miércoles, 31 de julio de 2013

“BIENAVENTURADOS LOS QUE OYEN LA PALABRA DE DIOS, Y LA GUARDAN”



Juan 13:17
“Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis”.

A veces la gente se siente bien cuando hacen planes, y se contentan con solo planear y soñar. Un día yo hablaba con un señor y le animaba a que aceptara a Cristo en su corazón, pero él no quiso hacerlo. Me dijo que lo haría más tarde. Cuando se iba, me dijo, ¿Sabes qué? Ya me siento mejor. No sé si después lo hizo.

Solamente saber la verdad, o hacer planes no es suficiente. Tomar la decisión de hacerlo es lo importante. Es como la prescripción de tu medico, te receta medicamentos y solo te harán bien si los tomas.

Lucas 11:27-28 nos dice de un hombre que escuchaba las enseñanzas de Cristo dijo: “Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y Jesús dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”.

La bendición se recibe cuando aplicas la Palabra de Dios en tu vida. “Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis”.


“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día



¡SOLO DIOS SE MERECE NUESTRA ADORACIÓN!



Daniel 3:1-7
“El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado”.

El diablo siempre ha querido que a el se le de la adoración que le pertenece solo a Dios.

Isaías 14:14
“sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo”.

Cuando el rey Nabucodonosor, (que es una figura del diablo) levantó la estatua para que todos la adoraran, es impresionante ver como utilizó la música para que al oírla todos se postrarán y la adoraran.

En nuestros días Satanás usa el mismo patrón de la música para atraer a las personas con sus ritmos y letras obscenas para que lo adoren. Hoy día hay un gran reto para los cristianos en todo el mundo y es precisamente la música que escuchan, la dizque “Música cristiana”, con letra ambigua y sensual, a la que le han quitado el sacrificio de Jesús, y la cual sólo ensalza a los que la cantan y al propio satanás. Y que más podemos agregar referente a los “Pastores” que con sus enseñanzas heréticas que solo buscan la exaltación y prosperidad personal. Todos estos adoradores del dios mammón.

Hubo en este pasaje bíblico de Daniel tres personajes que tenían muy claro a quién se debía de adorar y eran Ananías, (Sadrac) Misael, (Mesac) y Azarias, (Abed-nego), los cuales no adoraron la estatua levantada por Nabucodonosor y prefirieron el horno de fuego que negar sus convicciones. Dios recompensó a estos tres personajes por su valor de enfrentarse al propio rey  Nabucodonosor (Daniel 3:16-18).

Dios respaldó las palabras de fe de estos jóvenes valientes y se manifestó a ellos, apareciendo dentro del horno con ellos para cuidarlos de la llamas de ese horno. Este es, indudablemente,  un gran ejemplo para nosotros los cristianos que somos constantemente confrontados de similar forma por amigos, vecinos, familiares y otros muchos que con sus influencias quieren hacernos caer en el pecado y que adoremos a sus dioses.

Incluso Jesús fue tentado por el diablo para que lo adorara:

Lucas 4:6-8
“Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”.

El problema de la gente de hoy es que no saben a quien adoran o a quien adorar, el Señor Jesucristo fue bien claro al decir: “al Señor tu Dios adorarás, y a El solo servirás”. Dios no quiere que adoremos otros dioses ni nada que nos separe de Él.

Dios busca y bendice a esa clase de personas que aún en medio de las pruebas difíciles no dejan de servirle y de adorarle, y que se levantan con una voz de fe, con una convicción clara en su ser de quien es Dios, y de que Él es el único Dios al que hay que adorar y por lo tanto pueden proclamar diciendo lo mismo que los tres jóvenes dijeron: 

Daniel 3:17-18
“He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”.

Adoremos pues y sirvamos al Señor con todo lo que tenemos y Él cuidará de cada una de nuestras necesidades.

Mateo 6:33
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.


“Gracia y Paz”



¿HAS NACIDO DE NUEVO?



Juan 3:1-7
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”.

Jesús le dice a Nicodemo que para ver el reino de Dios, "es necesario nacer de nuevo”. Y aquel que era fariseo, maestro de Israel y principal entre los judíos no entendió lo que el Señor quiso decirle. Realmente no es fácil entender la frase “nacer de nuevo”. No se trata de que en nuestras vidas se lleve a cabo un cambio cuando entramos en una relación con Cristo; es algo mucho más profundo. Se trata de que nuestra vieja manera de vivir termina y comienza una nueva vida en el Espíritu que es completamente distinta a la anterior.

Citare la historia de un hombre nacido en el norte de África. Durante su juventud vivió una vida lujuriosa e inmoral. Este hombre cuenta que en medio de esa vida de placeres sexuales y codicia había un constante vacío imposible de llenar. Un día conoció a Jesús, abrió a él su corazón y su vida cambió totalmente. Después de su conversión, este hombre renunció a todas sus posesiones, fundó un monasterio y se retiró por tres años a orar y meditar en la Palabra de Dios, y allí escribió varios libros y poemas. Este hombre dedicó el resto de su nueva vida a servir al Señor.

Harold Hughes fue un conocido político norteamericano, quien después de prestar servicio como gobernador del estado de Iowa fue elegido al Senado de los Estados Unidos. En su autobiografía, Hughes confiesa tristemente que en sus años de juventud fue “borracho, mentiroso y tramposo”. Después de tocar fondo, en medio de su vergüenza y desesperación, decidió cometer suicidio. Sin embargo, justo antes de apretar el gatillo de su pistola sucedió algo milagroso. Así lo describió Hughes: “Igual que un niño herido perdido en la tormenta, de repente había caído en los calurosos brazos de mi Padre” Y al experimentar la gracia perdonadora de Dios prometió: “Señor, haré lo que me pidas”. Ese fue el comienzo de una nueva vida para Harold Hughes, una vida que sí valía la pena vivir.

Saulo de Tarso tuvo una experiencia similar cuando se dirigía a la ciudad de Damasco en gestiones para continuar su persecución de los cristianos. Allí en el camino se le apareció Jesús, y le dijo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9:4). Entonces Saulo cayó rendido de rodillas, y “temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Desde ese instante la vieja vida de Saulo de Tarso dejó de existir, y en su lugar surgió la nueva vida de quien más tarde llegaría a hacer el gran apóstol Pablo, el cual escribió: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).

Pablo también dijo en su carta a los Gálatas: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Este es el nuevo nacimiento del cual le habló Jesús a Nicodemo: morir a la vida pecaminosa de nuestra naturaleza carnal y comenzar a vivir la vida abundante que Jesucristo vino a ofrecernos. Cualquier persona, por muy derrotada y quebrantada que esté, puede experimentar este nuevo nacimiento creyendo sinceramente en Jesucristo y abriendo a él su corazón en fe. Si no lo has hecho, y deseas comenzar una vida que valga la pena vivir, abre tu corazón a Jesús ahora mismo e invítalo a entrar.

ORACIÓN:
Querido Padre celestial, gracias por el milagro del nuevo nacimiento a través de la muerte y resurrección de tu Hijo Jesús. Ayúdame a morir a mi vida de pecado y comenzar a vivir esa vida abundante que tu amado Hijo vino a traernos. En su santo nombre, Amén.

“Gracia y Paz”

Dios te Habla

¡SE FELIZ!



Puedes tener defectos, ansiedad, irritación, tristeza; vivir fracasos, frustraciones, decepciones, desamores; pero nunca te olvides de que “Yahveh Dios te sostiene de tu mano derecha y te dice: No temas, yo te ayudo” (Isaías 41:13).

Recuerda siempre que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, ni caminos sin accidentes, o trabajos sin cansancio, ni relaciones sin decepciones.

A pesar de todas tus malas circunstancias, siempre habrá personas que te respetan, que te aprecian, que te admiran, que te quieren, que te aman.

Ten en cuenta que la vida que Dios te presta es la mayor empresa del mundo. Solo con ÉL podrás evitar que vaya en decadencia.

Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.

Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.

No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.

No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.

Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis.

Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para adentro de su propio ser.

Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse un actor de la propia historia.

Es atravesar desiertos fuera de si, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.

Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.

Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.

Es saber hablar de si mismo.

Es tener coraje para oír un “No”.

Es tener seguridad para recibir una critica, aunque sea injusta.

Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.

Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.

Es tener madurez para decir “Me equivoqué”.

Es tener la humildad para decir “Perdóname” cuantas veces sea necesario.

Es tener sensibilidad para expresar “Te necesito”.

Es tener capacidad de decir “Te amo”.

Que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz…

Que en tus primaveras seas amante de la alegría.

Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.

Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.

Pues así serás cada vez mas apasionado por la vida y descubrirás que ser feliz no es tener una vida perfecta...

Si no usar las lágrimas para regar la tolerancia.

Usar las perdidas para refinar la paciencia.

Usar las fallas para esculpir la serenidad.

Usar el dolor para lapidar el placer.

Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.

Jamás desistas de las personas que amas.

Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo maravilloso e imperdible.

Jamás desistas de mantener activa tu relación personal con Dios.

Jamás desistas de tener a Dios en todos los asuntos de tu vida.


Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

Juan 15:5-8
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”.

2 Corintios 9:8
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”

1 Corintios 10:31
“…hacedlo todo para la gloria de Dios”.



“Gracia y Paz”

Mensajes que Edifican

¿TIENES TÚ ALGÚN TIPO DE PREJUICIO DE LOS DEMÁS?



Juan 1:45-46
"Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Respondió Felipe: Ven y ve".

El pasaje de hoy presenta una pregunta y una respuesta. Ambas provienen de hombres sinceros y de buenos principios. Natanael, un hombre devoto; Felipe, un honesto discípulo de Jesús. Pero Natanael reaccionó en este caso con prejuicio. Si Felipe le hubiera dicho que Jesús venía de Roma o de Jerusalén, probablemente Natanael hubiera reaccionado de manera diferente. Pero, ¿de Nazaret? ¿Podría salir algo bueno de esa ciudad pequeña e insignificante?

Según el diccionario, "prejuicio" es: "Juicio u opinión, generalmente negativo, que se forma de antemano y sin el conocimiento necesario". La Biblia nos dice en Mateo 7:1: “No juzguéis, para que no seáis juzgados” Es decir, no debemos prejuzgar, pues ni siquiera nos hemos tomado la molestia de reunir alguna información y analizarla antes de llegar a una conclusión. Muchas veces hemos sido víctimas de prejuicios, ya sea basados en nacionalidad, o raza, o sexo, o religión, o edad. Otras veces hemos sido nosotros los que hemos actuado con prejuicio. De cualquier manera el prejuicio es totalmente incorrecto, no agrada al Señor y debemos evitarlo.

El prejuicio tiene diferentes raíces. A veces tenemos prejuicios por ignorancia. No conocemos el asunto, ni tampoco nos interesamos por saber. Simplemente condenamos. Otras veces tenemos prejuicios porque fuimos educados así y las tradiciones controlan nuestra manera de actuar. A veces, el prejuicio nace del orgullo. Consideramos que nuestras opiniones son superiores a las de los demás, y no estamos dispuestos a ceder ni un milímetro. También podemos actuar con prejuicios porque no salimos del círculo de personas que piensan igual a nosotros, y no damos valor a aquellos que piensan de manera diferente. Muchas pueden ser las causas del prejuicio, pero una vez lo reconocemos debemos tratar de eliminarlo de nuestras vidas.

¿Cómo podemos eliminar el prejuicio? Felipe le dijo a Natanael: “Ven y ve”. O sea, “Experimenta por ti mismo. Analiza y emite un juicio a partir de tu experiencia personal y no a partir de lo que pensabas con anterioridad”. Cuando Natanael llegó con Felipe adonde Jesús se encontraba, y tuvo la oportunidad de conocer personalmente al Señor y escucharle hablar, entonces, dice Juan 1:49, “Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel”.

Trata siempre de conocer a la persona por la que has sentido algún prejuicio. Muchas veces una cierta actitud en una persona ha hecho que nos formemos un concepto equivocado de ella, y después de un tiempo de tratarla nos hemos dado cuenta del error. Quizás estaba pasando por una situación muy difícil, o quizás es muy tímida, o tiene algún trauma psicológico por problemas de la niñez. En fin, puede haber un sinnúmero de causas en el comportamiento de una persona que no tienen nada que ver con sus principios, o sus sentimientos, o sus intenciones. Pero por encima de todo esto envuélvete en el espíritu que nos describe Filipenses 2:3: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”. Actuando de esta manera estarás rechazando todo prejuicio y permitiendo que el Espíritu Santo controle tus emociones, tus pensamientos y tu manera de actuar.

Si te encuentras en una situación en la que sientes que estás actuando con prejuicio, o si sientes que alguien está actuando contigo prejuiciosamente, pide al Señor que tome control de tu mente y tu corazón, y que te dé discernimiento espiritual para identificar y rechazar todo concepto equivocado. Ora por esa persona, y pide a Dios que te de la oportunidad de ministrarla en su nombre.

ORACIÓN:
Padre santo, te ruego que eches fuera de mí todo prejuicio o concepto mal fundado que tenga yo de las personas, y que tu Espíritu Santo me ayude a tratar a todos los que me rodean con amor y humildad, estimándolos como superiores a mí. Que todos puedan ver en mí el carácter y el corazón de Cristo. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

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