblia nunca. Simplemente porque no hay forma de endulzar estas palabras. No hay manera de "darles la vuelta" o de librarnos de la poderosa declaración que contienen. Clara y llanamente expresan un principio divino. Simplemente dicen que si tú eres “amigo del mundo”, eres “enemigo de Dios”. Es más, lo dice dos veces en el mismo versículo. Ciertamente lo último que desearíamos es ser enemigos de Dios. La pregunta obligada es: ¿Y qué significa exactamente ser “amigo del mundo”?

El pasaje de hoy se refiere específicamente al "libre albedrío" que Dios nos ha dado a nosotros. Dice que “cualquiera que quiera ser amigo del mundo...” Esto quiere decir que somos libres de escoger nuestras amistades. O sea, hay decisiones que tú tienes que tomar todos y cada uno de los días de tu vida, unas de más trascendencia que otras, y en cada decisión, básicamente, tú eliges hacer algo a tu manera o a la manera de Dios. Cuando eliges actuar a tu manera buscando los beneficios del mundo, las consecuencias son responsabilidad tuya. No puedes esperar bendiciones de Dios, pues te saliste del plan que él tenía para bendecirte. Por lo tanto no puedes contar con su ayuda mientras te concentras en llevar a cabo tus propios planes. Estás caminando por tu propia cuenta. De hecho, no solamente has elegido actuar conforme a tu voluntad, has decidido desobedecer a Dios. Esta es una posición en la que definitivamente no conviene estar. Por el contrario, cuando has tomado tu decisión teniendo en cuenta la voluntad de Dios, entonces recibes el beneficio de su poder, su protección y todas sus bendiciones.

Lo mejor que puedes hacer antes de tomar una decisión es detenerte a pensar en qué contexto vas a tomarla. En tu contexto o en el contexto del Señor. De acuerdo a tu voluntad o a la voluntad de Dios. ¿Amigo del mundo o amigo de Dios? Sin duda somos sumamente bendecidos porque Dios es todo misericordia y lleno de gracia, e incluso si llegáramos a darle la espalda a nuestro Padre celestial, él permanece fiel cerca de nosotros esperando pacientemente a que decidamos volver a él, como fue el caso del hijo pródigo (Lucas capítulo 15). Así dice 2 Timoteo 2:13: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo”. Pero esta seguridad no debe llevarnos a actuar fuera de la voluntad de Dios presumiendo que por su gracia y misericordia todo estará bien. Si actuamos de esta manera, nos arriesgamos a sufrir malas consecuencias.

Toma unos minutos ahora mismo y pídele al Señor que te de discernimiento espiritual y sabiduría que puedas aplicar a cada una de las decisiones que tienes que tomar cada día. La manera en que actúes será una expresión pública de tu relación con Dios. Esta es una razón poderosa de por qué es tan importante pasar un tiempo en la presencia de Dios, orando y leyendo su Palabra cada día. Esto nos ayuda a permanecer enfocados en él y nos recuerda constantemente que él es nuestro mejor amigo.

ORACIÓN:
Mi Padre amado, yo sé que muchas veces he tomado decisiones basadas en mis propios conceptos y deseos. Y muchas de ellas han traído dolor y sufrimientos a mi vida, y peor aún, han entristecido tu Espíritu. Hoy yo te ruego que me perdones y me ayudes a tomar decisiones basadas en tu Palabra que honren tu nombre. Capacítame para que en cada una de ellas pueda yo ser un testimonio que te glorifique delante de todos aquellos que sean afectados por mi decisión. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y paz”
Dios te Habla

LA SANTIDAD DE DIOS


1 Pedro 1:16
Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

La santidad es separación de todo lo que es inmundo, deshonesto, malicioso, y malo. La santidad participa en todo lo que es decente, limpio, honesto y bueno. Dios nos llama a esta separación; a esta santidad, y la razón de esto es que Dios es santo.

1 Corintios 6:19,20.
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

Hebreos 12:14.
“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”.

Debemos evitar todo lo que es indecente, inmoral, y sucio, y debemos perseguir lo que es limpio, bonito, honesto, y hermoso. Así es el cielo. Amen!

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día