Salmo 25:9
“[Dios] encaminará a los humildes
por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera”.
Admiro a las personas que pueden
comunicar sus creencias y persuadir a los demás con su retórica. Algunos lo
llaman «labia» o «tener verso». Otros lo denominan «elocuencia».
Apolos tenía esa capacidad. Se
nos dice que era «elocuente, poderoso en las Escrituras» (Hechos 18:24). Sin
embargo, aunque enseñaba correctamente sobre Cristo, solo predicaba el bautismo
de Juan, que era para arrepentimiento de los pecados (v. 25; 19:4).
Apolos conocía las enseñanzas de
Jesús, pero tal vez no se había enterado de su muerte y resurrección ni de que
el Espíritu Santo ya había venido (Hechos 2). Su enseñanza era incompleta
porque no conocía sobre la llenura del Espíritu que capacita al creyente para
la vida diaria.
Por eso, Priscila y Aquila, un
matrimonio amigo de Pablo, invitaron a Apolos a su casa para corregirlo sobre
lo que enseñaba. Aunque era sumamente instruido y conocía bien las Escrituras,
aceptó humildemente las instrucciones de aquella pareja. Como resultado, pudo
seguir con su ministerio, pero con un entendimiento renovado y completo.
El Salmo 25:9 nos recuerda que
Dios «encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera».
Si somos humildes, Dios nos enseñará y utilizará para impactar la vida de
otros.
El
verdadero poder es la humildad.
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LEA: Hechos 18:24-28
Biblia en un año: Marcos 4-6
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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