Hebreos 5:12-14
“Porque debiendo ser ya maestros,
después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles
son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser
tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que
participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero
el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el
uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.
Los creyentes estamos en un
camino de crecimiento continuo en el que no llegaremos a ser perfecto. Sin
embargo, tenemos la responsabilidad de perseverar en busca de madurez. Aunque
muchas personas creen que quienes saben mucho acerca de la Biblia son maduros
espiritualmente, Hebreos 5:14 añade el elemento de la práctica al factor del
crecimiento. Esta palabra significa costumbre o hábito. El crecimiento
cristiano exige la disciplina de tener cada día hábitos agradables a Dios.
La práctica más importante de
cultivar es el tiempo devocional. Puesto que Dios es la fuente de todo
crecimiento espiritual, usted no puede olvidarse de Él y esperar madurar. La
transformación se inicia con el tiempo dedicado a su Palabra y a la oración.
La obediencia es otro elemento
esencial para progresar. Cuando nuestro deseo de obedecer el Señor es más
fuerte que nuestra atracción por el pecado, avanzaremos en nuestra vida
espiritual.
En términos de desarrollo físico,
el objetivo es llegar a ser más independientes y autosuficientes a medida que
envejecemos. Pero en la esfera espiritual es todo lo contrario. Quienes maduran
en Cristo reconocen su propia incompetencia, y se apoyan en el Espíritu Santo
que vive en ellos. Su trabajo es transformar nuestro carácter y capacitarnos para
realizar todo lo que el Señor nos llame a hacer.
Envejecer no significa madurez a
los ojos de Dios. Al estudiar la
Palabra y desarrollar hábitos correctos, podremos usar
nuestros años para crecer en el Señor, en vez de desperdiciar el tiempo. Nadie
madura por accidente. El crecimiento espiritual requiere la búsqueda constante
de Dios.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria