Mateo 24:7-8
"Porque se levantará nación
contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en
diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores"
Vemos terremotos, temblores,
inundaciones, enfermedades y tantas epidemias que están haciendo victimas en
todas partes del mundo, afectando a tanta gente.
Las gripes porcina y de influenza
que afectó a los mexicanos y que tuvieron que llevar mascarillas en los lugares
públicos, además de estar en la obligación de suspender toda actividad pública,
como conciertos, partidos de fútbol, y entre los cuales también los cultos de
adoración. Estos virus cobraron muchas victimas, dentro de las cuales muchas
otras se encuentran en observación. También en otras partes del planeta estos y
muchos virus más ha cobrado innumerables victimas, principalmente en EE.UU. y Canadá. Tras todos
estos acontecimientos que están pasando, no cabe duda de que estamos en los últimos
tiempos.
Dicen las profecías que “será
tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces…”
(Daniel 12:1) y el Señor Jesús advirtió del comienzo de estos días, también,
diciendo: “Aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el
principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el
Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de
los escogidos que él escogió, acortó aquellos días” (Marcos 13:19-20). Sabemos
por nuestro Señor, que antes que “venga el día grande del Señor” (Joel 2:31 y
Malaquías 4:5), Jerusalén será sitiada, y “las potencias de los cielos serán
conmovidas” (Marcos 13:25), trayendo como resultado una gran guerra contra
Israel: “¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él;
tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado” (Jeremías 30:7); pero
cuyo inicio será en los cielos: “Porque haré estremecer los cielos, y la tierra
se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el
día del ardor de su ira” (Isaías 13:13). Por tanto, no hemos de impacientarnos,
ya que el Señor hará justicia, pasando al mundo por fuego, para que éste sea
purificado: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la
ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”
(Romanos 12:19).
El mismo Señor desde el principio
lo anunció en su palabra: “Preparaos porque vienen cosas grandes a la tierra,
grandes y terribles, porque la maldad de los hombres ha llegado a mi presencia,
y es grande mi ira, pero yo guardare a los que me buscan, vosotros estáis en la
palma de mi mano, mira que… “caerán mil a tu diestra y diez mil a tu siniestra
mas a ti no llegaran” (Salmo 91:7). El Señor esta cumpliendo todas estas cosas y
yo las creo, más nunca me imagine en que forma todo esto podría suceder, solo
sé que, no importa lo que suceda, Dios nos guardará, esa es mi confianza.
Esta es una reseña de las tragedias
que han ocurrido en Colombia, provocando cientos de miles de muertos y
damnificados (Déle click al siguiente enlace para que vea)
Yo no sé lo que piensen ustedes,
pero yo sé que vendrán cosas aún mas grandes a la tierra, porque el Señor en su
misericordia ya nos las anunció y nos dijo que nos preparemos y que nos
aferremos más y más a Él. Yo sé que para muchos quizás no tenga importancia,
pero los cambios climáticos son evidentes.
No podemos ser indiferentes a
todas estas cosas, y seguir nuestra rutina como si nada estuviera pasando, después
de todo, repito, Cristo ya nos había anunciado todas estas cosas en su palabra.
Es tiempo de buscar a Dios, pues escrito está: "Buscad a Jehová mientras
puede ser hallado, llamadle en tanto está cercano. Deje el impío su camino, y
el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él
misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar" (Isaías
55:6-7).
El siguiente video es de un
terremoto que sacudió la région de Abruzzes, en Italia. Provocando la muerte de
casi 300 personas sin contar los damnificados. Y todo esto, son solo algunas
cosas de lo que ha sucedido a nivel mundial en las ultimas decadas de la
historia de la humanidad (Déle click al siguiente enlace para que vea).
En Montreal, Canadá, hace muchos
años los inviernos eran terriblemente fríos (-30 grados Celsius, en Enero y
Febrero) ahora, en los últimos diez años, la temperatura estado subiendo poco a
poco, los inviernos ya no son lo que eran, antes hacia frío durante meses,
ahora dura solo unos días. Ahora, lo alarmante es que en el mes de Abril haga
calor, (cerca de 30 grados Celsius) cuando, hace solo 5 años atrás, era
impensable semejante temperatura a esas alturas del año, eso solo se sentía hasta
el mes de Junio. Si para los demás esto no son señales…, ¡para mi sí lo son!
La gente no parece tomar
consciencia de lo que pasa, no se cuestiona, todo lo toman como algo normal y
pasajero, viven sin preguntarse nada, solo viven. Les decimos de lo que Dios ha
estado anunciando, y que vean como la naturaleza lo expresa, y la gente te dice
que sí con una sonrisa, pero sus corazones están lejos de Dios. Pues, no importa
lo que piensen los demás, yo le creo al Señor, y me aferro a Él, y le doy
gracias cada mañana porque sé que está conmigo. Uno espera que con todas estas
señales la gente se vuelva a Dios, pero lo que hacen es rebelarse aún mas en
contra de Él. Es entonces donde entiendo cuando el Señor nos dice: “Oíd ahora
esto, pueblo necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no
oye” (Jeremías 5:21), porque para entender los designios de Dios, hay que
entenderlos con el corazón; por eso dice su palabra: “sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón; Porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23). También
dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a
cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” Jeremías 17:9-10. Si hay
alguien que conoce bien al ser humano ése es Dios, ya que somos creación suya y
además escudriña nuestras mentes y corazones.
Dios les bendice hermanos(as), aférrense
a Dios, confíen en Él, pónganse a cuentas con Él, guárdense de pecar, sigan sus
sendas. Lo que nos queda es buscar más y más del Señor, llenarnos de Él cada
día y esperar pacientemente en Él.
“Gracia y Paz”
Preparados para el fin.