“Cuando el hombre
cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano” (Salmo 37:24)
Las malas decisiones del rey David lo llevaron a fallarle a Dios, a pesar de
todo lo ocurrido David no se quedó postrado en la caída ni en lo malo que hizo;
sino que se levantó, se arrepintió y salió adelante. Si hoy has caído en
desobediencia, no te quedes lamentándote de tus malos procederes, Dios no
concretará sus planes en tu vida si continúas en el mismo lugar. Este es el
mejor tiempo para que puedas levantarte y luchar no solo contra el enemigo sino
también contra tu “yo” personal. ¡Vamos tú puedes! Dios no te dejará caer, Él
sostendrá su mano a tu favor.
¡Gracia y Paz!
Ruth Mamani