lunes, 29 de julio de 2013

HUID DE LA FORNICACIÓN



1 Corintios 6:18
“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”.

La mayoría de jóvenes creen estar listos para entregar su cuerpo a alguien a quien consideran el “indicado”. Creen que sentirse bien con alguien es el único requisito que se necesita para llegar al sexo y muchos otros creen que el tiempo que llevan de noviazgo es suficiente como para pasar al siguiente “nivel”. ¡Que equivocados están!

En Traducción en lenguaje actual, la Biblia dice: “No tengan relaciones sexuales prohibidas. Ese pecado le hace más daño al cuerpo que cualquier otro pecado” 1 Corintios 6:18.

No se trata de creer que se esta listo, sino que se trata de cumplir lo que Dios quiere, la Biblia es clara en prohibir el sexo antes del Matrimonio porque Dios creo el sexo para ser practicado en el Matrimonio, la Biblia dice: ”En cuanto a aquello que pusieron en la carta que recibí de ustedes, de que «es mejor no tener relaciones sexuales», por supuesto que es mejor, aunque mejor aún es que cada hombre tenga su propia esposa, y que cada mujer tenga su propio esposo, para que no caigan en relaciones sexuales prohibidas. El esposo debe tener relaciones sexuales sólo con su esposa, y la esposa debe tenerlas sólo con su esposo. Ni él ni ella son dueños de su propio cuerpo, sino que son el uno para el otro. Por eso, ninguno de los dos debe decirle al otro que no desea tener relaciones sexuales. Sin embargo, pueden ponerse de acuerdo los dos y dejar de tener relaciones por un tiempo, para dedicarse a orar. Pero después deben volver a tener relaciones; no vaya a ser que, al no poder controlar sus deseos, Satanás los haga caer en una trampa. Por supuesto, les estoy dando un consejo, no una orden. Yo preferiría que tanto los solteros como las viudas se quedaran sin casarse como yo; pero a cada uno Dios le ha dado capacidades distintas, a unos de una clase y a otros de otra. Pero si no pueden dominar sus deseos sexuales, es mejor que se casen. Como dice el dicho: «Vale más casarse que quemarse».” 1 Corintios 7:1-9 (Traducción en lenguaje actual).

¿Crees que realmente estas listo o lista?, pregúntale a Dios que opina sobre eso que estas pensando hacer. No hay nada mejor que guardarse puro para el matrimonio tal y como manda el Señor y si alguien ya cometió el error, entonces debe arrepentirse genuinamente, pedirle perdón a Dios y prometerle que no volverás a caer en ese pecado, pero también mostrar voluntad total de cumplir esa promesa. “Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo” 1 Juan 2 (Nueva Traducción Viviente).


“¡Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador”!

"Gracia y Paz"
Noviazgo y Matrimonio

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¿TU A QUIEN SIGUES, AL MUNDO O A DIOS?



Éxodo 23:2
“No seguirás á los muchos para mal hacer; ni responderás en litigio inclinándote á los más para hacer agravios”

La Escritura de Hoy nos enseña que debemos de tener mucho cuidado de no imitar a otros en su manera de ser para podernos llevar “bien” con ellos, o para que nos acepten en su grupo. Cuantos que dicen ser Cristianos dicen: “Pero todos lo hacen”, “Van a pensar que soy muy raro”.

Por ejemplo: si a un grupo de personas les gustan los tatuajes, esto es lo que ellos siguen, aunque la Biblia lo prohíbe (Levítico 19:28). Si a otro grupo de personas les gustan las malas palabras y constantemente están hablando de de esa manera, insultando, blasfemando, maldiciendo, injuriando, también la Biblia lo prohíbe  (1 Corintios 6:10)

Los verdaderos seguidores de cristo no debemos de imitar las malas costumbres de nadie para llevarnos bien con ellos. Nosotros al haber sido rescatados del pecado y de las costumbres del mundo, pertenecemos al Señor y, por lo tanto, debemos honrarle a ÉL y obedecer su Palabra. En 2 Corintios 6:17, el Señor nos instruye: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo”. Pero sí puedes seguir a las multitudes para hacer lo bueno: “Yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y da alabanza del pueblo en fiesta” (Salmo 42:4).

Busca el compañerismo con la gente de Dios y a la gente del mundo dale buen testimonio de tu Fe. Recuerda: “La Palabra de Dios no regresa vacía” (Isaías 55:11). Amén.


“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día

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¿ESTÁS CONSCIENTE DE LA PRESENCIA DE DIOS?



Salmo 5:1-3
“Escucha, oh Jehová, mis palabras; considera mi gemir. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”

Muchas veces, los creyentes creemos que estamos muy bien, que nuestra relación con Dios es excelente, pero quizás no estemos disfrutando al máximo de una íntima comunión con el Señor ni estemos totalmente concientes de lo que estamos haciendo en el aspecto espiritual, aunque pensemos que estamos tratando de progresar en esta área.

Una pequeña historia cuenta que un hombre estaba dragando, o sea sacando lodo del fondo del mar usando una maquinaria instalada en su bote. Poco a poco el bote se iba llenando con el fango sacado del fondo, y llegó un momento en que el lodo se deslizaba y caía al agua por el lado contrario al que este hombre estaba dragando. Pero aún así él seguía extrayendo más y más lodo de manera automática. Mucho esfuerzo y muy poco provecho. Y el operador seguía dragando sin pensar.

Este hombre estaba sacando fango del fondo del mar con el fin de limpiarlo. Se suponía que cada vez que el bote estuviese lleno, él lo llevara a algún lugar para botar el fango y una vez vacío el bote regresara a continuar dragando más fango del fondo. Sin embargo, él llevaba a cabo esta operación sin pensar, como una rutina inconciente, como algo que tenía que hacer y simplemente lo hacía mecánicamente sin darse cuenta que mientras sacaba fango por un lado, por el otro lado el fango volvía a caer al mar, haciendo inútiles sus esfuerzos.

Los cristianos corremos el peligro de caer en una vida espiritual mecánica, haciendo las cosas como una rutina, en lugar de buscar cada día al Señor, de una manera conciente, dinámica, con expectativa, esperando algo nuevo de él. ¡Cuántas cosas preciosas que el Señor quiere que disfrutemos nos perdemos cada día! Por eso muchas veces debemos hacer un alto, y entregarnos de lleno a buscar una íntima comunión con el Señor. Lamentaciones 3:23 dice que las misericordias de Dios son nuevas cada mañana. Por eso al levantarnos en la mañana debemos dar gracias a Dios por el nuevo día y entregarnos a un tiempo de genuina adoración y lectura de la Palabra. David solía levantarse muy temprano a tener un tiempo de comunión con el Señor. En el Salmo 63:1 escribió: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela”. Y en el pasaje de hoy, él se compromete a presentarse ante el Señor cada mañana. También el profeta Isaías expresó este mismo anhelo al escribir: “Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte” (Isaías 26:9).

Esta actitud refleja el deseo profundo de la presencia de Dios, el hambre y la sed de su compañía y el anhelo ferviente de crecer en intimidad con él. No significa ir al Señor cargados con peticiones para que él supla nuestras necesidades. Buscarle con fervor puede incluir necesidades y peticiones, pero la verdadera búsqueda va mucho más allá. Significa desarrollar una relación íntima en la que el foco principal no sea solamente suplir nuestras necesidades materiales, sino disfrutar plenamente de su santa presencia. Cuando ésta es la actitud de nuestro corazón, Dios nos promete que le hallaremos. Hallarle a él siempre resulta en que todas nuestras necesidades, físicas, materiales, emocionales y espirituales son suplidas. Habiendo experimentado esto, ya siendo un anciano, David escribió el Salmo 37, y allí dice: “Deléitate asimismo en el Señor, y él te concederá las peticiones de tu corazón”.

¿No sientes en tu corazón ese ferviente deseo de pasar tiempo a solas con tu Padre celestial? Entrégale a Dios en este día toda esa fría religiosidad que te ha impedido disfrutar plenamente de su compañía y comienza a deleitarte en él. Hazte el firme propósito de buscar el rostro del Señor cada día, y pasar un tiempo de comunión con él. Hazlo con fervor, con expectativa, con ansias en tu corazón de disfrutar de su presencia, sabiendo que “en su presencia hay plenitud de gozo”, dice el Salmo 16:11. Entonces experimentarás durante todo el día la paz y el gozo del Señor.

ORACIÓN:
Padre santo, yo anhelo vivir en constante comunión contigo. Ayúdame a levantarme cada día con una clara conciencia de tu presencia en mi vida y un corazón dispuesto a adorarte como sólo tú mereces. En el nombre de Jesús, Amén.


“Gracia y Paz”
Dios te Habla

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