Una pareja lo
suficientemente comprometida no debe de embarcarse en la travesía del
matrimonio si cree que aún no está lista, y si lo hace, su decisión debe de ser
firme y seria, siendo conciente del acuerdo que firma y del deber que adquiere.
Muchas parejas llegan
al altar con la mentalidad de “Si no funciona, me divorcio”. Lo cual significa la
falta de conciencia frente al compromiso de contraer matrimonio. Cuando la
pareja decide estrechar su vínculo bajo el juramento matrimonial, debe saber
que se necesitará más que amor para mantenerse unida, y que el divorcio debería
de ser la última opción ante las dificultades, en apariencia, insuperables.
Hay otros aspectos
que debes de tener en cuenta antes de dar el gran paso de unirte a la persona
que amas, y no pensar en la idea del divorcio como una opción en caso de que
las cosas no te salgan como esperas:
El amor en el matrimonio se transforma. Durante los primeros años de matrimonio la pareja experimenta un
amor más pasional, más atado a lo físico y a todas esas sensaciones que
despierta el enamoramiento. Esto hace que la pareja crea que quizás los
obstáculos o adversidades puedan ser superados solo merced al amor. Esta etapa
puede ser más larga o más corta según la dinámica particular de cada
matrimonio.
Con el tiempo
ese amor se transforma, y da paso a un amor de suyo comprometido, que va más
allá del simple hecho de gustarse físicamente y de sentir toda esa gama de
emociones desbordantes que hacen pensar que sin el otro no es posible vivir.
Durante esta etapa se van consolidando los sueños, y se necesita más que amor y
afecto para superar las luchas diarias y los grandes problemas.
Al final, si
todo ha salido bien, con el paso de los años el amor se volverá más fraterno,
la amistad y la compañía serán la manifestación perfecta de un amor maduro que
ha sabido mantenerse; será la suma de todos los amores por los que ha
transitado la pareja.
Entender esta
evolución del amor te hará comprender que para mantenerte unido a la persona
que elegiste (como esposo o como esposa) necesitarás más que el enamoramiento.
El amor en sí mismo es un sentimiento que puede llegar a desgastarse si le
faltan otros ingredientes necesarios para salir a flote y mantenerse en la
navegación.
Compromiso. A fin de
alcanzar el verdadero compromiso que requiere un matrimonio estable y duradero,
es vital que los integrantes de la pareja, de manera individual, hayan
interiorizado el valor del compromiso, que denota la capacidad de terminar lo
que se empieza, de no rendirse, de entregar resultados, de tener plena
conciencia de las decisiones que se eligen en la vida, de asumir con entereza
las consecuencias que conllevan los actos.
La falta de
compromiso, por el contrario, se evidencia en los hombres y mujeres que, a
media travesía, abandonan el barco matrimonial, sacrificando sueños, pero
primordialmente el futuro de hijos que necesitan de padres unidos para crecer
sanos en el plano emocional. El compromiso posibilita que la persona se
replantee acerca de su concepción y posición frente al matrimonio.
Alta tolerancia a la frustración. Empresas como el matrimonio o la familia requieren personas
capaces de tolerar el fracaso, y de no anclarse en la pérdida; capacitadas para
aprender de las experiencias negativas y de las decepciones, haciendo de ese
aprendizaje un peldaño más en el cumplimiento de sus sueños y de sus proyectos
como pareja y como familia.
Espiritualidad. Las
personas espirituales suelen ser más profundas, menos dadas a lo superfluo, a
la belleza física, a las sensaciones excitantes. Una persona espiritual
encuentra nuevas razones para mantenerse unido a su pareja, y entre más pasa el
tiempo más valora el vínculo que los une.
El matrimonio es
una de las experiencias más gratificantes de la existencia del ser humano. Bien
llevado, comprendido su verdadero sentido, allana un camino de compañía,
amistad, amor y afecto incondicional. Decidir casarse con la persona que se ama
implica madurez de pensamiento y compromiso en el actuar, donde, además, el
divorcio pocas veces se contempla siquiera como posibilidad.
“Gracia y Paz”
Edificando Matrimonios conforme al propósito de Dios
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