1 Timoteo 1:3-7
“Como te rogué que te quedases en
Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen
diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables,
que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te
encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de
corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas
desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de
la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman”.
Dios ha dado a cada persona la
capacidad de discernir entre el bien y el mal. Para cada persona, este regalo
–conocido como la conciencia– está programado con una serie particular de
convicciones y, por tanto, funciona de manera diferente para cada quién. Desde
el momento en que comenzamos a procesar las instrucciones y las advertencias,
nuestra conciencia está desarrollando un código de conducta por el que vamos a
vivir.
Ya sea que las figuras de
autoridad en la existencia de una persona dieron buenos principios para la
vida, o poca orientación de verdadero valor, su conciencia recogió la
información. Cuando los niños se convierten en adultos, prestan atención a las
palabras y las acciones de los demás. Las personas que nos decepcionan nos
enseñan tanto como las que nos causan admiración.
La conciencia es una herramienta
flexible; puede absorber nueva información y cambiar los valores y las
perspectivas de la persona. Es una buena noticia para quienes comenzaron con
una programación deficiente, pero encuentran después valiosa dirección bíblica.
La flexibilidad es potencialmente mala noticia para quienes se exponen a menudo
a la falsedad y a las filosofías vanas.
Si desoyen la sabiduría y la verdad, asimilarán las ideas engañosas de
la cultura moderna.
La conciencia no es recurso del
todo confiable, pero es una herramienta de Aquel que es absolutamente digno de
confianza. El Espíritu Santo trabaja junto con nuestra brújula moral innata. Da
dirección cuando la conciencia emite una advertencia, e interpreta la Escritura cuando algo la
hiere.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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