miércoles, 22 de junio de 2016

NO DEBEMOS ADORAR A LOS HOMBRES, NI A LOS SANTOS, NI A LOS ÁNGELES, SINO A JESÚS SOLAMENTE.



Juan estaba impactado e impresionado de un ángel, y se inclinó para adorarle. “Y yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios...” (Apocalipsis 19:10). Jesús es “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).

LA VERDADERA ADORACIÓN incluye obediencia a la voluntad de Dios y el rechazo de los pecados de este mundo. “El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él” (1 Juan 2:4). No hay ninguna actividad tan dulce como la de “seguir el Cordero por donde quiera que fuere” (Apocalipsis 14:4).


“Gracia y Paz”

AMOR…. EL VINCULO PERFECTO



Cuando hablamos del amor, mucha gente lo enfocamos desde la perspectiva de estar enamorados y lo relacionamos con el amor que sentimos por nuestros seres más cercanos y nada más. Pero el mensaje del evangelio es un mensaje de amor. Porque Dios es amor.

Cristo nos amó de tal manera que se entregó a si mismo por nosotros. ¿Pero podríamos nosotros mostrar un poquito de ese amor en nuestra forma de relacionarnos con toda la gente? 

La palabra de Dios nos manda a vestirnos de amor. Es decir que debemos mostrar amor como mostramos la ropa que llevamos puesta, en cada palabra, en cada actitud, en cada situación.

El amor constituye el vínculo perfecto y el camino más excelente para nuestras relaciones interpersonales y la resolución de los conflictos que vivimos. Y tú… ¿Estás vestido de amor?

Colosenses 3:14
“Y sobre todas las cosas, vestíos de amor que es el vínculo perfecto”.


¡Gracia y Paz!