¿TÚ CREES QUE TE PUEDES OCULTAR DE DIOS?
Números 32:23
“Más si así no lo hacéis, he aquí habréis
pecado ante Yahweh; y sabed que vuestro pecado os alcanzará”.
Moisés está hablando a un grupo de israelitas, a los
cuales ha dado instrucciones exactas de lo que debían hacer en una situación
determinada. Primero les dice (Números 32:20): “Si lo hacéis así…” Es decir si
sois obedientes, entonces “…seréis libres de culpa para con Yahweh, y para con
Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante de Yahweh”. ¡Preciosa
promesa! Pero seguidamente una advertencia. Dice el pasaje de hoy: “Mas si así
no lo hacéis… vuestro pecado os alcanzará.” ¿Que significa esto? Esto quiere
decir que todo pecado tiene malas consecuencias, y que estas consecuencias
tarde o temprano afectarán a todo aquel que haya pecado. Gálatas 6:7 lo
reafirma diciendo: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que
el hombre sembrare, eso también segará”. O sea, a la corta o a la larga
recogeremos el resultado de nuestras acciones, aunque hayamos actuado en el
mayor secreto posible.
Un señor cristiano cuenta una experiencia que tuvo con un
hermano de su iglesia. Este hombre tocaba un instrumento en la banda de la
iglesia y todo indicaba que era un consagrado cristiano. En una ocasión ambos
estaban conversando y aquel hermano empezó a decir malas palabras una tras
otra. Al ver su expresión de asombro, el hombre le dijo: “No se preocupe
hermano, aquí nadie puede oírnos”. Muchos piensan que porque engañan a la gente
con una fachada exterior religiosa pueden engañar también a Dios. Pero de algo
podemos estar seguros: estamos desnudos ante su presencia y nada puede quedar
oculto. Dice Jeremías 23:24: “¿Se ocultará alguno, dice Yahweh, en escondrijos
que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Yahweh, el cielo y la tierra?”
En los tiempos actuales, los adelantos tecnológicos han
permitido grabar imágenes secretamente, las cuales han mostrado a personas
cometiendo actos ilegales o inmorales, creyendo que nadie los estaba
observando. Después, al salir a la luz pública, han tenido que pagar las
consecuencias de sus acciones. Nosotros tenemos que entender que una
“tecnología” mucho más poderosa y sofisticada que esta, ha sido utilizada por
Dios desde el principio de la creación, por los siglos y los siglos: su
Omnisciencia y su Omnipresencia. David escribe acerca de esto en el Salmo 139.
En los versículos 1 y 2 dice: “Oh Yahweh, tú me has examinado y conocido. Tú
has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis
pensamientos”. Y más adelante describe lo imposible que es tratar de esconderse
de Dios: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si
subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he
aquí, allí tú estás” (vv.7-8).
Como cristianos necesitamos aprender a vivir una vida
pura y santa delante de Dios y de los que nos rodean, pues el pecado nos separa
de nuestro Padre celestial. Para aquellos que no han aceptado a Jesucristo como
salvador, esto significa condenación eterna. Pero aun los que somos salvos, si
vivimos separados del Señor somos totalmente inútiles. Así les dijo Jesús a sus
discípulos: “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). Si estamos
alejados de Dios, no podemos contar con su protección y por lo tanto quedamos
expuestos a las consecuencias de nuestras acciones. La Biblia nos muestra
claramente la importancia de vivir cerca de Dios. Dice el Salmo 91:1: “El que
habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”.
Dios nos ha diseñado para que tengamos vida, y vida en
abundancia mientras estemos en este mundo y junto a él por toda la eternidad.
Pero para disfrutar de esta vida llena de bendiciones tenemos que alejarnos del
pecado y vivir cerca del Señor, mantenernos en comunicación con él, escuchar su
voz y seguir sus instrucciones. Por eso debemos leer la Biblia y pasar tiempo
en oración todos los días, buscando la unción y la llenura del Espíritu. Y debemos
tratar de actuar conforme a su Palabra. No olvidemos que dondequiera que nos encontremos,
el Señor nos está mirando. Y a él le agrada que seamos obedientes.
Oración:
Padre Eterno, te ruego me ayudes a ser consciente de tu
presencia dondequiera que me yo encuentre, y dame las fuerzas y el
discernimiento espiritual para vivir lejos del pecado y muy cerca de ti,
obedeciéndote y agradándote en todo. En el nombre de Jesús, Amén.
¡Gracia y Paz!
Dios te Habla