“Entre tanto, mi pueblo está
adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno
absolutamente me quiere enaltecer” Oseas 11:7.
Toda la creación demuestra la
gloria y poder de Dios, siendo la creación del ser humano la máxima expresión
de su majestuosidad. El ser humano fue creado no sólo para comunicarse con
Dios, sino también para reflejar en la tierra la presencia del Señor.
Una persona únicamente puede
reflejar en su vida la imagen de Su Creador, cuando recibe a Cristo como su
Señor y Salvador personal y luego de un proceso, le permite al Espíritu Santo
trabajar en ella para perfeccionarle.
Cada día nos encontramos con
aquellos que se llaman cristianos o hablan de Cristianismo pero no aplican la Palabra de Dios en sus
propias vidas, en sus lugares de trabajo, en su familias, con sus amigos,
etc.,etc. Son cristianos que tienen muy buena memoria para recordar lo que
Jesús ha hecho en la historia, pero se olvidan de reconocer lo que hoy Cristo
desea hacer en éllos.
Alguien dijo una vez, “tus
palabras hablan tan fuerte que no puedo ver lo que tu haces”. Es verdad, muchas
veces hablamos más de lo que realmente vivimos o hacemos para Dios.
Tú y yo, hoy, podemos tomar la
decisión de no pertenecer más al grupo de aquellos que llaman al Señor
Altísimo, pero que con su estilo de vida niegan que el Señor esté sobre ellos.
Una cosa es hablar del Altísimo y
otra muy diferente es vivir bajo el dominio y poder del Altísimo. ¿De qué lado
te encuentras tú?
Oración: Señor, necesito realizar
cambios en mi vida para vivir realmente bajo Tu señorío. Ayúdame a demostrar a
otros, con mi ejemplo de vida, que Tú eres mi Dios Altísimo. Por Cristo Jesús,
amén.
“Gracia y Paz”