1 Pedro 2:16
“Anden como libres, pero no usen la libertad
como pretexto para la maldad, sino empléenla como siervos de Dios”.
Nuestra conducta, como Hijos de Dios, en el mundo, debe
ser intachable. Debemos buscar vivir como verdaderos siervos de Dios.
Una de las cosas preciosas de nosotros los cristianos, es
el testimonio personal, porque este habla sobre nuestro carácter, sobre nuestra
integridad, y sobre quien realmente somos. El apóstol Pedro nos exhorta (a los
creyentes) a que aun en medio de todo lo que estemos sufriendo, vivamos como Siervos
de Dios. Dice que somos peregrinos, y extranjeros en este mundo, pero que somos
ciudadanos del cielo.
Quienes hemos sido llamados para seguir y servir a
Cristo, necesitamos guardar nuestro testimonio, absteniéndonos de los deseos de
la carne. Mantener una buena manera de vivir y una conducta irreprochable entre
los incrédulos, con el fin de que evitar nos calumnian como hipócritas e
infieles a Dios. Debemos provocar que las buenas obras que vean en nosotros
glorifiquen a Dios. No olvidemos que nuestra obediencia es por causa del Señor,
y es por su voluntad que guardamos nuestro testimonio y “nunca debemos usar la
libertad en Cristo para hacer lo malo” (Judas 4; Gálatas 5:13).
El buen testimonio es para agradar a Dios, pero también
para ser ejemplo frente a los incrédulos, porque el testimonio no solo tiene
que ver con lo interior del corazón, el que solo Dios conoce, sino que también
tiene que ver con lo exterior, lo que los demás ven.
Mateo 5:27-28
“Ustedes han oído que se dijo: No cometerás
adulterio. Pero Yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya
cometió adulterio con ella en su corazón”.
Pidamos la ayuda de Dios para evitar todas estas cosas
que nos condenan.
1 Corintios 10:13
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que
no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que
podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida,
para que podáis soportar”.
¡Gracia y Paz!
Tito Vélez