Efesios 3:20-21
“Y a Aquel que es poderoso para
hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús
por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”.
El señor Jesús sabía de primera
mano lo que significaba vivir con escasos recursos financieros, ser cuestionado
por sus acciones (Marcos 3:21) y sufrir el rechazo de aquellos a quienes
trataba de servir (Juan 6:66). Sin embargo, a pesar de tal oposición, él nunca
permitió que las circunstancias controlaran sus emociones o dictaran sus
acciones, pues decidió confiar en que el padre era capaz de cumplir su palabra.
Estamos llamados a seguir el
ejemplo de cristo, creyendo que Dios es capaz de hacer lo que él ha prometido.
Por ejemplo, la Biblia
promete la salvación eterna a todos los que pidan perdón en nombre de Jesús (Hechos
7:25). La muerte de Jesús en la cruz satisfizo las demandas de justicia divina
por todos nuestros pecados. Cuando tenemos una fe verdadera en él, Dios nos
perdona y hace de cada uno de nosotros una nueva creación en Cristo (2 Corintios
5:17). No importa qué problemas hayamos causado, él nos invita a acercarnos con
fe y recibir el regalo de la vida eterna.
Dios promete salvar a toda
persona que confíe en él y confirmar a los creyentes en la verdad (Romanos 16:25).
El señor nos da un fundamento firme en cristo, y luego nos edifica en la
justicia. Por medio de su espíritu y de la palabra, comenzamos a ver las cosas
como las ve nuestro padre celestial, y después a entender lo que le agrada a
él.
Al creer que Dios cumple sus
promesas, aumenta nuestra fe y tenemos paz. Las dificultades pierden su poder,
la esperanza sustituye al desaliento y la confianza vence a la duda. Cuando
vengan los problemas, ponga sus ojos en Dios y en su capacidad de cuidar de
usted.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria