Filipenses 2:29-30
“…tened en estima a los que son
como él; porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte…”
Durante su entrenamiento, Desmond
Doss irritó a su instructor y a los demás soldados. Pacifista por convicción,
se negó a llevar un arma a la batalla, y esto hizo que sus compañeros dudaran
de su valentía. Medico de oficio, el joven creyente no dudó en enfrentar el
combate, pero su meta era salvar vidas.
Sin embargo, las dudas sobre Doss
desaparecieron cuando su unidad militar entró en combate. Durante la Segunda Guerra
Mundial, en la Batalla
de Okinawa, eludió el fuego de las ametralladoras, para poner a salvo a los
heridos. Oraba: «Señor, dame fuerza para salvar a otro soldado herido». A la
larga, llevó al pie de una colina más de 70 hombres heridos, para una mejor
atención médica. Por sus esfuerzos, le otorgaron la Medalla de Honor: el
máximo reconocimiento en su país.
Las Escrituras hablan de otro
cristiano que se arriesgó muchísimo para ayudar a los demás. Pablo escribió
sobre Epafrodito: «… tened en estima a los que son como él; porque por la obra
de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida…» (Filipenses
2:29-30).
Actualmente, muchos creyentes en
el mundo entero arriesgan su vida por la causa de Cristo. Oremos para que Dios
los proteja mientras lo sirven en medio de circunstancias peligrosas.
La
valentía no es tener fuerzas para continuar, sino continuar cuando ya no quedan
fuerzas.
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LEA: Filipenses 2:25-30
Biblia en un año: Hechos 13–14
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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