lunes, 7 de mayo de 2012


PROPIEDADES DE LA PIÑA

Siempre se comenta, siempre se escucha, pero en realidad sabes ¿Cuáles son las propiedades que tiene la piña? Esta deliciosa fruta es uno de los alimentos más recomendados para bajar de peso, y ni que hablar si es que retienes líquidos, pero sus beneficios no sólo se quedan allí. En este artículo comentaremos todas las propiedades de la piña, además de su reconocida propiedad diurética.

ALGUNOS DATOS SOBRE LA PIÑA
Después del plátano o la banana, la piña es la segunda fruta tropical más popular. Es nativa de Sudamérica, particularmente de Brasil y Paraguay. La Piña también es llamada Ananá o Naná. Y fue Cristóbal Colón quien introdujo esta fruta en Europa. Hoy en día, más de la tercera parte de la producción mundial y 60 por ciento de los enlatados de piña provienen de Hawái.

Siguiéndole los pasos a Hawái, otros países en el top de la producción de Piñas son: Costa Rica, México, Honduras, Sudáfrica, Taiwan, República Dominicana, El Salvador, Ecuador entre otros más.

LA PIÑA: NUTRICIÓN COMPROBADA
La piña no sólo es deliciosa, también es sana y nutritiva. La piña tiene vitaminas, minerales, fibra y enzimas que son buenas para el sistema digestivo, lo que ayuda a mantener el peso ideal y una nutrición equilibrada.

Las piñas son una gran fuente de vitamina C y pueden comerse crudas o ser utilizadas en la cocina. Las piñas tienen poquísima cantidad de grasa y sodio, y nada de colesterol.

PROPIEDADES MEDICINALES DE LA PIÑA
Al igual que el té verde, las propiedades diuréticas de la piña son muy reconocidas; pero sus grandes beneficios no sólo se limitan a ello. Echémosle una rápida mirada a todas las propiedades medicinales de la Piña:

La piña contiene micronutrientes que nos protegen contra el cáncer, además de disolver los coágulos de sangre que podríamos formar, siendo beneficioso para el corazón.

La piña madura tiene propiedades diuréticas. La piña contiene sustancias químicas que estimulan los riñones y ayudan a eliminar los elementos tóxicos del organismo.

El jugo de la piña combate y elimina parásitos de los intestinos, además de aliviar trastornos intestinales y reducir la bilis.

La Piña tiene propiedades antiinflamatorias, contiene una mezcla de enzimas llamadas Bromelaina. La bromelaina bloquea la producción de Kinins, que se forman cuando hay inflamación. Distintos estudios han demostrado que este bloqueo producido por las Bromelainas en las Piñas, ayudan a reducir la inflamación provocada por la artritis, gota, dolor de garganta y sinusitis aguda.

De igual manera, la piña también ayuda a acelerar la curación de las heridas producto de lesiones o cirugías.
Tip: Lo que el Gremio de Naturistas del Perú recomienda para ayudar a reducir la inflamación, es que la piña debe comerse entre comidas.

SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano; ¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del espíritu santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1 corintios 6:19).

“Gracia, Misericordia y Paz”
Publicado por: Carlos Martínez M.
Tomado de: Ana Estrada Rivera
La página información de salud.

DUROS Y APTOS

"Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia" Santiago 1:3

Hay una compañía en Estados Unidos que fabrica impresoras para computadoras. Antes de despacharlas, pasan por una prueba que consiste en congelarlas primero, luego calentarlas a 54°C y, por último, sacudirlas violentamente durante 15 minutos. Este es el último paso de un proceso llamado "endurecimiento", que prepara una impresora ordinaria para que la use el ejército. Con los circuitos asegurados y los componentes en una caja metálica, el fabricante la prueba al extremo hasta cerciorarse de que funcionará en el campo de batalla.

Si eso te recuerda el proceso de fortalecimiento espiritual que estás atravesando, cobra ánimo. Es Dios mismo, nuestro amado Padre, el que permite las épocas de prueba para prepararnos para servirle. Cuando enfrentamos circunstancias difíciles, la Biblia nos ofrece esta sorprendente instrucción "… tened por sumo gozo […], sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia" (Santiago 1:2,3).

En medio de todo, Dios nos invita a pedirle sabiduría. ¿Por qué? Para que sepamos cómo reaccionar ante las pruebas. El la da "abundantemente" a todo el que se la pida (v.5).

Si la vida fuera una oficina limpia con acondicionador de aire, los cristianos débiles funcionarían bien, pero habitamos en un mundo inmerso en una batalla espiritual de vida o muerte. Si confiamos en Dios en las épocas difíciles, nos volveremos "duros y aptos" para ser más útiles.

Lectura: Santiago 1:1-12.
1:1 Santiago siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.
1:2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
1:3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
1:4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
1:6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
1:7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
1:8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
1:9 El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación;
1:10 pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba.
1:11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.
1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Reflexión:
DIOS PERMITE LA ADVERSIDAD EN NUESTRA VIDA PARA MEJORARNOS, NO PARA DESTRUIRNOS.

“Gracia, Misericordia y Paz”
Carlos Martínez M.
(nuestropandiario.com)

¿VERDADERAMENTE DESEA OIR LO QUE DIOS ESTÁ DICIENDO?

Unas semanas atrás, le pedí a las personas que están en nuestra lista de correspondencia que nos escribieran y nos dijeran sobre su iglesia. En otras palabras, si su iglesia es una iglesia buena, háblenos de ella – o, si su iglesia está pasando por un tiempo difícil, díganos por qué. Solicité que no dieran el nombre de la iglesia o del pastor y que la información fuera dada sin chisme, rencor o raíz de amargura. Simplemente deseaba tomar el pulso espiritual de las iglesias en América.

Miles de cartas llegaron de todos los Estados Unidos y Canadá. Mi esposa, Gwen y yo las leímos por varios días. El escuchar el clamor del corazón de tantos cristianos ha sido de ayuda y a la vez deprimente – ¡instructivo y a la vez sorprendente!

Gracias a Dios por todos los reportes brillantes de iglesias y pastores. Una respuesta típica (reflejada en una de cada seis o siete cartas) dice:

“Todo está bien en nuestra iglesia. Nuestro pastor es un verdadero hombre de Dios que no teme predicar la Palabra. Es amoroso y valeroso. Nuestros ingresos han aumentado y estamos creciendo. La alabanza es edificante. ¡Casi no podemos esperar por el próximo servicio!”

Pero la abrumadora mayoría de las cartas recibidas eran de personas que están heridas espiritualmente. Escribieron cartas desgarradoras acerca de la mortandad de su iglesia. Casi sin fallar, comenzaban: “Amamos a nuestro pastor, pero...”

Continuaban diciendo: “Nuestra iglesia es aburrida. ¡Muchas personas duermen durante la predicación! El pastor tiene temor de ofender a alguien y casi nunca predica algo negativo...

“Estamos muriendo espiritualmente y no podemos encontrar una iglesia mejor. ¡Añoramos ver un derramamiento del Espíritu Santo – escuchar a una palabra de convicción, una palabra conmovedora del cielo! El pastor sigue predicando: “Amor, amor, amor” pero nos estamos “amando” hasta el enfriamiento espiritual!

También pastores nos escribieron: “¡Necesitamos aliento!” La carga de trabajo es abrumadora. ¡Nuestra gente dice que desea escuchar la verdad, que desean reprobación y exposición del pecado, pero cuando el Espíritu se mueve en mí y los reprocho, entonces se van de la congregación!”

Un pastor dijo: “Me han despedido de tres iglesias en los últimos dos años.¡Las personas me decían que querían que yo predicara sin temor pero cuando lo hacía (y lo hacía en amor) rehusaban escuchar! Me pregunto si hay alguien que todavía desea escuchar la verdad.


¡Jeremías fue mordaz en sus reprimendas contra ciertos pastores!

Creo que Dios tiene un ejército de pastores piadosos hoy, pero el profeta Jeremías emitió esta reprimenda a los asalariados: “¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! Dice Jehová.” (Jeremías. 23:1) “Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos; aun en mi casa halle su maldad, dice Jehová.” (verso 11).

Jeremías llamo a estos hombres “profetas de Sodoma” – y enumeró las clases de maldades que vio en ellos:

La primera en la lista es adulterio – pastores con ojos llenos de lujuria. Ellos son sensuales, carnales con ojos errantes. Caminan en la mentira – la verdad no está en ellos. Fortalecen a los malhechores en sus caminos de maldad. ¡No exponen el pecado de sus miembros prominentes, porque arriesgan sus ingresos en diezmos! Hablan de visiones que no son de Dios – más bien, hablan de visiones carnales diseñadas para levantar sus propios egos y reputaciones. Apoyan a los comprometedores por miedo a perder su afecto y apoyo. Promueven sueños personales diciendo: ”Dios ha dicho” cuando Dios no ha dicho. Usan ligerezas (bromas) en el púlpito – no humor sano, cuando sea apropiado, sino chistes frívolos.
Toman mensajes prestados de otros – no tienen una palabra de Dios de ellos mismos. Y, lo peor de todo, tienen un mensaje que le sirve sólo a ellos. Jeremías dijo de ellos: “No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan: os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón dicen: No vendrá mal sobre vosotros.” (Jeremías 23:16-17)

Amado, puedes escuchar este mensaje hoy en los púlpitos por toda América. “¡No tengan miedo – América será bendecida otra vez! Vamos a ser prosperados, todo va a estar bien. ¡Estamos muy bien! América siempre va a ser especial para Dios...”

Pero la triste verdad es que muchos de los que predican este mensaje suave han perdido la unción. Dios ya no les habla – ¡porque están viviendo en pecado!

¡Muchos pastores, evangelistas y maestros no tienen derecho a pararse en un púlpito porque están inmundos! Van a las tiendas de videos a escondidas y luego se sientan en sus estudios mirando suciedad del infierno. (¡Yo sé que esto es cierto porque recibimos cartas dignas de piedad de las esposas de estos pastores!) Sus ojos y mentes están encendidos con la desnudez y toda clase de fornicación. ¡Casi todos estos asalariados impíos deben de ser sacados del ministerio – están condenando a multitudes de ovejas que han confiado en ellos y enviando a numerosos jóvenes al infierno!

Pero Jeremías también habló de otro tipo de pastor: ¡“Sus siervos, los profetas! ”Estos eran hombres de oración llenos de la verdad y el Espíritu Santo. Eran verdaderos pastores; santos, sin mancha, fervientes siervos que fueron “enviados... levantándose temprano.” (Jeremías 23:4)

La Biblia dice que estos hombres de Dios “han estado en el secreto de Jehová” (verso 18). La palabra “estado” quiere decir, en otras palabras, ¡tuvieron un intercambio o comunión con el Padre celestial! Una y otra vez en la Biblia, encontrarás esta característica en cada hombre de Dios. Elías estuvo delante de Acab y le dijo: “He venido a ti, rey, porque he estado en la presencia de Jehová Dios de Israel.” (1 Reyes 17:1)

“¿Quién estuvo atento a su palabra y la oyó?” (Jeremías 23:18) ¡Los profetas oyeron consejo de Dios y lo entendieron y lo predicaron! Dios dice que este tipo de siervos “causan que mi pueblo oiga mis palabras... (haciéndolos volver) de su mal camino y de lo malo de sus obras.” (23:22) ¡Ellos no temen exponer el pecado en la casa de Dios, no importa quien sea convicto!

“Gracia, Misericordia y Paz”
Carlos Martínez M.
(Devocional - David Wilkerson)

¿Puedes confiar en tu conciencia?

1 Timoteo 1:18-19
“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos.”

Dios nos ha dado una conciencia para que distingamos entre lo que es moralmente bueno y lo que es malo. Nuestra conciencia puede ayudarnos a evitar “naufragios” en nuestras vidas, dependiendo de las condiciones en que se encuentre. La conciencia es una especie de radar espiritual, y la condición en la que se mantenga determinará qué tanto se puede confiar en ella. En el pasaje de hoy, el apóstol Pablo aconseja a su hijo espiritual Timoteo que mantenga “la fe y buena conciencia.” La buena conciencia es la que se mantiene sin mancha por la confesión de pecados (1 Juan 1:9), y la obediencia a la Palabra de Dios. Ésta refleja el deseo de conocer y seguir la voluntad de Dios, de manera que cuando pecamos sabemos de inmediato que necesitamos arreglar cuentas con el Señor. Sin embargo, cuando la conciencia no está en buenas condiciones no puede mostrarnos la dirección correcta a tomar.

Por ejemplo, una conciencia legalista está llena de leyes y normas, y este legalismo hace que juzguemos nuestros actos basados en reglas humanas. Es decir, creamos nuestro propio sistema de radar lleno de deberes, prohibiciones y obligaciones, y lo utilizamos para determinar lo que es bueno y lo que es malo. Pero al hacerlo no llegamos a discernir la justicia de Dios, la cual nunca puede ser sustituida por la justicia humana. Un ejemplo de esto lo tenemos en los fariseos, los cuales tenían sus propias leyes y actuaban movidos por ellas, creyendo que estaban muy bien. Sin embargo, a ellos se refirió Jesús en el Sermón del Monte cuando dijo: “Os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mateo 5:20). El pecado y la autosuficiencia crean una conciencia corrompida. Si nos guiamos por ella, seremos incapaces de discernir lo que es correcto y verdadero. Excusas como “no puedo evitarlo” o “es que yo soy así”, nos hacen insensibles al pecado, y por lo tanto creemos que todo está “bien” y que no es necesario rectificar.

Hay varios pasos que debes seguir para mantener tu conciencia limpia y en buen estado:

1. Escudriña la Palabra de Dios y aplícala a tu vida diaria. A medida que pongas en práctica “la ley perfecta, la de la libertad”, como dice Santiago 1:25, tu conciencia se volverá más fuerte porque conocerá mejor el corazón de Dios.

2. Ora antes de tomar decisiones. En vez de decidirte por algo sólo porque te parece apropiado o te hace sentir bien, trae al Señor todas tus dudas y preocupaciones, y pon atención a su voz.

3. Hazte el propósito de obedecer a Dios. Si tú deseas hacer las cosas como Dios manda, siempre te preguntarás: ¿Qué quiere el Señor que yo haga? Esta práctica te permitirá discernir y seguir la dirección del Espíritu.

4. Adquiere una mayor receptividad a la convicción del Espíritu. Ya no estamos más bajo condenación, dice Romanos 8:1, y esto nos capacita para reconocer la diferencia que hay entre la convicción del Espíritu Santo y las acusaciones del enemigo. El Espíritu siempre nos muestra exactamente lo que necesita arrepentimiento; él no nos da una vaga sensación de culpa. Su convicción tiene el propósito de hacernos volver al Señor si nos hemos desviado de su camino.

5. Abandónate a la perfecta voluntad de Dios. Si te reconsagras cada día para ser un “sacrificio vivo” sólo para Dios, tu conciencia te orientará hacia el Señor. Cuando te niegas a conformarte a las normas de este mundo, y renuevas tu manera de pensar conforme a la mente de Cristo, podrás “comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:1-2).

ORACION:
Amantísimo Dios, por favor ayúdame a guardar mi mente de la suciedad y corrupción de este mundo, y a crear el hábito de buscar tu rostro cada día, escudriñar tu Palabra y actuar conforme a tu voluntad, y que mi conciencia pueda alertarme de lo malo y dirigirme siempre conforme a tus principios. En el nombre de Jesús. Amén.

“Gracia, Misericordia y paz”
Carlos Martínez M
(diostehabla.com)

Una iglesia compasiva

Lucas 10:25-37
“Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo”.

Entiende usted que los creyentes no deben mirar más allá del cuerpo de Cristo para encontrar respuestas a sus necesidades? Fuimos hechos para ser un cuerpo que se vale por sí mismo. Después de varias décadas en el ministerio, he encontrado solo una manera para que la iglesia funcione como debe: los creyentes deben comprometerse a darse a sí mismos en beneficio de los demás.

Por ejemplo, un hombre decide orar y luchar al lado de un hermano que sufre, hasta que la gravosa situación se resuelva. O una mujer se ofrece a responder las preguntas que tiene una creyente nueva sobre el mensaje del domingo. Hay muchas otras formas de servir a otros, tales como transportando a una persona anciana a la iglesia, enseñando una clase de la escuela dominical, o visitando a una agotada madre soltera para escuchar sus preocupaciones.

Antes de que las necesidades que hay en su iglesia le agobien, permítame recordarle que el amor a los hermanos es un esfuerzo de toda la iglesia. Una sola persona no puede satisfacer todas las necesidades. Así que si usted se compromete a servir a un pequeño grupo de personas que Dios ha traído a su vida, y renuncia a sus preferencias centradas en usted mismo en cuanto a tiempo y recursos, el Señor le bendecirá con más gozo y más contentamiento de los que usted jamás haya conocido.

Servir a los demás antes de servirse a uno mismo es practicar el cristianismo auténtico. Estoy seguro de que si nos comprometemos a dar respuesta a las necesidades que el Señor nos presente, nuestras iglesias serán transformadas en un verdadero cuerpo de creyentes que funcionan juntos para la gloria de Dios.

“Gracia, Misericordia y Fe”
(encontacto.org)

LA SALVACIÓN POR MEDIO DE JESUCRISTO

1 Tesalonicenses 5:9
“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salud por nuestro Señor Jesucristo”.

Si de veras perteneces a Cristo, no estas apuntado a sufrir la ira de Dios, sino para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo. Tu destino final no cambia de un día al otro, ni depende de cómo te sientes, o si tienes buen día o mal día. Tu salvación está fija, permanente, y segura, con tal de que DE VERAS te hayas arrepentido de tus pecados y hayas puesto tu fe en Jesús.

Fíjate en la última parte del versículo….. “salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.” La salvación es de EL, desde el principio hasta el fin, y es un don seguro, gratis, y permanente.

Pero recuerda las palabras de Jesús…. “Y el que no toma su cruz, y sigue en pos de mí, no es digno de mí.” Mateo 10:38.

“Gracia, Misericordia y Paz”
Un versículo de La Biblia cada Día