jueves, 2 de agosto de 2012

LAS PRÁCTICAS PARA MADURAR


Hebreos 5:12-14
“Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.

Los creyentes estamos en un camino de crecimiento continuo en el que no llegaremos a ser perfecto. Sin embargo, tenemos la responsabilidad de perseverar en busca de madurez. Aunque muchas personas creen que quienes saben mucho acerca de la Biblia son maduros espiritualmente, Hebreos 5:14 añade el elemento de la práctica al factor del crecimiento. Esta palabra significa costumbre o hábito. El crecimiento cristiano exige la disciplina de tener cada día hábitos agradables a Dios.

La práctica más importante de cultivar es el tiempo devocional. Puesto que Dios es la fuente de todo crecimiento espiritual, usted no puede olvidarse de Él y esperar madurar. La transformación se inicia con el tiempo dedicado a su Palabra y a la oración.

La obediencia es otro elemento esencial para progresar. Cuando nuestro deseo de obedecer el Señor es más fuerte que nuestra atracción por el pecado, avanzaremos en nuestra vida espiritual.

En términos de desarrollo físico, el objetivo es llegar a ser más independientes y autosuficientes a medida que envejecemos. Pero en la esfera espiritual es todo lo contrario. Quienes maduran en Cristo reconocen su propia incompetencia, y se apoyan en el Espíritu Santo que vive en ellos. Su trabajo es transformar nuestro carácter y capacitarnos para realizar todo lo que el Señor nos llame a hacer.

Envejecer no significa madurez a los ojos de Dios. Al estudiar la Palabra y desarrollar hábitos correctos, podremos usar nuestros años para crecer en el Señor, en vez de desperdiciar el tiempo. Nadie madura por accidente. El crecimiento espiritual requiere la búsqueda constante de Dios.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

YO HONRARE A LOS QUE ME HONRAN


1 Samuel 2:30
“Yo honraré a los que me honran”, así dijo Dios a Elí, el Sumo Sacerdote, y añadió: ...y los que me desprecian serán tenidos en poco”

Todo esto por consentir el pecado de adulterio de sus dos hijos: Ofni y Finees y, peor aún, permitir que estos adúlteros continuaran oficiando en el ministerio sacerdotal.

El predicador, pastor o ministro que comete adulterio se deshonra a sí mismo; deshonra su hogar, su esposa e hijos; deshonra su ministerio, la Iglesia que pastorea, la Obra de Dios; y por consiguiente, se descalifica a sí mismo para el ministerio cristiano, que es santo, honesto, bíblico; lo cual Dios demanda en las Sagradas Escrituras, y que es superior al ministerio sacerdotal del Antiguo Testamento, así como Cristo es mayor que Aarón.

En nuestra Obra Misionera, todos debemos dar siempre al Dios Trino toda la gloria y reconocimiento.

Queremos honrarle en todo: En la obediencia, la predicación y enseñanza de la Palabra de Dios; en la proclamación de la Redención mediante el sacrificio del Señor Jesucristo; en el Bautismo, los Dones y Frutos del Espíritu Santo; queremos honrarle con un ministerio de vida santa, de testimonio limpio y de profundidad espiritual. Queremos honrarle en la letra y música de los himnos; en la reverencia y en el orden en la Casa de Dios; queremos honrarle en todo.

Cuando honramos a Dios, en toda la escala de valores que emanan de las Sagradas Escrituras, Él cumple Su Palabra cuando dice: “YO HONRARÉ A LOS QUE ME HONRAN, Y LOS QUE ME DESPRECIAN SERÁN TENIDOS EN POCO”.

Elí, el Sumo Sacerdote junto con sus dos hijos, adúlteros consentidos, fueron cortados del ministerio y muertos por la mano de Dios.

“¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”, Hebreos 10:31.

“Gracia y Paz”
Impacto Evangelístico

CONFÍA EN EL SEÑOR


Salmos 37:5
“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él, y él hará”.

Desde niños somos impacientes y queremos pronto las cosas. Cuando esperamos noticias por algún negocio o trabajo que cambiará nuestra vida, esa espera se hace “eterna” y perdemos la seguridad creyendo que nuestras peticiones al Señor no han sido oídas. Caemos en desánimo y ansiedad, precipitando decisiones que afectarán nuestra vida en días o meses. Dios no quiere que eso ocurra, Él quiere para nosotros siempre lo mejor, como un padre hacia su hijo.

Debemos ser pacientes y comprender que Dios actúa a su tiempo, no al nuestro, y que todo está bajo su control. Su tiempo es perfecto. Entrega tus anhelos a Jesús, no dejes de orar por tu necesidad, y búscale sin cesar. Pide Sabiduría de lo alto para entender que Dios está trabajando en tu petición, es la única forma de comprender cuando Él calla o cuando parece que estás solo. Ten presente en tu mente que Dios siempre está trabajando para darte lo mejor. En el nombre de Jesús, amén y amén.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida

VENCEDORES EN CRISTO


Romanos 8:37
“Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó”.

En los versos previos, Pablo nos da una lista de las cosas que se supone nos podría separar del amor de Cristo: cosas como la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada, o el martirio, y su conclusión es que nada nos puede separar del amor de Dios en Cristo Jesús. Cuando cualquier de estas cosas nos pase, somos más que vencedores por él que nos amó.

Por el presente tenemos el gozo, la paz, y la alegría que nos viene por seguirle a él; tenemos acceso al trono del Padre, el Espíritu Santo mora dentro de nosotros, y nos espera una corona de gloria y bendiciones que ni podremos imaginar. Así que, cuando se te vienen problemas a causa de tu servicio por Dios, no te desanimes. Recuerda que Pablo dijo, “Porque esta leve aflicción de ahora, produce en nosotros mucho mas grande y eterno peso de gloria” 2ª Corintios 4:17.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día