sábado, 21 de febrero de 2015

5 FORMAS EN LAS QUE ESTÁS DESTRUYENDO A TU ESPOSA Y TERMINANDO CON TU MATRIMONIO —SIN SABERLO.


El siguiente es un tema que trata de las consecuencias que provoca la falta de interés y atención del marido hacia su esposa. Y esto no solo ocurre entre los matrimonios no cristianos, también ocurre dentro de los matrimonios entre cristianos. ¿Increíble verdad? Leamos:

Hay cosas que no sabes que pueden hacerte daño. Estos cinco hábitos están destruyendo a tu esposa y lastimando tu matrimonio.

Es difícil ser hombre en estos días. Se espera que los hombres modernos sean sensibles, cariñosos y estén en sintonía con sus sentimientos; al mismo tiempo se espera que sean fuertes, protectores y capaces de arreglar cualquier cosa que se rompa. Los hombres no pueden ser demasiado sensibles porque no estarían siendo buenos protectores. Por otra parte, no pueden ser sobreprotectores porque no estarían siendo suficientemente sensibles.

Como hombres tratamos de mantener este equilibrio entre ser cariñosos y ser fuertes y debido a que puede ser una línea tan borrosa, hay muchas veces que fallamos. Por lo mismo, hay cosas que hacemos a diario que están haciendo daño a nuestras esposas y destruyendo nuestros matrimonios. Te las comparto a continuación:

1. No proveer lo básico para la familia

Como hombre es tu responsabilidad proveer para tu familia, independientemente de si tu esposa trabaje o no. A veces esto significa trabajar algunas horas extras para que tus hijos puedan tener los zapatos nuevos que tanto necesitan. Y a veces esto significa que te las tengas que aguantar cuando tu jefe te trata mal porque necesitas estabilidad económica para tu familia. Sin embargo, vale la pena cuando llegas a casa por la noche y ves las sonrisas en las caras de todos.

2. El pesimismo

Desde que eras niño se te enseñó a "ser hombre", y "no llorar", y aceptar el hecho de que te van a pasar cosas malas en la vida. Si bien este es un buen consejo, a veces tu esposa también necesita que seas optimista. La relación necesitará recuperarse de todo tipo de retos, fracasos, sentimientos heridos, y problemas de salud. Tu esposa no necesita que alguien le diga que deje de llorar, ella necesita un hombro donde que le pueda brindar consuelo.

3. Abstenerse de dar afecto físico

Sí, los hombres también hacen esto. El afecto físico es algo más que las relaciones sexuales. Incluye darle un abrazo antes de salir para el trabajo, ir de la mano cuando salen de compras y acercarla cuando estén viendo una película en el sofá. Si no estás haciendo estas cosas con ella, estás reteniendo el afecto físico que la nutre. El afecto que intentas demostrarle en la cama nunca compensará el afecto físico que se demuestra fuera del dormitorio.

4. Darle prioridad a otras cosas

De todas las chicas que conociste y con quien saliste, tu esposa fue con quien elegiste pasar el resto de tu vida. Ella necesita saber que todavía es la elegida. Cada vez que revisas tu teléfono cuando salen juntos o cada vez que vas a llegar tarde a casa del trabajo sin avisarle, le envías un mensaje de que ella no es importante para ti. En consecuencia, ella se pregunta si todavía te importa tanto como cuando se casaron.

Tu trabajo es importante, pero no te olvides por lo que trabajas. Recuerda que no hay nada en tu teléfono que sea más importante que lo que está pasando a tu alrededor.

5. No hablar su idioma

Las mujeres necesitan saber que son amadas y tu esposa necesita saber que estás agradecido por tenerla. Uno cree que demuestra su amor al ir a trabajar todos los días y traer el sueldo cada mes, así que la mayoría de las veces uno no hace mucho más que eso.

Pero ella necesita más que eso para sentir tu amor y ella necesita que le demuestres que estás haciendo todo para ella. Así que toma un poco más de tiempo y haz algo especial. Envíale un par de mensajes de textos durante el día o tráele flores de vez en cuando. Te podría sorprender la reacción que tendrá.

Traducido y adaptado al español por Miriam Aguirre del artículo original: "5 ways you are unknowingly destroying your wife and killing your marriage" por Aaron Anderson.

¡Gracia y Paz!

Edificando Matrimonios conforme al Propósito de Dios

¿CONOCES LAS CONSECUENCIAS DE LA SOBERBIA?



Daniel 5:18-21
“El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad. Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. A quien quería mataba, y a quien quería daba vida; engrandecía a quien quería, y a quien quería humillaba. Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria. Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place”.

Estas palabras fueron pronunciadas por el profeta Daniel a Belsasar, rey de Babilonia, cuando éste le llamó con el fin de que interpretara una escritura que había aparecido en la pared de uno de los salones del palacio (Daniel 5:1-5). Daniel entonces le contó acerca del reinado de su padre Nabucodonosor muchos años antes, y de la actitud de soberbia del mismo, y las consecuencias de esa actitud.

En el capítulo 4:29-32 de este libro, vemos la descripción de este evento al cual se estaba refiriendo Daniel. Dios le había dado a Nabucodonosor el reino y la gloria. Y un día, paseándose en el palacio real, mientras contemplaba todas sus riquezas, el rey dijo en voz alta: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?” Inmediatamente después que Nabucodonosor pronunció estas palabras llenas de orgullo y soberbia se escuchó la voz de Dios que le decía: “A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere”.

En el Nuevo Testamento encontramos otra historia que refleja una actitud similar con sus correspondientes malas consecuencias. Se trata del rey Herodes Agripa, el cual “echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro” (Hechos 12:1-3). Más adelante la Biblia dice que “un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre!” El rey no los corrigió, ni se mostró en desacuerdo con los halagos de la multitud, sino todo lo contrario, se envaneció y se llenó de orgullo. Y “al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos” (Hechos 12:23).

Quizás estos ejemplos puedan parecer extremos en cuanto a los resultados de la soberbia de esos dos hombres, pero siempre debemos aprender de lo que leemos en la Biblia. En mayor o menor grado la persona soberbia tendrá que sufrir malas consecuencias. La Biblia lo resume en Santiago 4:6: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. La humildad es una característica que está relacionada con la obediencia y la sumisión a la voluntad de Dios. El ejemplo por excelencia lo tenemos en Jesús, el cual dejó su gloria y “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Por eso Dios “le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Filipenses 2:7-9). Y en Mateo 11:29, Jesús nos exhorta a imitarle cuando dice: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”.

La persona soberbia no tiene en cuenta para nada la autoridad de Dios, pues su orgullo le hace pensar que no necesita del Señor. Tampoco agradece sus bendiciones pues cree que todo se lo merece. Por eso su vida va dirigida al fracaso.

Reflexiona en esta enseñanza y hazte el firme propósito de conocer la voluntad de Dios leyendo su palabra y orando diariamente. Entonces sé humilde y obedece sus instrucciones. Y sobretodo agradece todas sus bendiciones.

ORACIÓN:
Bendito Padre celestial, te ruego me ayudes a asimilar esta enseñanza y a aplicarla a mi vida, de manera que yo pueda actuar con humildad siempre, obedeciéndote y agradeciéndote todas tus bondades para conmigo. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla