¿Estás
en medio de circunstancias difíciles?
Jueces 7:2-7
"El Señor dijo a Gedeón: El
pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su
mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.
Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se
estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de
los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. Y el Señor dijo a Gedeón:
Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que
yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga:
Este no vaya contigo, el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y el
Señor dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame
el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre
sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el agua
con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló
sobre sus rodillas para beber las aguas. Entonces el Señor dijo a Gedeón: Con
estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los
madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su
lugar."
Por la desobediencia del pueblo
de Israel, Dios los había entregado en manos de Madián y su gente por un
periodo de siete años. Pero los israelitas clamaron al Señor y él decidió
liberarlos. Con este fin llama a Gedeón, y le encomienda la difícil misión de
atacar al ejercito de Madián (Jueces 6:11-14). Este ejército era mucho más
numeroso y poderoso que el ejército israelita, por lo que Gedeón, lleno de
temor ante la difícil tarea, le pide a Dios varias pruebas de su poder, y el
Señor se las da. Entonces Gedeón reúne 32,000 hombres armados, y se dispone a
cumplir la orden de Dios.
Pero el Señor tenía otros planes.
En el pasaje de hoy, Dios le dice a Gedeón que eran demasiados hombres y que
debía reducir el número. Así es que, después de varias reducciones, el número
final de hombres con que Gedeón debía cumplir la misión se redujo a sólo
trescientos. “Entonces el Señor dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres
que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos.”
Aquí aprendemos varios puntos importantes acerca de la manera en que Dios mueve
las circunstancias en nuestras luchas:
Primero: Dios siempre tiene un
plan, y con frecuencia él requiere que nosotros hagamos lo que aparenta ser
irrazonable desde el punto de vista humano. ¿Qué habrá pensado Gedeón cuando el
Señor redujo su ejército de 32,000
a sólo 300 hombres? Lo importante es que al final
obedeció y obtuvo la victoria. La
Biblia nos cuenta que aquellos 300 hombres tocaron sus
trompetas al unísono, y los madianitas huyeron despavoridos (v.22).
Segundo: Nuestra fe necesita ser
fortalecida. Esto es fundamental en todo plan de Dios. Después que Dios dio
varias pruebas a Gedeón de que estaría junto a él, este fue capaz de declarar
ante aquellos 300 hombres: “El Señor ha entregado el campamento de Madián en
vuestras manos.” (v.15). Gedeón pudo declarar como cierto lo que aún no había
sucedido. Esto es fe, "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve", dice Hebreos 11:1. Pon mucha atención a las señales que el
Señor te da para fortalecer tu fe.
Tercero: Siempre debemos dar a
Dios la gloria y el honor por todos nuestros éxitos en esta vida. El pasaje de
hoy nos enseña como el Señor redujo el tamaño del ejército de Israel para que
ellos no se enorgullecieran con la victoria, y quedara bien claro que toda la
gloria era suya.
¿Estás en medio de circunstancias
tan difíciles que te parece imposible que puedas sobrevivir?
Medita en la enseñanza de hoy, y
guárdala en tu corazón. No olvides que no existe nada que sea difícil para
Dios, ni siquiera aquello que es imposible para nosotros. Decide hoy buscar de
corazón el poder de Dios. El desea remover los obstáculos de tu vida, y darte
la victoria de tal forma que llegues a un mayor entendimiento de su poder y su
gloria.
ORACION:
Padre santo, te pido que aumentes
mi fe, de manera que en las difíciles circunstancias actuales, pueda yo ver la
victoria de tu poder en mi vida. A ti sea toda la gloria y la honra. En el
nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla