Romanos 8:28-29
“Y sabemos que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó
para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos”.
Si pudiéramos elegir el número de
dificultades que quisiéramos enfrentar en la vida, la mayoría de nosotros
elegiríamos el cero. Pero Dios ve que los tiempos de dificultad tienen gran
valor y los utiliza para llevar a cabo sus planes.
Uno de los propósitos que tiene
Dios para nosotros, es hacer que nuestra relación con Él crezca. El Señor sabe
que nos es difícil ponerlo a Él primero, muchos de nosotros damos más prioridad
a la familia y a los amigos. Para otros, el dinero, el trabajo e incluso los
placeres, son un obstáculo. Cuando el Señor ve que nuestra atención se está
desviando de Él, puede usar las dificultades para que le demos el lugar debido.
Otra razón por la que Dios
permite las dificultades, es para conformarnos a la imagen de Jesús. El dolor
es una herramienta que saca a la superficie nuestra carnalidad, lo utiliza
también para zarandearnos, moldearnos y podarnos. El proceso de santificación
—de crear un carácter como el de Cristo en nuestras vidas— comienza en el
momento de la salvación y terminará con nuestro último aliento.
Un tercer propósito es revelar
nuestras verdaderas convicciones. Nuestra fe es probada en los tiempos
difíciles. Es fácil decir: “Dios es bueno” cuando las cosas están tranquilas.
Pero cuando todo se frustra, ¿revelan nuestras palabras y acciones una actitud
de confianza?
El rey David soportó el
desmoronamiento de su familia, ataques personales y la traición de algunos de
sus seres queridos. Pero, gracias a esas pruebas, adquirió una fe más fuerte y
un carácter más piadoso.
¿Dejaras
que el Señor utilice tu situación actual para lograr los buenos propósitos que
Él tiene para ti?
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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