Se dice que “alegría compartida
es doble alegría” y que “tristeza compartida, es media tristeza”. El amor, es
un verdadero bálsamo para el alma, en este tiempo de presiones, desilusiones y
chascos.
El objetivo del matrimonio debe
ser la fusión de caracteres, que lleguen a ser uno y que se ayuden mutuamente.
La mujer se sentirá protegida por su esposo y él se sentirá ayudado por su
esposa, especialmente en la enfermedad y en los problemas (Génesis 2:18).
Pero lamentablemente no siempre
es así, pues millones de parejas se ven frustradas en su anhelo de felicidad, y
los más afectados siempre son los hijos.
En los EE.UU. se producen cerca
de 6,500 divorcios por día, esto es más de un millón cien mil por año. De las mujeres
entre 30 y 40 años de edad se divorcian 6 de cada 10, por lo menos una vez. El
25% de los menores de 18 años, carecen de padre o madre y se calcula que esto
aumentará al 50% el próximo año. Se indica que de las parejas que se casen este
año, más de la mitad terminarán en el divorcio; y que más del 60% de los niños
que nazcan pasarán parte de su vida en un hogar dividido.
En Francia, uno de cada dos
matrimonios termina en el divorcio. En Canadá, más del 40% de las parejas
unidas en primeras nupcias, se separan.
En la Unión Soviética ,
más del 70% de los divorcios se producen en los primeros 10 años de matrimonio.
África, Asia y Latinoamérica, también sufren un creciente deterioro de la
unidad familiar.
¡Qué perspectivas tan alarmantes
para este mundo! ¡Debemos hacer algo!
Dios no desea eso, pues cuando
creó al hombre estableció el matrimonio con el sagrado propósito de ayudarse
mutuamente, de amarse, de criar hijos en un ambiente estable y sano y de
permanecer unidos "hasta que la muerte los separe" (Mateo 19:6).
SIETE CAUSAS DE INFELICIDAD
Existen más de siete, pero,
consideremos solo las siguientes:
1
- Percepción errónea del matrimonio.
Las novelas y películas que
tratan temas sentimentales, son responsables de lanzar a los jóvenes a un mundo
irreal. Al casarse, esas personas esperan inconscientemente de su cónyuge algo
que la vida real no les puede regalar y quedan desilusionados.
2
- Desviación de los principios sanos.
El adulterio, el alcoholismo y la
pereza son responsables de muchos fracasos.
3
- La incompatibilidad de caracteres.
Cuando existe un genio violento,
espíritu egoísta, un corazón frío, celos, rencores, etc., se producen a menudo
roces que pueden producir un distanciamiento paulatino, si no se busca la
solución que Dios nos ofrece para estos casos.
4
- La falta de
diálogo y cosas en común.
Hay poco tiempo del uno para el
otro. Se entra en la rutina conyugal y hay poco diálogo. La TV. y actualmente el chat o
Internet roba a muchas familias el tiempo que debieran dedicarse uno al otro.
5 - Problemas económicos.
La incomprensión en los planes y
deseos mutuos, la falta de confianza en el manejo de la economía del hogar y el
distanciamiento prolongado por trabajar en lugares lejanos, suelen ser
causantes de problemas, como también cuando se contraen deudas difíciles de
pagar.
6
- Interferencia de terceros.
"El que se casa, casa
quiere". Es mejor que los recién casados vivan independiente.
7
- Cuando el amor se ENFRÍA.
Puede haber insatisfacción
emocional o sexual. Cuando una de las partes amenaza con el divorcio por alguna
crisis pasajera, pueden producirse heridas profundas y una pared entre ambos.
Dios desea ayudar a cada familia a ser feliz. Si en tu hogar hay problemas, si
existen tensiones y está amenazada la unidad familiar, no pienses en el
divorcio, sino en buscar soluciones, considerando los consejos que expondremos.
Una señora fue a entrevistar a un
médico amigo.
- Me quiero divorciar de mi
marido -fue la queja de la angustiada mujer.
- ¿Por qué? Preguntó el médico.
- Porque tiene otra.
- Si usted se divorcia le hace un
favor, pues eso es lo que él quiere.
- ¿Qué puedo hacer?
- Enamórelo primero y luego se
divorcia, aconsejó el médico.
- ¿Cómo lo puedo hacer?
- Hágale tres elogios por día.
¿Viste bien? ¿Tiene buena presencia? ¿Es cumplidor? Dígaselo
La mujer se propuso hacerlo. Al
cabo de algunos meses encontró a su médico amigo, quien inmediatamente le
preguntó por su esposo.
- ¡Lo logré! Está profundamente
enamorado de mí.
- Entonces, ahora déjelo.
- No, ahora no, porque yo también
estoy enamorada de él.
Solemos oír las quejas: "Mi
esposo no me hace feliz", "Mi señora debería ser distinta". No
pienses sólo en recibir, sino también en dar, pues "HACER FELIZ AL
PRÓJIMO, ES HACERSE FELIZ A SÍ MISMO". El apóstol Pablo dice: "Más
bienaventurado es dar, que recibir" (Hechos 20:35).
Puedes proponerte hacer feliz a tu
cónyuge. Busca el momento apropiado para conversar y traten de identificar las
cosas que no les gustan de sí mismos. Ambos debieran colocarse blancos,
tratando de aplicar las siete claves. No pienses en tu felicidad, sino en la
del otro. No trates de cambiar a tu pareja, proponte cambiar tú mismo, y...
¡Verás los resultados!
SIETE SECRETOS PARA UN HOGAR
FELIZ
Los investigadores Nick Stinett y
John De Fraim estudiaron 3,000 familias estables y felices de diversas
nacionalidades para establecer los puntos que tenían en común. Llegaron a la
conclusión que habían seis leyes que caracterizan a las familias sólidas. Las
consideraremos con una séptima aún más importante.
1- COMPROMISO CON LOS DEMÁS
a- Los hogares felices, valoran
la familia como unidad, por encima de las necesidades y deseos individuales.
b- Aunque cada cual tenga sus
metas, debe estar dispuesto a eliminar aquellas que puedan amenazar su
existencia como pareja.
c- Trátese de comprender los
deseos, sueños y sentimientos del otro.
d- Ayudarse mutuamente a
desarrollar el carácter. Antes de crear a la mujer, Dios dijo: "No es
bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él" (Génesis
2:18).
e- Al esposo: Considera que la
opinión de la mujer es tan valiosa como la del hombre. El apóstol Pedro
escribe: "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente"
(1 Pedro 3:7). Haz que ella crezca en la autoestima y en gratitud, y evitará
resentimientos. La intuición de la mujer suele ser más exacta que la lógica del
varón. Deja que exprese sus sentimientos.
f- Considera las decisiones de tu
esposa en las cosas de la vida diaria. Sé sensible en esto, pues no en todo
necesitas hacer tu propia voluntad.
g- Foméntese un ambiente alegre,
y hagan del hogar un nido atrayente. No necesita ser grande ni lujoso, aunque
sea una sola habitación, debe respirarse en él un clima de amor.
h- Démosle ayuda práctica, especialmente
si la mujer trabaja.
LOS 10 MANDAMIENTOS PARA LA MUJER
1. Evita cuidadosamente la
primera querella.
2. No olvides que te casaste con
un HOMBRE y no con un "dios", que sus imperfecciones no te
sorprendan.
3. No lo atormentes continuamente
pidiéndole dinero. Arréglate más bien con la suma de cada semana.
4. Si tu marido tiene CORAZÓN,
tiene seguramente un estómago; trata de hacerte querer cocinando platos
apetitosos que a él le agraden.
5. De tiempo en tiempo, pero no
muy a menudo, déjale que tenga razón, eso le causa placer y no te costará nada.
6. En los periódicos, lee otra
cosa que los informes de nacimiento, casamientos y defunciones; ponte al
corriente de lo que pasa en el extranjero, le será agradable el poder hablar de
política en casa, en vez de hacerlo en el club.
7. Sé siempre correcta con tu
esposo en la discusión. Acuérdate cómo lo tratabas cuando eran novios. No lo
mires nunca de arriba abajo.
8. Déjalo a veces ser más
instruido que tú, esto mantendrá el sentimiento de su dignidad y te dará la
oportunidad de no ser del todo infalible, si cedes una vez.
9. Respeta la familia de tu
marido y sobre todo honra a su madre; él la quiere de mucho antes que a ti.
10. No te presentes desaliñada
delante de tu esposo. No descuides tus funciones femeninas.
2- APRECIO
Las familias felices se aprecian
mutuamente, se aman. ¿Cómo se puede alimentar ese amor?
a- Dando y recibiendo pequeñas
expresiones de cariño, se pueden alegrar a nuestros seres queridos.
b- Veamos los puntos positivos y
las virtudes de nuestro cónyuge, y no solamente las flaquezas. En lugar de
críticas, destáquense las buenas cualidades recíprocamente, estimularán el amor
y la superación.
c- Un esposo cambió su forma de
pensar, frente a su esposa, cuando ésta tuvo que ausentarse por tres días,
dejándolo al cuidado de los niños.
He aquí el recuerdo de esa
aventura:
· Abrir la puerta a los
chiquillos que venían de la calle: 63 veces.
· Reñirles para que se callasen o
estuviesen quietos: 22 veces.
· Intervenir para arreglar
disputas: 8 veces.
· Perder los estribos: 12 veces.
· Atar cordones de los zapatos:
15 veces.
· Manchas en los pantalones: 3
veces.
· Comer mal: los tres días, etc..
¡Nunca he deseado volver a ver a
mi esposa, tanto como ahora!
d- Evitemos las palabras ásperas
y ofensivas. Cuando ambos eran novios se hablaban dulcemente. A medida que
convivimos, debemos buscar de fusionar nuestra personalidad y mejorar nuestras
relaciones.
e- El consejo de Dios es:
"Casadas, estad sujetas a
vuestros maridos, como conviene en el señor. Maridos, amad a vuestras mujeres,
y no seáis ásperos con ellas” (Colosenses 3:18-19).
Mantén puros tus pensamientos y
no permitas que la expresión de tu rostro comunique enojo, desprecio o deseos
de venganza. Hay diversos grados de silencio que pueden ser más destructivos
que las palabras.
3- COMUNICACIÓN
a- Un investigador calculó, que
las parejas tienen un promedio de 17 minutos de conversación por semana. ¡La
semana tiene 10,080 minutos!
b- La televisión roba a menudo a
la familia un precioso tiempo que podría utilizarse para conversar. ¡Y qué
tremenda pérdida!
c- La comunicación es fundamental
para la comprensión y para alimentar el amor. Las experiencias vividas en el
trabajo, las diarias vivencias con los hijos, nuestras alegrías y preocupaciones,
nuestras ideas o desilusiones vividas fuera del hogar, pueden ser temas de
conversación.
d- Cuando notemos que alguien del
hogar no se comunica, veamos por qué. Hablemos y resolvamos la dificultad.
Quizás la esposa se sienta acomplejada o frustrada por algo, o piensa que no
sabe expresarse con la facilidad con la que lo hace el esposo. Tratemos siempre
de comprender lo que piensa el otro, compenetrándonos en él. No pretendamos
atemorizar, dominar, culpar, controlar ni ganarle al otro. No se griten mutuamente.
e- Al hogar debe llenárselo de
risas, amor, entusiasmo y sana alegría.
4- PASAR TIEMPO JUNTOS
a- Se les preguntó a 1,500
escolares: ¿Qué crees que hace más feliz a una familia? La respuesta más
frecuente fue: "Hacer cosas juntos".
b- Busquemos tiempo para hacer
cosas juntos. Asociemos a nuestros hijos en nuestra actividad y recreación.
Compartan los problemas y la felicidad.
c- Aunque cada uno es bombardeado
por actividades que nos absorben, debemos planificar de tal modo nuestro
tiempo, que podamos dedicarnos a la familia, o terminaremos dispersos.
5- UNIDOS EN LA ADVERSIDAD
a- La familia sólida, se une para
hacer frente a los desafíos de una crisis, pues hay un compromiso mutuo. Es
necesario desarrollar esa capacidad de hacer frente a la adversidad. ¿Pero
cómo? Dios desea tendernos sus manos de amor en medio de la tormenta más
violenta. En las Sagradas Escrituras nos comunica sus promesas y ¡qué hermosas
son! Conózcalas.
b- Si hay problemas, no busquemos
culpables sino soluciones. No cuesta nada decir: "lo lamento" o
"te perdono". La pareja no debe acostarse nunca enojada. Apliquemos
el consejo divino: "No se ponga el sol sobre vuestro enojo" (Efesios
4:26).
6- ESTRUCTURA MORAL
a- Se ha comprobado que esto es
un denominador común en las familias estables. En el cultivo de las virtudes
cristianas hay bendición.
b- La estructura moral incluye:
Integridad, honradez, lealtad, responsabilidad, virtud moral y los principios
de la utilidad y del amor. Los principios de los 10 mandamientos debieran estar
en cada corazón, pues traen bendición. Las Escrituras Sagradas dicen:
"¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos
los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien
para siempre" (Deuteronomio 4:29).
7- DIOS EN EL HOGAR
a- En una encuesta realizada en
diversos países por "Mensajes de Amistad", se ha comprobado que la
mayoría de las personas creen que la fe religiosa es una ayuda para el hogar.
Pero cuán lamentable es comprobar, que el materialismo está desplazando las
cosas del espíritu y destruyendo la fe.
b- El diálogo sobre cosas
profundas, une a la pareja maravillosamente. Dios desea bendecir a quienes lo
buscan y le aman. Solamente Él puede cambiar nuestro carácter, darnos fortaleza
en las horas difíciles y guardar a nuestros hijos de los grandes peligros que
enfrentan.
c- No descuides tu vida
devocional y espiritual. Haz de las Sagradas Escrituras la guía para tu vida y
tu hogar. Ella nos aconseja, nos orienta, ilumina la senda de nuestra vida y
nos llena de esperanza. A través de sus 2,300 profecías, nos revela el pasado,
presente y futuro con exactitud matemática. Estúdiala y recibirás grandes
beneficios.
Si has fracasado en tu vida
conyugal, busca a Dios, pues nadie mejor que Él para cambiar el rumbo de
nuestra vida. Si eres feliz dale gracias y cuida esa dicha. Pero haz tu parte,
practicando los principios del amor.
"El amor es sufrido, es
benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se
goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…" "Y ahora
permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es
el amor" (1 Corintios 13:4-8 p.p. 13).
“Gracia y Paz”
Edificando Matrimonios
Conforme al propósito de Dios
(Maria Crova).