¿Quieres tener un día de victoria? Busca el rostro del
Señor temprano en la mañana. Deléitate en su presencia, y hazle saber que tú
deseas antes que cualquier otra cosa en el día, tener un tiempo de comunión con
él y compartir tus tristezas y tus alegrías, tus cargas y tus temores, tus
planes y tus preocupaciones, sabiendo que él te ama y te escucha, y que puedes
contar con su protección y su ayuda en todo momento.
ORACIÓN:
Querido Padre, yo entiendo que necesito tu dirección y tu
protección en esta vida de constante lucha. Ayúdame a estar consciente de que mi
necesidad de acercarme a ti y cultivar mi relación contigo es más importante
que todas mis responsabilidades y actividades del día. Dame fortaleza En el
nombre de Jesús, Amén.
¡Gracia y Paz!
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