lunes, 18 de febrero de 2013

CÓMO APRENDER A ESPERAR



Salmo 25:20, 21
“Guarda mi alma, y líbrame; No sea yo avergonzado, porque en ti confié. Integridad y rectitud me guarden, Porque en ti he esperado”.

¿Qué debemos pensar cuando Dios no da respuesta a una oración? Lo más probable es que nos hayamos preguntado eso en algún momento. Como seres humanos limitados por el tiempo, podemos encontrar muy frustrante el tic-tac del reloj.

Debemos entender que Dios no nos ve simplemente en el aquí y el ahora; Él considera todo el panorama al mismo tiempo: dónde hemos estado, dónde estamos ahora, y hacia dónde nos estamos dirigiendo. Sabe exactamente qué efecto tendrán en nuestras vidas cada pequeña decisión, acción o bendición.

¿Piensas tu que Dios quiere darte algo que pueda destruirte? ¡Por supuesto que no! Él sabe que lo que puede ser para ti una bendición más tarde, puede parecer que arruina totalmente tu vida ahora. Por esta razón, Él se demora, con el fin de darte el tiempo de prepararte para recibir esa bendición.

Aprender a esperar en Dios exige por lo menos tres cosas de nosotros: primero, ser sensibles a Él y alimentar nuestra relación con el Padre para que podamos escucharlo; segundo, confiar en su juicio y sabiduría; tercero, ser obedientes al Señor. Si tratamos de hacer que algo suceda por nosotros mismos después de que Dios nos ha dicho que esperemos, nos estaremos dirigiendo al desastre. El Señor bendice la espera obediente.

Dios trabaja de acuerdo con su omnisciencia, su omnipotencia y su amor. Nunca olvides que el Señor está activamente a tu lado, aun cuando te niegue una petición. No significa que Él no está prestando atención a tus necesidades; significa que está especialmente pendiente de ti.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

No hay comentarios:

Publicar un comentario