Efesios 5:8
"Porque en
otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos
de luz".
La fuerza de la
luz es tan potente que su sola presencia, en un instante elimina toda oscuridad
y tinieblas. La luz y la oscuridad no son compatibles, es decir no pueden
existir las dos al mismo tiempo en un mismo lugar. En el mundo espiritual
sucede lo mismo. La Biblia
identifica el pecado con la oscuridad, y el reino de muerte y de maldad de
Satanás con las tinieblas. En Efesios 6:12, el apóstol Pablo escribe: “Porque
no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Por otro lado, Jesús
dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).
Aquí vemos el
contraste entre las tinieblas y la luz en el mundo espiritual. Cristo pagó un
precio muy alto en la cruz del Calvario para que podamos tener “la luz de la
vida”, o sea vivir libres en el reino de la luz. El que vive lejos del Señor
vive en las tinieblas, practicando las costumbres de las tinieblas y siguiendo
el rumbo destructor de las tinieblas. El que ha creído que Jesucristo es el
Hijo de Dios, y que vino al mundo con el propósito de dar su vida para que
nosotros pudiésemos salir de las tinieblas a la luz, ése puede disfrutar de la
luz y las bendiciones del Señor. Jesús dijo: “Yo, la luz, he venido al mundo,
para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas” (Juan 12:46). ¡Gloria
a Dios!
Ahora bien, los
que hemos conocido la luz de Dios, los que recibimos su protección y sus
bendiciones tenemos responsabilidades. He aquí las palabras de Jesús para
nosotros: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte
no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino
sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:14-16).
Millones y
millones de seres humanos en el mundo viven actualmente en las tinieblas,
incluyendo muchos de tus vecinos, compañeros de trabajo y aún familiares tuyos.
Muchos de ellos viven envueltos en falsas doctrinas, o pendientes del
horóscopo, o de que les "tiren la suerte" con cartas, o consultan
espiritistas o se gastan un dineral llamando a las "líneas
psíquicas", todo esto con el fin de conocer las circunstancias presentes y
futuras de sus vidas que ellos no pueden ver. Pero lo cierto es que seguirán
sin ver nada, más bien aumentará su confusión y su oscuridad espiritual, pues
todas estas cosas (aunque algunos creen que es juego) pertenecen al reino de
las tinieblas. El resultado, generalmente, es desgracia y maldición para la
familia.
La pregunta es:
¿y tú que vas a hacer? ¿De qué manera piensas afectar sus vidas positivamente?
¿Vas a continuar impasible? ¿O vas a actuar y andar como “hijo o hija de
luz", como dice el pasaje de hoy?
La luz que está
en ti, cuando es activada por el poder del Espíritu Santo, puede alumbrar esas
almas y sacarlas de las tinieblas en que viven. Sólo tienes que tomar la
decisión de ser instrumento de salvación para honra y gloria de nuestro Padre
celestial. Si aun no lo has hecho, ¡decídete hoy! Dios está esperando.
ORACIÓN:
Gracias, Dios
mío, porque en tu luz hay verdadera libertad espiritual. Gracias por sacarme de
las tinieblas en que yo vivía. Te ruego que me capacites y me des el poder de
tu Espíritu para ser un instrumento que tú uses para traer luz a la vida de
aquellos que no te conocen y viven en tinieblas. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla