Un hombre de
avanzada edad fue a la clínica para que le curaran una herida en la mano. Tenía
bastante prisa, y mientras lo asistía, intrigado el doctor le preguntó: ¿qué
era eso tan urgente que tenía que hacer?
El paciente
respondió que quería ir a desayunar con su esposa quién, desde hace unos meses,
vivía en una residencia de ancianos. Lamentablemente ella padecía de Alzheimer
en estado muy avanzado.
Mientras acababa
de vendar la herida, el médico, conocedor del deterioro que provoca esa
enfermedad, le preguntó: ¿Si hoy llegara tarde su esposa lo notaría? -El hombre
le dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
Entonces el
doctor le preguntó extrañado.
- Y si ya no
sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las
mañanas?
Le sonrió y
dándole una palmadita en la mano le dijo: -”Ella no sabe quién soy yo, pero yo
todavía sé muy bien quién es ella”.
El doctor tuvo
que contener las lágrimas mientras salía y se puso a pensar: - "Esa es la
clase de amor que quiero para mi vida".
El amor puede
ser de muchos colores y sabores, hay amores que matan y amores sosegados y
dulces. En el amor caben muchas posibilidades y no siempre el amor es ciego.
Amar es un esfuerzo al que hay que dedicar mucho tiempo, a algunos les ha
durado toda una vida y otros se han quedado en el camino; nos han dado alegrías
o nos han proporcionado tristezas.
Cuando el amor
es usado negativamente y cuando se dirige hacia uno mismo, se trasforma en
vanidad, egocentrismo y orgullo; distorsionado, se puede trasformar en odio y
unido al miedo en celos.
Dentro de una
relación de pareja no solo amar y ser amado es el alimento que proporciona
satisfacción, también se busca la protección y la ayuda mutua, la confianza y
la seguridad. Especialmente cuando ya se ha cumplido una edad madura en la que
el sexo pasa a un segundo plano y se anhela, sobre todo, la estabilidad
presente y futura.
En esta historia hay muchas moralejas y aunque yo comparta alguna de las
mías te sugiero que extraigas las tuyas propias.
1). No es más feliz quien mas tiene sino quien menos necesita; quien acepta
lo que le ha tocado; quien no se obsesiona con tener lo mejor de todo sino que
persigue hacer todo de la mejor manera que puede.
2). Hay circunstancias en la vida en las que hay que esforzarse por
sobrevivir a la tempestad y hay otras circunstancias (irreversibles) en las que
hay que aprender a bailar bajo la lluvia.
3). Tanto el personaje mencionado como el comportamiento descritos son
reales. Merecen todo mi respeto, admiración y consideración. Y quiero animar a
quienes están viviendo una experiencia similar a que “no tiren la toalla”, a
que se esfuercen y le pidan a Dios todo el apoyo y fortaleza para continuar
hasta el final. Se que son circunstancias difíciles, pero vale la pena dar un
poco del amor que Dios nos ha dado por medio del sacrificio de nuestro Redentor
y Salvador Jesucristo, Amen.
“Gracia y Paz”
Edificando
Matrimonios conforme al propósito de Dios