miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿HAS PENSADO VOLVER ATRÁS?



Filipenses 3:20
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”.

A veces se nos olvida que somos peregrinos en este mundo, que nuestra ciudadanía no es terrenal sino celestial. Se supone que cuando permitimos que Jesús entrara en nuestro corazón renunciamos a nuestra vieja manera de vivir, comenzando así un proceso que durara hasta que Cristo venga o hasta el día que partamos de este mundo.

Pero lastimosamente en muchas ocasiones después de haber abandonado el mundo, seguimos viendo de reojo lo que allí sucede y deseando en ocasiones ser parte de el.

Cuando Dios advirtió a Lot sobre que iba a destruir Sodoma y Gomorra le dio instrucciones especificas de NO VOLVER A VER HACIA ATRÁS, de escapar por su vida. De todos es conocido que la esposa de Lot echo un vistazo a lo que estaba dejando y se convirtió instantáneamente en una estatua de sal: “Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal” (Génesis 19:26).

Cuando Dios nos saca de un lugar de perdición lo menos que Él quiere es que volvamos a ver hacia atrás o que deseemos lo que allá hacíamos, o peor aun, que amemos lo que antes hacíamos o teníamos.

El pueblo de Israel también fue castigado por Dios por recriminar que estaban mejor en Egipto, olvidando que allí eran esclavos y eran maltratados, pero parece ser que cuando nos sentimos un poco cómodos somos capaces de reclamar a Dios cosas de las cuales no tendríamos derecho a reclamar. Su amor por su vida en Egipto y sus desobediencias y falta de fe los llevo a vagar por cuarenta años en el desierto antes de llegar a la tierra prometida (Números 14:33).

Hay un personaje en la Biblia que ayudaba al Apóstol Pablo en su labor misionera, es mencionado solo tres veces en la Biblia y las tres veces se refiere a actos misioneros, pero llego un momento en donde este personaje llamado Demás tomo la decisión de dejar sólo a Pablo porque amo más las cosas del mundo, la Biblia lo narra de la siguiente manera: “Demás me ha abandonado y se ha ido a la ciudad de Tesalónica, pues ama demasiado las cosas de este mundo. Crescente se fue a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia” (2 Timoteo 4:10).

Es triste cuando después de haber conocido el amor incomparable de Dios, decidimos regresar a ese pozo cenagoso, regresar a nuestra antigua vida despreciando así todo lo que DIOS hizo por nosotros.

La Biblia es muy directa en describir lo que pasa después de haber conocido a Dios y regresarse a vivir al estilo del mundo: “Y cuando la gente escapa de la maldad del mundo por medio de conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero luego se enreda y vuelve a quedar esclavizada por el pecado, termina peor que antes. Les hubiera sido mejor nunca haber conocido el camino a la justicia, en lugar de conocerlo y luego rechazar el mandato que se les dio de vivir una vida santa. Demuestran qué tan cierto es el proverbio que dice: «Un perro vuelve a su vómito». Y otro que dice: «Un cerdo recién lavado vuelve a revolcarse en el lodo» (2 Pedro 2:20-22).

¿Cómo esta nuestra amor por Dios? ¿Cómo están nuestros ánimos de seguir negándonos a nosotros mismos para seguir cada día a Jesús?, ¿Será que estamos amando más a Dios que al mundo?, ó ¿Será que estamos amando más al mundo que a Dios?

Cada uno de nosotros somos responsables de nuestra manera de vivir, no podemos pasarnos  la vida echándole las culpas a otro de nuestro estado espiritual, cada uno fuimos llamados a vivir una RELACIÓN PERSONAL con Dios y somos responsables por mantener esa comunión diaria con Él, pero cuando las cosas del mundo comienza a atraernos más y comienzan a quitarle el lugar a Dios en nuestras vidas, entonces vamos directo a un precipicio que lo único que nos traerá es dolor y hasta muerte espiritual.

¡Vivamos cada día amando al Señor!, negándonos a nosotros mismos, negándonos a nuestros deseos engañosos, negándonos a lo que quisiéramos hacer, pero que ahora no lo hacemos porque amamos más a Dios que a cualquier otra cosa.

Demostremos el amor que tenemos y sentimos por Dios siendo FIELES hasta en lo que consideramos poco, para que cuando lleguen las pruebas difíciles podamos seguir manteniéndonos fieles a Él y con ello conseguir una sonrisa de agrado de Dios hacia nosotros.
¿Has estado pensando regresar a tu vida antigua? ¡Muy mala decisión!, nada ni nadie te dará lo que Dios te ha dado y tú lo sabes muy bien, por lo tanto ¡Reflexiona sobre tus decisiones y vuélvete a Dios!, Él jamás se ha olvidado de ti, no está enojado contigo, no está decepcionado de ti, al contrario, ahora mismo está con los brazos abiertos esperando que salgas hacia Él para recibir su perdón y que Él pueda comenzar una restauración total en tu vida.

Dios te ama con un amor puro y sincero, por lo tanto: ¡Vuélvete a Él!

“Gracia y Paz”
Un Devocional para cada Día

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