jueves, 11 de octubre de 2012

EL RESENTIMIENTO POR COSAS PASADAS QUE NO SE HAN SANADO PUEDE DESTRUIR UN MATRIMONIO.


Hay muchos matrimonios que están viviendo consecuencias de errores del pasado que generaron resentimientos y no las han sanado.

Todos nosotros como seres humanos cometemos errores de muchas clases que generan consecuencias dolorosas. Cuando cometemos esos errores con nuestro cónyuge, el matrimonio sufre como relación. Ahora, sí hay perdón con arrepentimiento, entonces las consecuencias pueden ser minimizadas.

Pero cuando se guarda un resentimiento y no se sana, entonces se va desarrollando y se puede convertir en una raíz de amargura que es como un veneno que va a dañando las relaciones del matrimonio y toda la familia.

Cuando en un matrimonio hay resentimiento no sanado por situaciones vividas en el pasado, la relación se estanca y se va deteriorando y puede llegar un momento en que sientan hasta odio. La única salida al resentimiento es sacar a la luz el problema, hablar sinceramente de los sentimientos y tomar la decisión de perdonar y dejar el pasado. Recuerden que el pasado nunca va a resolver los problemas, pero pedir perdón y perdonar si puede hacer diferente el futuro.

Frecuentemente, es necesario buscar ayuda con guías espirituales calificados y capacitados en el tema de matrimonios y familia para que les puedan ayudar a superar los conflictos y a perdonarse sinceramente.

Marcos 11:25-26: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas, porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”.

Dios nos manda a tomar la decisión de perdonar incondicionalmente, para que Él nos perdone igual. El perdón sincero con arrepentimiento del que lo pide y la actitud sabia del que lo otorga, activa el perdón del Señor en nuestras vidas y las bendiciones para nosotros y nuestras familias. Perdonar muchas veces no es fácil, pero es un mandato de Dios que nos conviene y nos trae paz a nuestras vidas.

Si ha habido situaciones dolorosas del pasado en tu vida, toma la decisión de ponerlas a los pies del nuestro Salvador Jesucristo y toma la decisión de obedecer su palabra. Dios te llenará de paz y convertirá cualquier cosa negativa en algo positivo para el Matrimonio y la Familia. Empieza por pedirle perdón a Dios por haber sido desobediente a su palabra y luego pídele perdón a tu cónyuge por haberle ofendido o por haberle juzgado. El perdón se pide con arrepentimiento y se da con humildad!

Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

“Gracia y Paz”
Noviazgo y Matrimonio

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